Mi ángel sin alas (Dean Winchester)

Capítulo 14

10-10-1995

Selene White. Durango, Colorado.

La noche ya había caído y nosotros habíamos regresado al motel. Era cerca de la una de la madrugada, nos encontrábamos en el dormitorio con todas las luces apagadas y las ventanas abiertas de par en par.

Los Winchester estaban cargando sus armas mientras yo me encontraba sentada en una de las camas observándoles en silencio. El objetivo de todo eso era intentar atraer a Ira . Acepté el plan de John sin haberlo meditado apenas un minuto. Tenía la mente bastante nublada después de todos los acontecimientos del día y no terminaba de ser consciente de la realidad.

Apretaba mis manos con nerviosismo y de vez en cuando oía mis nudillos crujir. El collar de mi madre no dejaba de tintinear cada vez que chocaba contra mi pecho debido a mis continuos movimientos hacia delante y atrás.

-Selene- John detuvo sus movimientos y se dirigió a mí.- ¿Estás preparada?-

-¿Puedes repetir el plan? No te presté atención cuando lo explicaste, lo siento- Lo de que estaba bastante perdida era cierto. Sabía que lo que querían era preparar una trampa para esa cosa, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza como para centrarme en solo una de ellas.

Él suspiró, dejó el arma en manos de Dean y se agachó ante mí para hablarme.

-Tú vas a quedarte aquí y fingirás que duermes para atraerle-

-¿Cómo sabes que aparecerá esta noche?-

-No lo sé. Pero desde que se llevó a tu madre, no ha vuelto a secuestrar a nadie más.- Yo iba a hablar, pero rápidamente me interrumpió- Ya, ya sé que atacó a esa chica...¿Cómo se llamaba?-

-Samantha- Contestó el hermano mayor

-Eso, Samantha... pero a ella no se la llevó, el último caso fue el de tu madre. Y la única descendiente cercana que queda, que sepamos de momento, eres tú. Así que lo más probable es que sí que venga a por ti.-

-...Está bien. ¿Y qué hago si aparece?-

-Nosotros estaremos fuera, al otro lado de la puerta. En cuento oigamos cualquier cosa o si tú en algún momento nos necesitas, entraremos. Atacaremos a esa cosa y le sonsacaremos dónde está su guarida y dónde tiene a tu madre. Iremos a por ella y luego le mataremos. ¿De acuerdo?-

-Entones soy el cebo de todo esto ¿verdad?- Él suspiró ante mi pregunta e intentó hablar de la manera más delicada posible.

-Así es...Pero no tengas miedo, estaremos ahí fuera en todo momento. No te pasará nada- Apretó mi hombro cariñosamente y se levantó lentamente- Vamos chicos- Recogió el arma que le había cedido a Dean y salió de la habitación. Sam me sonrió levemente intentando darme ánimos y siguió a su padre. El único que quedaba era el de ojos verdes, el cual se acercó y se sentó a mi lado.

Antes de que pudiese decir nada, yo ya había comenzado a hablarle.

-No hace falta que digas nada. John ya me lo ha dejado claro, está todo controlado.-

Elevé la cabeza y le miré. Levantó las cejas en señal de sorpresa ante mi comentario, pero rápidamente asintió. Durante unos minutos ambos nos mantuvimos en silencio mirando al suelo. En realidad, quería decir muchas, quizá demasiadas cosas: estaba aterrada, no paraba de repetir que esto no iba a salir bien, que me parecía una pésima idea usarme como cebo aún sabiendo que era lo mejor que teníamos y que el pensamiento de que ya no iba a volver a mi madre ni a ninguno de ellos, se estaba comenzando a hacer permanente en mi cabeza...Suspiré y apreté las manos sobre mi regazo.