Capítulo 6.

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—Corre, preciosa —le miré por unos segundos, confundida. Se encontraba frente a las ventanas, dándoles la espalda con su cabeza gacha y sus manos en sus bolsillos, sonreía muy poco. De nuevo tenía el cuerpo con partes cubiertas por sangre, como casi siempre había llegado últimamente. Pensé que se trataba de alguna broma de mal gusto, como los sustos que me sacaba cuando estaba sola con mi madre en el baño al terminar de ducharme, o cuando pasaba por los pasillos, como si nada; pero, al verme, con esa maldita mirada dilatada y esa sonrisa ya ampliada, supe que hablaba en serio.

—¿Quieres que te lo repita o qué? ¿estás sorda? ¡corre, estúpida! ¡sal de aquí! ¡rápido! —me sebresalté. Si bien, le entendia ya un poco más lo que decía, con la ayuda de varias aplicaciones de clases de inglés. Bajé el rostro, asustada, y apunté a mi mano, donde la aguja estaba clavada en mi vena. Él chasqueó la lengua, y a pasos apresurados se acercó a mí. Tomó mi mano sin delicadeza alguna y jaló de la aguja sin cuidado, como si no estuviera encajada a mi piel. Lancé un gemido de dolor, a la vez que cerraba mis ojos con fuerza y gritaba una maldición, pues el ardor no tardó en presentarse ni la sangre en salir.

Él rió—. Oh, santos demonios... Si no me gustaran tanto esos gemidos de dolor, te obligaría ha sacarlos por otra razón —sonrió con malicia, y se acercó a lamer mi mejilla sin pizca de pudor—. Que linda te ves: con miedo, sumisa, tímida, con respeto hacía a mí... Todo lo que me encanta. Ahora, levántate, saca tu cuerpecito por esa puerta y te diré lo siguiente, ¿sí? —abrí la boca, apunto de responder, cuando me interrumpió su risa—. ¿Por qué te pregunto? Si aún así te obligaría a hacerlo aunque no quisieras. Pero ya, niña, no es para mañana —se cruzó de brazos, esperando a qué me moviera. Sin opción alguna, me levanté, mi herida ya estaba mejorando, por lo que podía moverme un poco más, pero no tenía que excederme, según el doctor. Salí de la cama, con las piernas un poco adormecidas, e intente no tambalearme, como siempre pasaba cuando me levantaba y me dirigí a la salida. Al salir me encontré con una gran oscuridad. Nadie se encontraba en la recepción y todo estaba en absoluto silencio. Nada comparado cuando es de día. Jeff cerró con fuerza la puerta, sobresaltándome y poniéndome nerviosa por si despertaba a alguien.

—No pasa nada —dijo cuando observó mi rostro preocupado—. Yo me encargo de los chismosos —rió—. Ahora, como ya te vas de este precioso lugar muerto, hay que hacer un recuerdo más aquí. Algo que sea divertido. Digno de recordar. Mucho más que los que hemos pasado juntos, ¿qué te parece? —¿para qué responder? Mis palabras son inaudibles para él—. Seguro te preguntarás que cosa podría ser, pues, niña estúpida, no te molestes, que ya sé que haremos —se acercó a mi rostro, rozando sus labios contra mi oído—. Te lo repetiré de nuevo... Corre, preciosa —me invadió un escalofrío al sentir su aliento frío contra mi piel. Recibí un empujón por parte suyo, obligándome a dar unos pasos hacia atrás, evitando caer al suelo por una leve punzada en el costado de mi estómago, en la herida. No le contradije ni dudé en hacer lo que me ordenó.

Corrí a como pude por el pequeño pasillo, girando a la derecha para seguir corriendo y bajar las escaleras, aunque pasé por un lado de los elevadores, son las tres de la madrugada, no, gracias. Seguí avanzando rápido, cuidando de no caer, ni de encontrarme con algún guardia en el camino o paciente. Llegué al tercer piso, pues yo estaba en el cuarto, estaba igual de oscuro que el anterior. Miré a mi alrededor, las ventanas dejaban ver algo de luz, por lo que al final del pasillo pude ver una silueta, la de Jeff. Me quedé unos segundos observándolo, hasta que noté como se dirigía a mí rápidamente. Instintivamente comencé a correr al lado contrario, con más miedo que antes. Podía escuchar sus pasos acelerados acercándose poco a poco a los míos, seguro y ya estaba a pocos metros cerca de mí.

Welcome to the nigthmare in my dead [ Jeff x Lectora ] EDITANDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora