Capítulo 9.

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Le observé por unos segundos, con la mente en blanco, las lágrimas empezando a resbalar por mis mejillas y con un ligero mareo. Parecía irreal la situación actual, por lo que me provocaban varios sentimientos al saber que era la vida real. Jeff acarició mi cabello y bajó su mano por mi mejilla derecha, quitando las lágrimas de esta sin dejar de sonreír.

Mejor no digas ni una palabra o ya sabes lo que sucederá —me dijo con serenidad, parecía que no le importaba escuchar los gritos del chico frente a nosotros ni las patadas que daba al suelo, pero sabía que eran peligrosos esos factores para una casa que estuviera en total silencio. Giró su rostro al muchacho y tomó un cuchillo, alzándolo y dejándolo caer con fuerza en su pierna, casi al tobillo, evitando que lo moviera. El chico no tardó en gritar de nuevo. Hizo lo mismo en la otra pierna, inmovilizándolo de sus extremidades. La sangre que volvía a extenderse por los suelos se acercaron a Jeff, rodeándole los rodillas, yo me alejé del líquido carmesí antes de que me tocara. Antes me imaginaba estas situaciones, que es lo que haría si estuviera dentro de un anime género gore, pero cada cosa que dije que haría, ahora que lo estoy viviendo en vida real, me parecen cosas que en realidad no pensaba con claridad. Claro, pues no pensaba que ocurrirían.

Mi vista siguió a Jeff en cada movimiento que hacía con las manos. El chico al igual que yo eramos los únicos que reaccionábamos de mala manera a la situación, bueno, él más que yo; mientras Jeff no paraba de sonreír. El chico comenzó a rezar, a lamentarse y a decir que lo que sucedía no era verdad. Oh, chico, yo también hice eso y por desgracia, no funcionó...

No funcionan esas cosas ahora, lo hecho, hecho estále dijo Jeff, también con burla a lo que el chico murmuraba. Comenzó a frotar un cuchillo con otro, provocando el sonido del metal afilándose, exaltando más al chico y haciendo que elevara aún más sus palabras.

Jeff frunció el ceño, deteniendo los cuchillos que llevaba en manos. Miró al muchacho, con su sonrisa ya desaparecida—. Me están molestando tus malditas palabrasacto seguido, le encajó uno de los cuchillos en su estómago, provocando otro horrible grito del chico y como su cuerpo dejaba de moverse. No tardó en levantar un poco su cabeza para toser unos hilos de sangre, con sus lágrimas invadiendo sus ojos y cubriendo sus mejillas. Yo también había lanzado un chillido a la vez quel chico, pues la escena era horrible. Su camiseta no tardó en mancharse en gran mayoría. Cubrí mi boca con mis manos, cuando el chico se giró a verme, con su rostro ya en muy mal estado, y mis lágrimas tampoco tardaron en volver a invadirme, pues el chico comenzó a pedirme ayuda, me rogaba. Le miré apenada, y luego cerré mis ojos con mi cabeza cabizbaja, negando levemente, dándole a entender sería inútil. Le quería ayudar, pero no podía. Lo que hiciera no serviría de nada. Jeff miraba con emoción como es que brotaba de la herida del muchacho la sangre, pasaba sus manos por el cuchillo, manchándose de ese espeso liquido, que luego frotaba en su rostro. Le miraba horrorizada, con mis brazos rodeándome a mí misma.

Oh, linda, ¿por qué esa cara? —me cuestionó con fingida preocupación—. Sonríe, ¿no te estas divirtiendo? también puedes usar el cuchillo que te di —acercó sus manos a mi rostro, las cuales golpeé y alejé al retroceder. Pero él se acercó más a mí y tomó el cuello de mi suéter. Sus manos estaban completamente rojas, provocando que mi corazón y respiración se aceleraran. Acercó una vez más sus manos a mi rostro, y sentí como pasó sus pulgares con sangre desde mis costados labiales hasta la mitad de las mejillas en largas curvas, formando una gran sonrisa. Así esta mejor. Anda, juega con nosotros. Es como si estuvieras dibujando. Su cuerpo es el lienzo, el cuchillo es el pincel. Es muy divertido, sólo tienes que usar tus pinceles... —el cuchillo que antes había clavado en su estómago, comenzó a removerlo en su mismo lugar, penetrándole aún más la piel, y haciendo que se extendiera más la sangre que emanaba de la herida por el suelo—. Linda, hora de pintar... —se dirigió a mí—. ¿Qué quieres hacer? ¿cortarle un brazo, una pierna, sacarle los ojos? Todo lo que quieras puedes hacerlo ahora  —El chico siguió gritando, provocando que Jeff chasqueara la lengua.

Welcome to the nigthmare in my dead [ Jeff x Lectora ] EDITANDO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora