Me gustan las teorías.
Penny era mi teoría.
Todas las mañanas, odiaba despertar por lo que golpeaba el reloj apenas y comenzaba a sonar, avisándole que sino abría los ojos, llegaría tarde a la escuela.
Demoraba más de una hora en el baño, porque le gustaba quedarse bajo el chorro de agua. Con los ojos cerrados. Pensando en un sinfín de cosas, desde sus pendientes hasta como es que las estrellas se mantienen brillando aun cuando están solitarias en el espacio. Tan separadas las unas con las otras.
Su madre le preparaba el desayuno y al terminar la llevaba a la escuela.
No le gustaban las matemáticas, tampoco la historia. No se sentía ella misma hasta que la clase de música llegaba y entonces repasaba sus dedos por las teclas de aquel enorme piano hasta llenarse de valor y producir un sonido tan suave y delicado, digno de escucharse en primera fila.
Anhelaba a que la última clase terminara, su padre la recogía y ella corría hacia el auto, porque las personas la miraban extraño y lo único que quería era llegar a su habitación y encerrarse en su propio mundo.
Un mundo al que nadie tendría acceso.
Al que creí nunca tener acceso.
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La teoría de Penny
Short StoryMe gustan las teorías. Penny era mi teoría. Una historia corta, de un amor muy vorágine.