Capítulo 13

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«Ella tenía una cara sacada de una revista.»

«Sólo Dios lo sabe, pero tú nunca la dejarás»

«Él está suplicando: "cariño, quédate, quédate."»

«"Te daré una oportunidad más"»

Yuuri es una persona muy frágil. Todos los artistas tienen un corazón frágil, esa no es una excepción con los patinadores. Pero el de Yuuri es un poco más complicado que eso. Es como si su corazón estuviera hecho de un fino y muy delicado cristal. A veces parece que muchas cosas no le afectan, pero todo tiene un cierto grado de relevancia en su estado emocional.

Cuando nos conocimos no tardamos mucho en ser buenos amigos. Él alejaba al resto, pero se mostró muy abierto conmigo. No pasó mucho tiempo para que pudiera denominarlo mi mejor amigo, casi una familia para mí.

¿Qué no serías capaz de hacer por tu mejor amigo, por aquel que confió en ti antes que nadie?

Él se fue con sus dudas de regreso a Japón, no pude hacer nada para persuadirlo; y cuando las cosas se pusieron aburridas regresé a mi propio país para encargarme de mi patinaje y cumplir con mis sueños.

Decir que me sorprendió ver a Yuuri realizar la coreografía de Viktor era poco. Estaba emocionado, porque él logró encontrar inspiración y parecía que su amor por el patinaje fue renovado. Esa sarta de derrotas aplastantes estaba sobre sus hombros y eso le impedía seguir.

Aún más, la noticia que impactó a todo el mundo e hizo que la atención fuera a parar en Yuuri fue que el mismísimo penta-campeón del patinaje artístico, Viktor Nikiforov, decidiera ir a buscarlo para ser su entrenador.

Me emocioné tanto. Viví mucho tiempo sabiendo del eterno amor que tenía Yuuri hacia él. Aquella terna devoción y que su amor platónico fuera solo por él era demasiado bueno para ser verdad. Me sentía realmente feliz por él, porque eso significaba otra oportunidad en su vida para poder lograr hacer lo que quisiera.

Y luego todo estaba en desorden. De repente había una competencia y todos estaban al pendiente. Yo logré ver el espectáculo mediante una página de Internet, asegurándome de poder observar que había logrado Yuuri en todo ese tiempo.

Lo que vi fue realmente bueno, era exactamente lo que estaba esperando, que demostrara lo que valía.

Pero Yuuri no ganó. Y nunca logré entender que pasó en el momento en el cual vi a Yuri Plisetsky en el podio y ami mejor amigo fuera de cámara sin la posibilidad de saber que estaba ocurriendo. Eso me preocupó mucho, pero dejé que pasara un poco el tiempo para poder hablar con él con calma.

Cuando me decidí a contactar con Yuuri no respondió ni una sola de todas las veces que llamé. Lo intenté como un loco desesperado, porque no había ni una triste noticia de él. Era como si hubiera desaparecido y sabía que lo más probable era que se encontrara sumergido en una dura depresión y yo no estaba para poder ayudarlo.

Días de días. ¿Qué debía hacer si no contestaba Yuuri? ¿Qué pasaría si tu mejor amigo de repente ha desaparecido y no da una triste señal de vida? Considerando que sé bien quien es Yuuri.

Él contestó después de un tiempo y la imagen me provocó un nudo en la garganta.

Yuuri tenía unas grandes ojeras, sus ojos estaban cansados y rojos. Los cabellos despeinados, como si no hubiera pasado desde hace tiempo una peinilla por los mechones negros. Se notaba que estaba perdido y algo desorientado por la luz que emitía su celular en su rostro pálido y decepcionado.

MelpómeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora