Bebió de su tercera taza de café por ese día. Sus ojos secos y cansados querían cerrarse para dar como resultado un merecido descanso a su cansado cuerpo. Sin embargo, no era tiempo para descansar, mucho menos creía que se merecía dormir, nadie lo obligó a desvelarse. Después de todo, no era culpa de Phichit que por segunda vez en su vida un vídeo de él fuera tendencia.
No pensó que les gustaría tanto una coreografía improvisada con una canción que parecía ser la cara de dos monedas. Aun más que eso, no esperaba que otras personas de la pista grabaran incluso cuando salió para abrazar a Phichit.
No, el Internet no perdonaba nada.
Los títulos eran claros. Y cuanto más revisaba a través de la pantalla de su celular, más se dedicaba a pensar cuanto tiempo pasaría para que los internautas se olvidaran de él. Ahora Melpómene era tendencia en Twitter y las capturas de pantalla en diferentes idiomas.
Sin mencionar los diferentes mensajes que recibió de sus amigos, preguntando por su estado de ánimo y procurando que no estaba cerca de una cuerda o una roca a centímetros de un río caudaloso.
- "Yuuri Katsuki y su nuevo rostro. Breve análisis de sus coreografías como Melpómene" -leía los títulos en voz alta Phichit. Yuuri dejó su celular de lado para suspirar-. "La presentación más triste del año, Yuuri Katsuki sorprende al mundo del patinaje con una mirada a sus prácticas".
-Phichit. ¿Te gusta verme sufrir?
-Yo procuro cuidarte y velo por tu felicidad.
-Entonces deja de leer eso.
-Pero si estás causando revuelo...
-No es una mala idea que des una muestra de tu cambio, Yuuri-interrumpió Celestino-. Eso va a dejarle en claro a todo el mundo que no debe subestimar tu tema o tu patinaje.
Yuuri suspiró, pasando una mano por sus despeinados cabellos que caían en su frente. Quería dar otro sorbo a su café, sin embargo, su entrenador puso la mano encima del borde, impidiendo que pudiera beber.
-Deja el café, no te hará bien.
-Sólo es la tercera taza.
-Corrección, la tercera taza súper recargada de cafeína-dijo Phichit.
Yuuri volteó a verlo con un gesto serio, sin embargo, el tailandés río.
-Mucho mejor si se volvió tendencia-murmuró Phichit-. No tendría sentido si no lo vieran todos en el mundo.
Una sonrisa suspicaz se formó en sus labios. Recibió una mirada de Yuuri y fingió que no había dicho nada.
-Como sea. Debemos preparar las cosas para ir a Moscú.
El semblante del japonés ensombreció. Phichit no tenía intenciones de hacerlo entristece, pero tenía que preparar a Yuuri para una confrontación muy fuerte. Cuando llegarán a Rusia era inevitable esconderse o evitar al temible equipo Ruso. Esa era la verdad.
Quería que Yuuri se sintiera cómodo. Que supiera que sin importar que, tenía a un gran grupo de personas que lo respaldaban sobre todo. Incluso ese niño japonés con el cual Yuuri se mandó mensajes varias veces. Claro, él había sido quien le dio el número de Yuuri. Pensaba que le sentaría bien a su amigo tener a otras personas con las cuales hablar, personas que lo apoyaran.
-Sí, en la mañana voy a preparar las cosas para ir.
El rechinar de la silla de escuchó y el chico de cabellos oscuros se fue de la mesa. Una vez que los pasos dejaron de escucharse Celestino y Phichit intercambiaron miradas cómplices, cargadas de seriedad.
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Melpómene
Fanfiction¿Recuerdas lo que pudimos ser? Después de perder con la coreografía de eros, Yuuri no sabe como continuar su carrera en el patinaje artístico, pero la ayuda de muchos amigos y su familia van a hacerle recordar que no está solo. Su primera expe...