15. Viejos enemigos (maratón 2/3)

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No podemos tener el control de lo que la vida planea.

Solo se miraban. Un momento le tomó al chico volver a entrar y acercarse hasta Ally, quien aún tenía la revista en las manos pero se había olvidado de mirarla cuando se dio cuenta de que él se acercaba. Algo en él se le hacía conocido. Estaba segura de que lo había visto en algún sitio pero no podía sede con claridad en donde y mucho menos cuando, lo más probable es que hubiese sido algo fugaz y por eso no podía recordarlo.

—Yo te conozco, estoy seguro—repitió mirándola atentamente, Ally no pudo evitar sentirse un poco incómoda por eso—. Te he visto en algún lado antes.

—Supongo que ya somos dos, y no creo que seas algún médico que me haya atendido aquí porque eres demasiado joven para serlo—dijo Ally mientras se iba a sentar, sintiendo que el chico aún permanecía de pie a sus espaldas—. Además tampoco pareces un médico-bromeó.

—Porque no lo soy—él rió ligeramente y se sentó frente al sillón que Ally había elegido, como si fueran amigos cómodamente hablando—. Aún tengo diecisiete, y tampoco es que quiera estudiar medicina. Vine aquí a ver a mi hermana pero al parecer aún no llega.

—¿O sea que tu hermana es la que es médico?—Ally no apartó la mirada de la revista, estaba ocupada en ese momento.

—Sí, bueno en realidad ella es enfermera y está en el area de cardiología—respondió un poco atento a las facciones de esa chica que no dejaba de mirar la revista—. Tú tampoco luces como una enfermera o un médico.

—Es porque no soy enfermera tampoco—Ally bajó la revista y se dio cuenta que él a veía de manera atenta—. Estoy aquí esperando a alguien, al igual que tú.

—Vaya—respondió—. Es buena la revista, verdad? ¿Nueva Orleans, no? Sé que es un lugar lleno de buenas cosas.

—Sí, se ve interesante—Ally sonrió pasando las páginas llenas de fotografías.

Hubo silencio. ¿De qué cosa podría no hablar con desconocido en frente?

—¿Cuantos años tienes? ¿Dieciséis o diecisiete tal vez?—preguntó él, tratando de hacer cuentas para saber si en algún momento por coincidir en edad se habrían visto en algún instituto.

Ally bajó nuevamente la revista y una vez más le parecía haberlo visto antes. Se parecía a alguien que ella conocía.

—No puedo decirle mi edad a cualquier desconocido—se acomodó en el sillón y miro nuevamente al chico—. No te ves como un secuestrador y además aquí hay cámaras de vigilancia, y tengo el teléfono con el número de mi mejor amiga que es mejor que cualquier guardia de seguridad cuando se trata de mi. Pero tampoco te diría mi edad.

El chico sonrió nuevamente. No le parecía que ella estuviera siendo pesada, le parecía gracioso. Y en definitiva Ally solo bromeaba, prefería eso a quedarse en un silencio incómodo y pesado.

—Oh, lo siento. Logan—él se levantó con una sonrisa y estiró la mano hacia Ally para estrecharla con la suya—. Logan Clarke-aclaró.

—Allyson Hernandez—correspondió.

Y fue cuando Ally respondió que todos los recuerdos volvieron a la mente de Logan, ¡claro! Tenía que ser ella, pero se le había olvidado donde la había visto antes. Tantos años habían pasado que sí le fue difícil reconocerla, había cambiado bastante pero si la miraba fijamente aún la reconocía de los tiempos en su infancia.

—¿Ally Brooke?—preguntó él con una amplia sonrisa sin soltarle la mano, Ally asintió un poco confundida—. Años que no te vi, por supuesto que eres Ally.

Secreto y PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora