Capítulo 2

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CAP 2
Era el día del festival de primavera, en todos lados había fuego, alegría y música, excepto en el Goh Ryon… En el Goh Ryon todas las luces estaban apagadas, y tan solo cinco personas, Dumpling, Linguini, Abyo, Ching y Pucca, lamentaban la muerte de Garu.
Parecían tan pocos, tan solo cinco sillas ocupadas entre todas aquellas sillas que los Chefs habían ordenado de frente a una fotografía del ninja y su espada, que habían podido recuperar de las cenizas. Pucca estaba devastada, lloraba sin consuelo por su pérdida. LOs demás habrían esperado ver en Pucca algún deseo de venganza en contra de RinRin, pero tal cosa no existía en ella. El verdadero amor es incompatible con el odio, en su lugar, impera la tristeza.
Ching y Abyo no se lo podían creer… ¿Cómo, en un mundo sensato, en el funeral de un hombre valiente, que desinteresadamente dio su vida únicamente para ayudar a alguien, podían haber tantas sillas vacías? ¿Acaso a ninguno de los aldeanos afuera, que lo habían conocido y visto crecer, no les importaba más que ver algunas flores de fuego dibujadas en el cielo?
Los Chefs, aunque tristes por Garu, estaban más preocupados por su desaparecido hermano, el tío Ho. No podían saber si seguía vivo o no, la incertidumbre si bien traía esperanza, también traía una angustia muy pesada.
Los sollozos de Pucca, eras dificilmente imperceptibles por los ruidos del exterior, y la triste despedida siguió por cerca de una hora, homogénea, e ininterrumpida, hasta que de pronto, algo inesperado sucedió. Los gritos afuera se vieron turbados de repente, y en cambio pasos se escuchaban afuera del Goh Ryong.
Todos volvieron sus miradas hacia las puertas rojas, adornadas por lazos negros en señal de luto, cuando de repente, la puerta se abrió.
Detrás de esta, estaba la última persona a la que nadie en el restaurante hubiese esperado ver. Afuera, estaba el eterno enemigo de el difunto Garu, Tobe. Quién llevaba una espada condecorada y una piedra a la altura del corazón y la cabeza baja. Detrás de él, yacían también cerca de cincuenta ninjas, todos vestidos con sus habitos usuales y portando cada uno, una espada y una piedra según el ejemplo de su amo.
Al ver a los ninjas, Abyo dio la cara,  encolerizado.
-Vete Tobe, este no es lugar para tus juegos. Si vienes a burlarte o a celebrar, déjame decirte que…
-Hazte a un lado -lo interrumpió Tobe- vengo al funeral…
-¿Por qué? -preguntó Ching a este- Tú lo odiabas.
-Si bien era mi enemigo, Garu era un guerrero. No murió en combate, fue asesinado usando magia, y eso no es algo honorable. Sé que él habría hecho algo semejante en mi lugar, así que háganse un lado, un guerrero merece morir entre la sangre de sus enemigos y la tierra del lugar de su último combate. Déjenme darle una despedida digna de un guerrero...

Tobe siguió caminando a la vanguardia de sus ninjas, hasta que llegó al frente de la imagen, junto a Pucca. Tobe no miró a Pucca, solo respetuosamente, se agachó y puso la espada frente a la fotografía y la roca junto a ella. Después hizo una reverencia y se sentó en una de las sillas del frente, en silencio. Después, uno a uno, los ninjas pusieron sus espadas a un lado de la de su maestro, haciendo una reverencia, y sentándose es silencio.
Al cabo de unos minutos de comenzado la fila, el gran salón del Goh Ryong se hallaba lleno en su totalidad, y todas las personas presentes despidieron al fallecido, hasta solo un poco antes de que saliese el sol…
Si bien la visita sorprendió a todos los ocupantes originales del salón, la más sorprendida fue Pucca, ya que al mirar ella al enemigo de su amado, frente a su memorial, puedo ver en sus ojos, detrás de la máscara azul que lo ocultaba, algo que jamás había visto en ellos. Una mirada, tan llena de humanidad y calor como Pucca jamás había visto.
El día siguiente transcurrió con muchas anormalidades, pero relativamente pasable. Ya despedido el guerrero, los vivos tuvieron que resolver cuestiones de los vivos…
Los tíos cerraron el restaurante, naturalmente, mientras discutían sobre el tío Ho. Aunque ciertamente la idea de que el tío hubiese muerto, pasó por todas y cada una de las mentes de los presentes, nadie se animó a sugerirla, teniendo todos miedo de matar la esperanza.
-¿Dónde empezar a buscar?-preguntó el tío Linguini.
-La última vez que lo vimos fue la noche de hace dos días. Salió a comprar las hierbas Yan-Yan, igual que siempre. -dijo Dumpling
-Entonces habría que buscarlo por el pueblo… -sugirió Ching, pero Dumpling negó con la cabeza.
-No, él las recogía en las afueras del pueblo, lo hacía una vez a la semana para que las hierbas estuvieran frescas…
-Siempre caminaba por las colinas, y no llegaba hasta el día siguiente. Es por eso que RinRin nos engañó tan fácilmente.
-Entonces habrá que buscar por ahí -dijo Abyo, dando un paso al frente, ofreciéndose a ir.
-Eres valiente Abyo, pero no. Tú no sabes rastrear, esta es una tarea para un ninja…
-¡Puedo hacerlo!¡Por Garu! -dijo. Ching se acercó para intentar persuadirlo de nuevo, pero no fue necesario, el tío Dumpling lo interrumpió.
-Abyo, deja tu orgullo a un lado, no puedes arriesgar tu vida cada vez que la situación se presente. Tú tienes a alguien que necesita que vuelvas.
-Ching abrazó a Abyo, y este, una vez más, desistió de la idea.
-Pero… Garu era el único ninja de Sooga. -dijo Abyo.
-No -dijo Linguini- Hay alguien más.
Todos se sobresaltaron al entender lo que proponía el tío Linguini.
-¿Tobe?- preguntó Ching- ¿Pero por qué iba a ayudarnos?
-No lo hará -dijo Dumplig- Tendríamos que proponerle un trato.
Todos pensaron en silencio, hasta que nuevamente Ching tomó la palabra.
-Se dice que los ninjas de Tobe suelen pasar hambre… A lo mejor, podríamos negociar con los fideos.
-Una ración diaria para sus hombres a cambio de encontrar a Ho… -dijo Dumpling- ¿Que opinas tú, Linguini?
-No me agrada la idea de cocinar gratis para Tobe -dijo este- Pero lo que sea para recuperar a Ho.
-Bien, entonces está decidido… ¿Quién le propondrá el trato?
Inesperadamente, Pucca se puso de pie, y dio un paso al frente.
-¿Segura que quieres ir Pucca? -preguntó Linguini.
-No hace falta, cualquiera de nosotros puede ir -Añadió Dumpling.
Pucca asintió.
-Muy bien, déjame escribírtelo entonces…-Linguini escribió la propuesta en un papel y lo dobló. Después de entregárselo a Pucca, ésta se despidió.
Pucca corrió hasta la fortaleza de Tobe, en lo profundo de los bosques de Bambú, al llegar, dos guardias custodiaban la entrada.
-No, no puede pasar. -dijo uno de estos. -Pero… ¿Qué desea?
-Pucca enseñó la carta.
-Oh, ¿es una carta? -Pucca asintió- ¿Es para el amo? -Pucca asintió nuevamente.
Los guardias se miraron el uno al otro.
-Voy a informarle al amo Tobe de su visita, espere aquí por favor. -Dijo el guardia y entró en la fortaleza. Pucca esperó pacientemente por unos minutos, en presencia del otro guardia, hasta que el primero regresó.
-El amo Tobe la escuchará… Oh, bueno… recibirá ahora. Pase, por favor… -dijo.
Pucca entró a la fortaleza, y confirmó que las condiciones en las que vivian los ninjas de Tobe no eran las mejores, pero aún así, todos estuvieron felices de verla. El ninja la condujo hasta una sala distinta a todas las anteriores, donde Tobe la esperaba, junto a dos de sus ninjas. Él se veía distinto, en principio, no llevaba su máscara puesta, y Pucca pudo apreciar con detalle su larga cabellera y su rostro. Además, no llevaba su traje de combate, sino un chaleco de lana que seguramente usaba para entrenar. A eso se le sumaba que, el simple hecho de no estar en combate lo hacía ver exageradamente extraño.
-Sí, que es lo que quieres. -Respondió infragante.
Pucca no esperaba otra actitud, le pasó la nota, y este la leyó rápidamente.
-¡¿Qué es esto?!- preguntó- ¿Esos Chefs quieren contratarme a mi y a mis ninjas como si fuésemos unos sucios mercenarios sin honor? ¿Y sobre todo, planean pagar con sus fideos? No los necesitamos, y ni siquiera son tan buenos...
-Excepto los de res especial… -dijo uno de los ninjas junto a Tobe.
-¡O el plato salado!-dijo el otro.
-Los fideos con pescado…
-¡O el Yan-Yan picante especial!
Entonces los estómagos de ambos rugieron indiscretamente.
-¡Silencio!-gritó Tobe.- Como sea, de ninguna manera, no creas que porque respeto a tu difunto novio ya voy a simpatizar contigo, y aún si nos estuviésemos muriendo de hambre yo…
Pucca bajó la cabeza al escuchar la respuesta de Tobe. Ella, sinceramente creía que si alguien pudiese encontrar a su tío, ese sería Tobe. Al ver la tristeza de la muchacha, la expresión de Tobe cambió a una expresión de vergüenza hacia su propia actitud. Pero fue rápido en esconderla y en cambió pareció pensativo...
-Está bien- dijo finalmente- ¡Pero hazle saber a tus tíos que esto lo hago por el honor de Garu y por mis hombres! No por una petición de una campesina y sus amigos.
Pucca pareció alegrarse, aunque sea un poco. Hizo una reverencia y salió de la fortaleza, a contarle a sus tíos la buena noticia.
En realidad, a Tobe no le importaba casi en nada el honor de Garu, era su enemigo después de todo, y no lo respetaba ni la mitad de lo suficiente como para hacer lo que había prometido. Tampoco le mucho importaban los fideos, en su lugar, se había conmovido por la pena de Pucca.
Tobe había sido espectador durante toda su vida del nivel con el que Pucca amaba a Garu, y le costaba imaginar como Pucca lograba sobrellevar su pérdida. Tobe pensó que… si bien estaba en las capacidades de Pucca aguantar el sufrimiento por la muerte de la persona a quién amaba, no había razón para empeorar su dolor añadiéndole la incertidumbre sobre el bienestar de su familiar.
Tobe llamó a todos sus ninjas en la sala más grande de sus fortaleza y les dijo:
-¡Ninjas!¡Tenemos una misión!¡Hallar al Chef Ho y llevarlo junto a su familia en el Goh Ryong!

"Forever and Beyond" Tobecca Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora