Me puse la bendita en la nariz, esperó que con esto me pase. Salí del baño y Jasón me esperaba allí, luego nos dirigimos al salón. A primera hora de la mañana y ya tuve mi primera caída. Aunque esta vez no fui yo la torpe, aquel chico lo fue.
— ¿Nos sentamos juntos? —me pregunta en cuanto entramos al salón, Jasón no tenía un puesto definido, ya que normalmente se sentaba con las chicas con las que comenzaba a ligar para después cuando las terminaba volvía a sentarse a mi lado. Solo me usaba el maldito.
— No —le digo y me dirijo a mi puesto, escuchó la queja de Jasón y de igual forma se sienta a mi lado. Luego siento su mano apretando mi mejilla Izquierda— ¡Basta! —le digo y quito su mano de un golpe. Él ríe— ¿No tienes con quien ligar ahora? ¿O ya saliste con todas la de la clase?.
— ¡Eh! —me alega, yo solo le miro con una ceja levantada. No era una exageración— Claro que no —mira a todas las chicas que estaban en el salón— al menos con cinco de ellas aún no he salido.
— ¿Cinco? ¿Es enserio? ¡Hay veintidós chicas en este salón! ¿Y solo cinco te faltan? Joder... a ti sí que no se te escapa ninguna.
— Bueno entre esas cinco estás tú —me dice y se rasca la parte trasera de la cabeza. Ósea que en realidad son cuatro con las que no ha salido. Sabía que era mujeriego, pero no creí que sería tanto.
— Bueno, como sea. Debo aceptarte como eres, después de todo somos mejores amigos desde pequeños. —le dije, saque mis cuadernos y los deje sobre la mesa. Leí el nombre de la materia en la tapa del cuaderno. "Historia y geografía". ¡Qué buena forma de seguir la mañana! y lo digo enserio, adoro esta materia. No sé porque a algunos no les gusta, se me hace interesante saber de lo que ocurrió en tiempos mucho antes de que yo esté aquí. La profesora entro, dejo sus cosas sobre su escritorio y enseguida comenzó a escribir el título de lo que hablamos en clases. "Las sociedad de consumo. Desde la guerra civil hasta la primera guerra mundial".
— Como bien se acuerdan en la clase pasada quedamos en el punto sesenta y siete, que hablaba de el rostro descarnado de la riqueza. Una pregunta que les voy a hacer es que me digan quien fue Andrew Carnegie. —la profesora miró a alguien detrás de nosotros y todos miramos, era Camille— hable.
— Andrew Carnegie nació en Dunfermline, es hijo de un tejedor, llegó con su familia a los EE.UU. en mil ochocientos cuarenta y ocho. Carnegie recorrió rápidamente una variedad de trabajos en las compañías Western Union y Pennsylvania Railroad. En Mil ochocientos sesenta y cinco, dejó el trabajo para establecer sus propias empresas y finalmente fundó la Compañía de Acero Carnegie, que desarrolló la industria del acero de Pittsburgh. Se dedicó el resto de su vida a actividades filantrópicas y a escribir, incluída su autobiografía.
— Muy bien, pero a eso también podríamos agregar que Carnegie fue quizá el primero en afirmar públicamente que los ricos tienen una obligación moral en repartir su riqueza. En mil ochocientos ochenta y nueve escribió El Evangelio de la Riqueza, donde afirmaba que toda la riqueza individual por encima de lo necesario para las necesidades de la propia familia debía considerarse un fideicomiso y ser administrado en beneficio de la comunidad. Sus primeros grandes donativos fueron dedicados a su ciudad nativa. Más tarde creó siete organizaciones filantrópicas y educativas en Estados Unidos y algunas más en Europa. —levante la mano enseguida y la profesora me dejó hablar.
— Una de las preocupaciones duraderas de Carnegie fue la fundación de bibliotecas públicas para que cualquiera tuviera la posibilidad de educarse. Había unas pocas bibliotecas públicas en el mundo cuando, en mil ochocientos ochenta y uno, Carnegie comenzó a desarrollar su proyecto. Gastó más de cincuenta y seis millones de dólares para fundar dos mil quinientos nueve bibliotecas por todo el mundo anglófono.
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Connected hearts
Подростковая литература"No importa donde estés, ni con quien estés nosotros siempre terminaremos encontrándonos porque nuestros corazones estan unidos, son uno solo. Somos uno solo" TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS