"Vamos a Jugar..."

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POV Itachi

Era contraproducente esta situación, una vez más intenté con ímpetu ignorar las señales de mi cuerpo, algo si tenía claro y es que debía estar atento, porque en cualquier momento, el plan se pondría en marcha. 

–Sasuke, Sasuke... Estás muy blando. Vamos, esfuérzate un poco más... – Le susurró ese idiota mientras le daba una nalgada, poniéndome realmente molesto, no era de mi agrado esta situación, necesitaba matarlo con mis propias manos, sí, eso era precisamente lo que necesitaba. – ¡Esfuérzate! – Le gritó, Sasuke sólo me miró con sus ojos confundidos, esa mirada me volvió añicos, no quería hacer esto, no así... 

– Sasuke... Por favor... –Susurré, no quería hablar demasiado, tenía miedo a que Madara pudiese interpretar demás, mi pequeño hermano inhaló, debía concentrarse, este subió a mis labios y los besó, fue cuando mi mente se puso en blanco ¡Por favor! Esta clase de reacción debería ser ilegal, sólo el puede poner mi mente en blanco de un momento a otro en una situación como esta, sencillamente no le consigo explicación coherente. 

– Nii-san... – Susurró sobre mis labios, como si tuviese miedo de ser escuchado, mi corazón latió fuerte, sus ojos encontraron los míos y quise besarle, quise abrazarle y hacerle sentir que todo iba a estar bien, que a mi lado nada iba a pasarle, pero no, ¡Mierda! Estaba atado y no podía ni siquiera moverme, sólo debía resistir un poco más. 

– Sasuke... – Le dije en voz baja, mirándole a los ojos. – Vamos a jugar, ahora...   – Sentencié, los ojos de Sasuke se abrieron muy grandes, pues se imaginaba lo que estaba por venir. Irónicamente no me refería a nada sexual, pues esa frase la utilizábamos cuando eramos muy pequeños, era la manera de darnos a entender que era el momento de dejarse llevar por lo que el otro dijese, pues sabía de antemanos que el que lo pronunciara claramente es porque ya tenía un plan y el mismo estaba cerca de ser ejecutado, eran las palabras claves para poner alerta a su compañero, usábamos esas palabras con la intención de que nuestros padres no sospecharan nada de lo que teníamos planeado, generalmente lo hacíamos para husmear en las cosas de papá o de la familia, siempre fuimos muy curiosos. 

  – Oh, parece que Itachi quiere unirse al juego... – Susurró Madara, parándose a lado de mi. – Lástima que estés amarrado... Parece que Sasuke ya no te quiere, pues no te ha tocado. – Dijo burlón. En silencio, Madara se subió a la cama, posicionándose detrás de Sasuke, cerré los ojos, sino me controlaba, juro que lo iba a matar si le ponía una mano encima.– Sasuke... Date prisa, quiero ver como alocas a tu hermanito... – Dijo con voz clara, abrí los ojos y vi como lo había volteado, estaba sobre mi, pero su espalda era todo lo que veía, pues estaba sin la parte superior de su ropa.

Madara comenzó a besar el cuello de mi hermano, mientras él estaba sobre mi, sentado a horcajadas, su peso caía justo en mi entrepierna, presionándola, sus manos estaban aferradas a mis muslos, de un movimiento bastante brusco, le arrancó el pantalón a mi hermano, dejándolo sólo en bóxer, Sasuke estaba parado frente a mi, mientras Madara estaba arrodillado frente a él. 

Maldito... Sólo tenía que resistir un poco más, no flaquees Sasuke, saldremos de esto y Madara estará tras las rejas, donde tiene que estar. Divagué por un largo rato, hasta el momento en que escuché algo que parecía ser un... ¿Gemido? Volví mi vista al frente,  ¡Estaba sin bóxer! 

  – B-Basta... – Masculló Sasuke, viendo como de nueva cuenta Madara engullía todo el miembro dentro de su boca, entonces noté como su cuerpo comenzaba a temblar, tapaba su boca ahora, su pecho estaba enrojecido, sus ojos estaban cerrados mientras sólo escuchaba el sonido vulgar del "mete/saca" de la boca de Madara, sentí una ligera repulsión hasta el instante en que vi como el cuerpo de Sasuke comenzaba a colapsar, las manos de Madara ocuparon sus glúteos, lo colocó de perfil, dándome una vista perfecta para notar como el miembro erecto de Sasuke entraba y salía de los labios de Madara, hasta ahora es que notaba que el mismo estaba sin camisa también ¡Por favor! ¿Como se supone que debía reaccionar? Mi mente repudiaba todo lo que veía pero mi entrepierna no parecía estar en sintonia. –Voy a... ¡Agh! – 

Prohibida Seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora