Capítulo 26. - Volver o seguir.

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Mario POV. 

- Mario, cariño. Baja un segundo. - Ordena mi madre desde el salón. 

¿Por qué de repente me trata con amor?, hace 2 semanas me dijo que era un jodida deshonra. Bajo las escaleras sin muchas ganas, jugando con el dobladillo de mi camiseta. Mis padres están sentados en el sillón, con grandes sonrisas en sus rostros, que realmente me dan ganas de vomitar, son un par de hipócritas. Delante de ellos, está un hombre que no rebasa los 45, lleva un traje & una sonrisa baila en su rostro. 

- Mario, amor, pudiste haberte cambiado. - Me dice mi madre, arreglando mi cabello. 

- Como tengo ánimos, por eso, yo creo. - Digo con sarcasmo. -  ¿Qué pasa? 

- Él es Mateo, dirigente de los potros de Nueva York. - Mi boca se abre de impresión. 

- ¿Q-qué?, por dios esto es emocionante. ¿Qué hace aquí? 

- Escucha Mario, estuve reclutando jóvenes de distintos colegios. Así fue como llegué al tuyo, en donde me hablaron maravillas. Ese chico...¿cuál era su nombre?, Ah, si. Martín. 

¿De qué me perdí?

El rubio estúpido ha hablado de mi, sin decir idiota entre cada frase. Me sorprende, todo en general. Mis ojos se abren como plato cuando el hombre me tiende uno de los uniformes de su equipo, con una sonrisa en el rostro. En mis sueños mas lejanos creí poder logar ganar esa maldita beca a Nueva York, después de 11 años. No se si reír o llorar. 

Mi felicidad se ve arruinada, o bien, golpeada cuando miro una foto que descansa en la mesa de centro. Somos Daniela & yo, el día del partido en el que le pedí que fuese mi novia. Joder, sigue doliendo como hace tres semanas. 

A veces, muy seguido en realidad, siento la necesidad de salir corriendo & pedirle disculpas por ser un idiota & hacer tremendo drama por nada, pero mi orgullo & estupidez es más grande que mis ganas de volver a tenerla cerca. 

Sería una patada para ella saber que me voy, pero vamos, Dani es, probablemente la chica más dulce que yo conozco, se que puedo soportarlo, solo 3 años, o algo así. Genial, ahora mi cabeza está hecha un lío, & no estoy seguro de que hacer. 

Supongo que necesito alejarme de ella un tiempo, no porque he dejado de quererla, mas bien porque nos hará bien. Dejar de quererla sería suicidio, & ademas no puedo ni quiero hacerlo. Voy a extrañar cada detalle de ella si me voy. Sus pestañas, el color de sus ojos, sus constantes celos & enfados, como la palabra "Imbécil" sonaba adorable saliendo de su boca. Su sonrisa chispeante, o la forma tan particular que tiene de ser ella, con esos gestos & caracter impulsivo. 

No quiero alejarme, no de ella, aunque, me hace muy feliz saber que me pensaron para el equipo en Nueva York, entonces no se que diablos hacer. Es ilógico, porque mi interior me está diciendo a gritos que me quede, pero quiero irme, & tengo que dejarla un poco, justo porque la quiero. 

(...) 

Salgo de el auto, con el corazón en la garganta sosteniendo fuerte el collar que le compré, ni siquiera se de donde estoy sacando valor, para caminar, porque para hablar, aun me faltan. Estoy frente a su puerta, con lagrimas en los ojos, cuando Alejo abre la puerta, cambiando su sonrisa por una mueca. Me suelta un puñetazo apenas me muevo. 

Me lo merezco. 

Daniela asoma su cabeza por el pequeño hueco de la puerta, yo hago lo mismo, observando a detalle a la persona que los acompaña. Martín está sentado en el sillón, con ese horrible cabello rubio & una sonrisa burlona en el rostro. Bien, creo que ahora las palabras del entrenador Mateo tienen sentido. 

Aprieto el collar en mi puños, sintiendo la ira recorrer mis venas, seguido de guardar el objeto de metal en mis bolsillos. Dani ahora está frente a mi, luego de haber murmurado algo a Alejo para que se alejara. No se si la detesto por estar con ese idiota, o la aprecio más por darme mi merecido. 

- Siento haber interrumpido, yo...bueno. - Digo frenando mis palabras con un suspiro. 

- No, está bien. - Me mira sin expresión. - ¿Qué pasa? 

- Verás, esta...dios, es complicado. - Esta mañana fue a verme el dirigente del equipo los potros de Nueva York. Me iré en dos días, & bueno, solo quería, yo...quería despedirme. - Explico lo mas rápido que puedo para no llorar. 

- Estoy orgullosa de ti, Mario. Siempre lo estuve & siempre lo estaré. - La conozco tanto, que se que ahora mismo está llorando por dentro. 

- Te quiero, Ángel. - Beso su frente & me giro, seguido se subir a mi auto, & soltar pequeñas lagrimas. 



Este capítulo es mas largo, pero, es que ya casi acabamos la novela, ahhhhhh. De paso decirles que acabo de publicar una historia, si se le puede llamar así, que se llama "Rayita al estilo Mexicano", ahí van a encontrar los clichés mas comunes en novelas o fanfics, con un estilo mexicano, al estilo mexicano de Adri Terrazas, mas que nada para que se rían un rato de mis pendejadas, jajajja. 

Un perfecto imbécil. ‹‹ Mario Bautista. #CbllrsAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora