Capítulo 8: La única manera

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La noticia de la muerte de Georgi conmocionó a toda la central. Nadie podía creer que en una de las cárceles más seguras de Japón, un preso moriría asesinado. El departamento de Criminalística era un manojo de nervios. Victor y Pichit no paraban de moverse a todas partes en el patrullero. Yurio y Yuri tenían más trabajo que nunca; pasaban el día entre miles de papeles. JJ, un poco deprimido, cada tanto se quedaba sentado en una silla y ni siquiera le importaba que Chris lo abrazara un poco; es más, le devolvía el abrazo con suavidad. Otabek y Michele casi no podían estar presentes, ya que debían realizar los barridos electrónicos. 

Aquella noche, Victor le comunicó a Yuri que ellos debían quedarse a hacer la guardia. Yuri, aunque agotado, asintió con la cabeza y se dedicó a repasar los últimos informes del asesinato de Georgi. Decían que había muerto ahorcado, pero no tenía huellas de ADN en la piel, por lo que el asesino tuvo que utilizar una bolsa o guantes para hacerlo. No presentaba otras heridas en el cuerpo, y ninguno de los presos dijo haber visto a alguien. Solo uno de ellos declaró haber escuchado hablar a Georgi. El moreno parecía haber dicho "¿Qué es esa apariencia para la fama que tienes?" y haber reído suavemente, para luego callar abruptamente. 

Yuri se quedó muy quieto. Georgi se había llevado el secreto del Guardián Rojo a la tumba. Sus últimas palabras le rebotaron en la mente.

"¿Qué es esa apariencia para la fama que tienes?" 

- ¡Ah! ¡Creí que eras un asesino y no un detective, Yuri Katsuki! 

El moreno se quedó muy quieto, aterrado. Los brazos fuertes de Yukoto lo abrazaban por los hombros con fuerza, casi ahorcándolo, y Yuri intentó encontrar aire a toda costa. Su otro yo reía con malicia. 

- ¿Quieres respirar?- susurró suavemente en su oído- Pues me tienes que oír primero 

- ¡P-prefiero morir ahogado!- graznó el japonés, furioso 

- Sé como puedes encontrar al Guardián Rojo 

Yuri se quedó quieto de a poco, y Yukoto sonrió, señalando a Victor. 

- Debes matarlo- explicó- Él se ha convertido en un impedimento en tu plan, Yuu-chan. Lo amas tanto que has olvidado tu verdadera misión. El Guardián Rojo tiene que pagar

Los ojos del moreno se abrieron de horror. 

- ¡De todas las cosas que me has pedido, esta será la primera que no haré!- gritó- No voy a dejar que me obligues, Yukoto. Victor es... Victor es mío 

Yuri se ruborizó con violencia y Yukoto rió con malicia. 

- ¿Lo ves?- musitó- Estás tan cegado con tu amor por él que no te das cuenta de que puede descubrirte en cualquier momento. La policía te sigue buscando, Yuu-chan. Y cuando te encuentren, tu preciado Victor será la primera persona en dejarte caer

- ¡Eso es mentira!

Yukoto reía, reía junto a su oído. Yuri no podía apartarlo.

- Si no lo matas tú, Yuu-chan... ¿qué crees que suceda?- replicó, malvado- Lo haré yo. Le haré sentir tanto dolor a través de tus manos que no podrás librarte de mí y ayudarlo... Y no quieres eso, ¿verdad?

- Como te atrevas a tocarle un solo cabello...- farfulló el japonés, furioso

El moreno rió, enseñándole sus ojos por primera vez. Eran rojizos, casi tanto como la sangre.

- Entonces, ya sabes lo que debes hacer- musitó- Si no quieres que sufra... líbrate de él, Yuu-chan

Los brazos de Victor lo devolvieron a la realidad. El ruso lo estaba abrazando por los hombros.

- Yuri, necesito que mañana hagas un par de cosas- dijo con suavidad- Sobre tod...

Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Yuri de repente notó su rostro demasiado cerca del de Victor. 

Lo había besado. Había besado a su jefe. 

Cuando notó lo que estaba haciendo, lo soltó y se cubrió la boca con las manos. El sonrojo se le notaba incluso entre los huecos de los dedos.

- L-lo siento...- balbuceó- Yo... no sé...

Sin embargo, Victor se acercó hacia su boca y le devolvió el beso. Una vez que se separaron, el ruso se agachó frente a las piernas de Yuri y tomó su mano, besándola con suavidad. Los ojos del japonés se llenaron de lágrimas y comenzó a sollozar, sin poder contenerse.

- Yuri- musitó Victor, con una sonrisa- Te amo

- ¿E-en serio?- tartamudeó, secándose el rostro con las manos

El ruso rió suavemente y deslizó su pulgar sobre la mejilla de su subordinado.

- Te amo- repitió- No voy a dejarte solo

- Y-yo... también te amo...- murmuró Yuri, sonrojado

Victor sonrió y lo abrazó, mientras las lágrimas del moreno continuaban cayendo. "No puedo" pensó, sin dejar de sollozar "No puedo matarte. Te amo más que a nadie en el mundo, pero... si quiero mantenerte a salvo..."

                                                              *********************

Era tarde cuando Victor salió del trabajo. Yuri se rezagó con la excusa de olvidarse un libro, y luego, comenzó a seguirlo en silencio por la calle. Los pasos le pesaban y se iba deteniendo de a poco. Ya no podía soportarlo. No deseaba nada más que ir corriendo a los brazos del albino y decirle toda la verdad. Pero las palabras de Yukoto rebotaban en su mente. 

" Cuando te encuentren, tu preciado Victor será la primera persona en dejarte caer"

Sus manos se dirigieron hacia la navaja en su chaqueta. Todo su cuerpo temblaba. 

- ¡Hazlo!- rió Yukoto junto a él- Hazlo o te prometo que lo haré yo. Te estoy dejando solo en esto, porque sé el aprecio que le tienes a ese ridículo detective. Pero si no lo haces, sufrirá tanto dolor que te arrepentirás por el resto de tu vida 

Una horrible imagen llenó la mente de Yuri. Victor siendo torturado por Yukoto a través de sus manos, sus ojos claros llenos de decepción y dolor mientras creía que la parte humana de Yuri era la que lo odiaba. El llanto inundaba sin control su rostro. El moreno levantó levemente la navaja. 

- Lo siento, Victor- sollozó- Te amo 

Y sin esperar un segundo más, se abalanzó en silencio sobre él. El albino no lo vio venir. Yuri hundió el arma junto a su cintura, sin profundizar demasiado la herida, y evitando que lo viera. Lentamente, el cuerpo de Victor cayó en la acera y debajo de él relucía un enorme charco de sangre. Su pecho no se movía. 

Un grito agónico brotó de los labios de Yuri, mientras corría a toda velocidad por los callejones más lejanos hasta su hogar. Sintió como se le cerraba el pecho y no podía tranquilizarse, respirando a bocanadas torpes mientras un ataque de ansiedad lo paralizaba en su lugar. Lentamente, apretándose las sienes, comenzó a calmarse. El japonés sintió una mano sobre su hombro, pero sin ni siquiera voltearse, la apartó con brutalidad. Sus ojos, furiosos como nunca antes habían estado, se clavaron en la figura algo sorprendida de Yukoto. 

- Aléjate de mí- susurró 

- Yuu-chan.. 

- ¡Cállate!- gritó Yuri- ¡Mi nombre es Yuri! ¡Y soy un mentiroso! ¡Pero nunca más dejaré que tú me controles! ¡Ésta es la última vez que nos vemos! ¡Ya no te dejaré entrar a mi mente! Eres un maldito... y yo también lo soy... ¡Doy asco! ¡Pero ya no más! ¡ALÉJATE DE MÍ!

La frase final hizo que temblaran todos los vidrios del apartamento. Cuando Yuri volvió a abrir los ojos, Yukoto ya se había ido. 


¡Gracias por leer! ¿Y ahora? ¿Qué será de Yuri? ¡Lo vamos a ver próximamente! Y como soy buena (supuestamente) en un rato les publico en capítulo 9, "Declaraciones y errores" ¡Los quiero!

Lily 

Yo soy Yuri, el mentiroso [ Un fanfic de Yuri!! on Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora