El Mundo Escondido

La Aventura Apenas está por Empezar

**Narra Hellen**
-Despierto en mi cama arropada con una manta gruesa y suave y un paño en mi frente. Me sentía agotada y no tenía fuerzas para pararme o siquiera quitarme el paño con agua de la cara.
-Mi abuela toca la puerta y pasa con una cubeta llena de agua fría para quitarme la fiebre.
-Hola  querida cómo estás?, pregunta mi abuela al ver que estaba despierta.
-Yo le contestó con un pulgar levantado hacia arriba porque sentía que no podía ni hablar, todo mi cuerpo estaba agotado y ni se podía mover.
-Mi abuela se llama Elisa, pero la gente usualmente la conoce por La Curandera, ya que ella ha curado hasta a los más gravemente heridos con solo sus manos y herramientas inventadas con ramas de los árboles o algo. Ella podía curar personas hasta el borde de la muerte. Todo el mundo piensa que posee poderes mágicos, pero no   es así, la verdad es que ella nunca creyó en la magia, lo único que usa son plantas mágicas curativas que son las únicas que ella cree sí tienen magia, pero a veces me pregunto si las plantas realmente son las mágicas.

-Mi abuela se acerca con la cubeta llena de agua, ella unde el paño en agua fría y luego me lo pone en la frente.  Yo me quejo de lo frío que está y mi abuela se ríe a carcajadas de mis quejidos ya que parecía un perro chillando del dolor no de frío.
....
-Estoy fuera cazando, me siento como nueva después de estar una semana descansando, me había enfermado por el sereno de la noche, pero todo está bien ahora.

-Voy corriendo por el bosque a ver si algún animal aparecía por ahí. Me tropiezo con una rama en el suelo del bosque y unos brazos fuertes y musculosos me agarran para que no me caiga, yo aún mirando al suelo le doy las gracias, viro la cabeza y me doy cuenta que era un joven más o menos de unos 17 años como yo, lo vi de pies a cabeza y su mirada era tan divina y penetrante que pensé que me habían clavado una flecha de cupido al corazón... era sin duda el más apuesto hombre que haya visto en mi vida. Me devolví al mundo real y me puse de pie agradeciéndole correctamente y presentándome.

-Soy Hellen dije con una voz nerviosa y apresurada. Hola me dijo él, me llamo Arturo, un gusto en conocerte. Por un momento pensé que estaba soñando porque nunca había hablado con un hombre en la vida, excepto mi abuelo. Ellos siempre me mantenían cerca de la casa y casi nunca conocía a alguien.

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