3: Sin rodeos.

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Estaba del otro lado del patio esperando a que el tonto de mi novio se acercara a hablarme, pero no lo había hecho hace tres días y no parecía que estuviera dispuesto a hacerlo. Así que tomé la iniciativa, caminé entre la gente dejando a mi pequeño grupo de amigas y todos alrededor de Thomas posaron sus ojos sobre mí.

—Vamos a hablar. — Miré a la chica que estaba a su lado, era la típica aficionada que siempre estaba junto a los del equipo de fútbol y sus camas que no era mi asunto, pero si me molestaba que fuera así últimamente con Thomas. Cosa que me incomodaba y él sabía perfectamente.

Miró a sus amigos y se alejó conmigo lejos, detrás de la escuela.

—¿Qué te sucede? —sus ojos grises buscaban evadir el tema a toda costa, lo último que quería eran más problemas seguramente, pero parecía imposible con el drama que estaba a punto de hacerle —No me has hablado en días, ¿en serio?

—No quería decirte... —apretó los labios bajando la mirada, no entendí para nada de que hablaba. Se recargó en la pared y me miró con culpabilidad—. Me llegaron unos mensajes muy raros.

—¿Qué mensajes? —levanté una ceja y me evadió de nuevo.

—De alguien, no sé quién sea, pero me amenazó en serio. Sabe cosas de mi familia, direcciones y los lugares a los que hemos ido, todo por nuestra relación —abrí los ojos de par en par—. ¿Tienes alguna idea de quién pueda ser?

No sé porque razón, pero lo primero que vino a mi mente al escuchar «amenaza» fue la cara de Ian.

—No, ¿tienes los mensajes? —pregunté inmediatamente con angustia, si se trataba de Ian está podría ser una buena oportunidad de echarlo de mi vida de una vez por todas.

Aunque costaría probar que se trata de él, no pasa de una sospecha...

—Borré todo y cambié de teléfono —dijo sacando un cigarro para encenderlo, estaba volviendo al tabaco que tanto le costó dejar—. ¿Por qué?

—Porque podríamos ir a la policía. —respondí en un murmuro tratando de ignorar el cigarro y me negó con la cabeza.

—No quiero molestar a papá, está muy ocupado con su campaña y si eso continúa haré algo. Lo prometo — Olvidaba que su padre estaba metido en la política—. No te preocupes de eso, es la razón por la que no había llamado.

Sospechaba que no era así, pero no planeaba alargar la discusión más.

—Bien...—respondí conformándome con su respuesta, pero las palabras de Ian volvieron a mi cabeza.

«Ese noviecito tuyo te está hartando y no sabes cómo deshacerte de él.»

Estaba convenciéndome de que no tenía la más mínima de las razones respecto a mi vida y no sabía el drama que le iba a armar en cuanto volviera a casa. Me acerqué a Thomas y lo bese con intensidad sin importarme el sabor a tabaco, ahora sé bien lo que él quiere...

¿Sería capaz de traicionar mi palabra por darle un gusto?

Al separarnos había una gran sonrisa en los labios de Thomas.

—¿Y ahora? — Me sujetó de la cintura con una de sus manos ya que no había nadie alrededor—. ¿Me acompañarás a la fiesta en casa de Mike entonces? — dedicó una de sus miradas pervertidas.

—Claro, pasas por mí. —volví a besarle y así nos quedamos juntos hasta que llegó la hora de entrar a clases.







Dangerous Secrets [Ian Somerhalder] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora