1.El nuevo

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Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Isayama-sensei y Kodansha.


La escuela.

Todos hemos ido a ella. Si pensamos en esta palabra, muchos recuerdos nos vienen a la cabeza, y por muy diversos que sean, siempre estarán relacionados con lo mismo: compañeros, las clases, los profesores, los momentos de descanso... Muchos de estos recuerdos pueden llegar a marcarnos nuestras vidas, ya sea de manera positiva o incluso, negativa. Tal vez recuerdes cuando tuviste tu primera novia o te saltaste la clase de matemáticas porque el profesor te odiaba; o cuando decidiste irte "de pinta" con tus amigos. En todo caso, la escuela es una etapa de nuestras vidas que no podemos olvidar, sobre todo si eres adolescente.

Pero seguro uno de esos inolvidables recuerdos es el primer día de clases. Yo he tenido tantos... Algunos más aburridos que otros, pero el día que comencé mi segundo año de secundaria; ése día sí que prometía ser el más aburrido de todos... O eso creí.

Hasta que llegó un tal Eren Jeager.

***



El sol apenas entraba por la ventana cuando la alarma sonó ruidosamente. Aquel sonido infernal...

Beep beep beep

Pesadamente, sus ojos se abrieron y de inmediato se posaron sobre el reloj que soltaba sus gritillos para despertarlo, soltó un gruñido y se dio la vuelta enroscándose sobre la cama y tapándose hasta las orejas. Pero ese horrendo pitido no cesaba.

Beep beep beep

Se removió en su cama. No quería despertar, no quería levantarse, menos el día de hoy. Se hizo ovillo en su cama.

Beep beep beep

"Condenada alarma, ¡ya cállate!" Pensó molesto y, como si lo hubiera oído, dejó de sonar. Sus ojos se cerraron plácidamente por el hermoso silencio y soltó un suspiro, relajando el cuerpo y decidido a entregarse a soñar otra vez. Hasta que...

- ¡Eren! ¡Ya levántate! ¡Vas a llegar tarde!

El muchacho refunfuñó debajo de sus cobijas, comenzando a removerse enfadado. No quería, de verdad no quería ni moverse. Silencio otra vez.

- ¡EREN!

En un grito Eren se levantó, aventando las cobijas con pies:

- ¡YA ME LEVANTÉ! - Exclamó, otro silencio.

- ¡PUES MAS TE VALE O LLEGARÁS TARDE A TU NUEVA ESCUELA! - Contestó su madre, quien seguramente estaba en la cocina. El chico volvió a farfullar, mientras se desabotonaba el pijama.

Como si tuviera tantas ganas de ser el nuevo una vez más, pensó. ¡Cuántas veces había sido el nuevo! Desde que entró a la secundaria, no había permanecida en el mismo salón (mucho menos en la misma escuela) más de tres meses. Y siempre era lo mismo, lo bullys que le ponían apodos molestándolo y peor aún, incluso lo llegaban a golpear y todo porque él era... Eren soltó un suspiro removiendo la cabeza como si así se le fueran a caer los pensamientos del cerebro. Cuando terminó de vestirse, fue al baño y después se quedó mirando el reflejo del espejo. No tenía nada de especial: cabello oscuro, piel blanca, nada fuerte, nada guapo, sólo esos ojos verdes que perturbaron a más de uno, pero fuera de eso no era nada más que...

- Un don nadie. - Musitó, recitando las palabras favoritas de los bravucones.

¡Rayos! ¡Cómo los odiaba! Pero eso tenía que cambiar, no permitiría que volvieran a sobajarlo una vez más, pues él cambiaría las cosas, ¡sí cambiaría su destino! ¡Sería conocido ahora como...!

104Donde viven las historias. Descúbrelo ahora