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HongBin era un brujo, se había cumplido lo que dijo.

Eran las tres de la mañana cuando los niños comenzaron a llorar, me queje dándome la vuelta, tenia un viaje de negocios a las 8 y prácticamente acabada de dormir, los niños habían estado llorando hasta las 12:48, pero yo había logrado conciliar el sueño cuando pasaba de la una.

La mañana siguiente había despertado solo en la cama y a comparación de otros días la casa estaba en total silencio. 

Mire el reloj 10:32 a.m, los niños ya estaba en el quinder, los bebes seguro dormían, después de tanto estar acostado me levante  y baje a la sala, ahí estaba sujail comiendo una manzana y escribiendo algo en su mac a color verde que le había regalado en navidad.

Camine hasta el sofá grande y me tire sobre el boca arriba.

— ¿Amor?.

—  mmm.

—  ¿Estas bien?.

—me siento mal— Mi voz se escucho ronca, Maldición, no me podía enfermar, no ahora que mis bebes acababan de nacer y quería estar con ellos.

Sujail camino hasta mi.

— ¿Que tienes?.

—  Ni yo se— Me tomo de las mejillas  y examino.

— Tus ojos están hinchado.

— y así los siento— ahora toco mi frente e hizo un gesto—  ¿Que?.

— Estas caliente ... no te muevas amor — asenti, escuche como se fue corriendo y regreso de la misma manera, no queria abrir los ojos, me sentia fatal, como si el anterior dia hubiese echo ejercisio hasta no mas poder. 

Sentí el calor de una manta.

  Ella es perfecta

—me moriré?—La mire con un solo ojo.

— ¡Ni siquiera lo digas!... Ten toma esto — Me senté y tome la pastilla que me había dado, ella solo beso mi frente—duerme

— Pero... tengo hambre...pero asco — rio levemente.

—te caliento la sopa de ayer?

—si.

—sin papa ¿cierto?

 — Si —  Sonreí mirándola.  

Esos pequeños detalles eran las que me enamoraban cada día mas de ella.

Te Amare SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora