Súper dotados

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Estar en ese mundo era y seguiría siendo extraño para Min Hyuk hasta que se fuera pero ya que había logrado calmarse un poco, intentaría adaptarse para que sus días allí no fueran tan malos. Agradecía que por lo menos no estuviera en otro planeta y con quienes convivía eran seres humanos como él sólo que con otra manera de pensar; de lo único que debía cuidarse era de las criaturas y si había hombres lobos, no le extrañaban que hubiese vampiros o zombies también. Trataría de estar con mente positiva aunque el panorama no lo fuera tanto y confiar en un montón de cirqueros que no sabía si era lo mejor porque muchos estaban algo locos pero no tenía otra opción.

En el pueblo no había nada que hacer, tal vez los otros no se aburrieran porque están acostumbrados a ese estilo de vida pero Min Hyuk lo único divertido que encontró para hacer fue lanzar piedras a un lago. Se distraía ver cómo la roca saltaba en el agua, creando una aureola a su alrededor para luego hundirse y a medida que lanzaba otras, intentaba hacerlas llegar más lejos. Se había mantenido un buen rato haciendo eso y le agradaba mucho ese lugar, tranquilo y sin cirqueros locos que lo estuvieran fastidiando, eso principalmente iba por Yu Kwon que siempre encontraba la forma de cómo exasperarlo. Min Hyuk desde hace mucho tiempo llevaba y estaba acostumbrado a una vida ajetreada entre el vandalismo y las fiestas pero ahora que estaba allí en calma con la naturaleza, le gustaba.

-¡Min Hyuk!

Min Hyuk volteó al escuchar la voz de Ji Hoon llamarlo y luego regresó a lo que estaba. Ji Hoon se acercó a él y se quedó mirando cómo la piedra rebotaba en el agua.

-Eres bueno con eso – comentó Ji Hoon – Vamos a ir a almorzar ¿Vienes?

-No tengo hambre – contestó Min Hyuk y lanzó una última piedra antes de sentarse y quedarse contemplando el lago.

-¿Sigues preocupado por cómo vas a salir de aquí? – Ji Hoon se sentó igualmente.

-Por supuesto pero ahorita estoy más tranquilo, si me altero quizás las cosas no se den bien. Intento mantenerme positivo.

-Eso está bien, de hecho se te nota que ya estás más calmado a diferencia de lo loco que estabas al principio – rió levemente – Pero te entiendo, yo también habría actuado así, estar en un lugar que no conozco haría que estuviera aterrado. Ya han pasado varios días, tu familia y tus amigos deben estar preocupados por ti.

-No, de eso es lo que menos me preocupo porque soy un lobo solitario – dijo casi con orgullo. Ji Hoon lo miró incrédulo – Sólo tengo un amigo, y no sé si esté vivo porque antes de llegar aquí, nos iban a matar por su culpa, nos separamos y no sé qué pasó con él.

-¿Por qué los iban a matar?

-Somos delincuentes y tenemos enemigos, aunque yo no tenía nada que ver con eso porque había pasado un tiempo en la cárcel.

-Ya veo ¿Y no tienes familia?

-Mi padre, pero no nos llevamos para nada bien, hace mucho tiempo que me fui de casa y me desentendí de él y él de mí.

-¿Y tu madre?

Min Hyuk volvió su vista al frente y no contestó, sólo suspiró. Ji Hoon notó que era un tema sensible el que había tocado y supuso que su madre había fallecido y no le gustaba recordar eso.

-Lo lamento. Debió haber sido duro para ti. Mi madre también falleció – dijo Ji Hoon.

-Mi madre no falleció – dijo Min Hyuk aún mirando el agua que brillaba con los rayos de sol – Si hubiese muerto por lo menos sabría dónde está y dónde visitarla pero la cuestión es que no sé qué es de ella. Desde que mis padres se divorciaron no la volví a ver más, mi papá no dejó que se acercara a mí, por eso es que lo odio tanto.

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