Diario de un cirquero

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Min Hyuk siguió preocupado por Ji Hoon hasta que amaneció y continuaba con la interrogante en su cabeza de lo que le podría estar pasando; trataba de imaginarse qué era pero desde que llegó siempre vio a Ji Hoon muy feliz y animado por lo que no se le ocurría qué problema pudiera tener. Sin embargo, una sonrisa en la cara de alguien puede significar muchas cosas, ellas además de servir para mostrar felicidad, sirven para disfrazar algún conflicto interno que no quieren que los demás noten. Min Hyuk quería poder ayudar a Ji Hoon si podía pero Taeil le volvió advertir esa mañana que no se metiera y ni le mencionara que había escuchado el escándalo que hizo para no incomodarlo. Era ya una costumbre que Ji Hoon se comportara así de vez en cuando por lo que ya era algo normal para todos en el circo.

Dejó de esperar frente al remolque de Ji Hoon a que éste saliera y regresó al que usaba, la poca ropa que tenía estaba regada y la dobló bien para luego guardarla en un baúl. Cogió su chaqueta de cuero que extrañaba usar y se dio cuenta que uno de los bolsillos estaba algo pesado, abrió el cierre y encontró un paquete de goma de mascar en el cual aún habían cuatro. Eso le hizo sentir una satisfacción por dentro, extrañaba algo de su mundo. Sacó uno para comerlo cuando Yu Kwon se asomó al remolque.

-¿Qué es eso? – preguntó Yu Kwon pareciendo un niño curioso.

-Nada.

-No puede ser nada – entró y le quitó el paquete de goma de la mano - ¿Son golosinas?

-Sí, pero son mías – le arrebató el paquete.

-Quiero probar.

-No.

-Anda – puso una expresión suplicante que Min Hyuk le pareció hasta tierna – Sólo uno, por favor.

-Bien – le dio uno de sus chicles.

Yu Kwon le quitó el envoltorio y antes de metérselo a la boca Min Hyuk le advirtió que no lo tragara y que lo masticara ya que así era que funcionaba, no era un caramelo que se acababa rápido.

-¿Cuál es el punto de esto si no se puede tragar? – preguntó Yu Kwon mascando.

-Sólo es para que sientas su sabor y te distraigas con él. Dicen que si lo tragas puede hacerte daño – se encogió de hombros, no sabía si eso era verdad porque siempre los había tragado y no le había pasado nada – Puedes hacer bomba con él también – le mostró, haciendo una bomba muy grande que luego se desinfló.

-Oye ¡Yo quiero! – dijo sonriendo divertidamente y Min Hyuk le mostró como debía hacer. Al primer intento no le salió y fue al tercero que logró hacer una bomba pero Min Hyuk la estalló con su dedo -¡Ay! Que malo, se me pegó todo en la cara.

-A veces eres tan fastidioso y extraño pero otras pareces un niño, o no, mejor dicho, un cavernícola que no sabe nada – rió para sí.

-No tenemos de esto aquí, no me juzgues – hizo un mohín. Se terminó de despegar el chicle de la cara y volvió a metérselo. Le quitó a Min Hyuk uno de los dos que le quedaba – Lo guardaré para después.

Min Hyuk terminó en lo que estaba, guardando la ropa en el cajón y tendió la cama que estaba toda revuelta. Nunca lo había hecho pero así tenía una excusa para no seguir hablando con Yu Kwon y esperaba que al ignorarlo se fuera pero no fue así, seguía allí mascando el chicle como si esperara alguna cosa. Min Hyuk lo miró por encima de su hombro y arqueó una ceja, esperando por lo que tuviera que decirle porque si había venido a él para algo era.

-¿Qué es lo que quieres? – le preguntó Min Hyuk.

-Sólo quería decirte que no tengo rencor por el golpe que me diste pero no me disculpo por lo que hice – sonrió.

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