Una nueva vida

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La bebida parecía ser su mejor amiga en esos momentos, sabía que debía controlarse con ella pero sólo necesitaba un poco más para pasar la amargura; podía acudir a Jun, dejar que él, su mejor amigo, fuera su apoyo en esa difícil situación por la que estaba pasando pero no quería molestarlo con su problema. Ahogaba entonces su pesar en su compañero color ámbar que muchas veces lo había visto en una situación similar y no se quejaba de sus dramas, seguía allí tan fiel como siempre, escuchando el grito en el interior del chico que ayudaba a calmar. Min Hyuk con su cabeza reposada en la barra y el vaso en su mano que observaba sin interés, pensaba en su madre y sabía que debía buscarla pero tenía miedo, habían pasado ya muchos años sin verla y por su estado, lo haría más difícil para él. Que no se acordara de su propio hijo sería un golpe muy fuerte.

Se tomó el último sorbo del whisky en el vaso y se marchó del bar antes de descontrolarse y emborracharse. Decidió irse a pie todo el camino hacia donde ahora reside con Jun sin saber qué tan lejos estaba ni qué hora era pero no tenía prisa, aún necesitaba un tiempo a solas. Se detuvo en medio de la acera y miró en la pared a su lado un afiche del circo que aún no se iba de la ciudad y sintió mucha nostalgia al recordar a sus amigos cirqueros. Se preguntaba cómo estarían y deseaba verlos aunque sea una vez más para asegurarse que todo estuviese bien pero no había forma de eso, estaban muy lejos en otro mundo. Mirando el cartel pensó en ir algún día y disfrutarlo esa vez, ya no le parecían estúpidos luego de estar viviendo por mucho tiempo en uno. Continuó y llegó al departamento luego de una larga caminata, se caía del sueño y se acostó en el sofá donde quedó rendido.

Despertó por la mañana cuando su cuerpo se lo pidió, miró la hora y ya eran las nueve por lo que Jun ya no estaba, se había ido a trabajar como la persona honesta que es ahora luego de decidir dejar su vida de delincuente también. Min Hyuk estaba feliz por eso, sería un nuevo comienzo para ambos. Sabía que debía buscar igualmente un empleo pero también quería estudiar, no sabía qué pero quería ser un profesional y un orgullo para su padre. Ese mismo día, salió a buscar un trabajo, caminó por toda una calle comercial hasta que vio un anuncio de solicitud de empleado de medio tiempo en una tienda de ropa masculina. Sólo consistía en ser vendedor, recibir a los clientes y ayudarlos en lo que necesitaran; no creía que fuese difícil, sólo debía ser amable y atento para dar un buen servicio. El lugar era bastante agradable y mucho mejor que trabajar en algún establecimiento de comida rápida o supermercado, y quizás le dieran descuento en la ropa.

Después de solicitar el trabajo, estaría en un período de prueba desde ese mismo día y si lo hacía bien, le darían el puesto. Al día siguiente debía regresar para una segunda prueba pero estaba seguro que comenzaría a trabajar como fijo pronto. Cuando terminó buscó un teléfono público para llamar a su padre y contarle que pronto tendría un trabajo, así le demostraría que de verdad cambiaría.

-Estoy muy feliz por eso, cruzaré los dedos para que te den el empleo pero seguramente así será - dijo su padre motivandolo.

-Gracias papá. Hoy lo hice bien, espero me consideren para el puesto-

-Y cambiando el tema ¿Irás a ver a tu madre pronto?-

-Sé que debería pero me pongo nervioso de sólo pensarlo ¿Y si no sabe quién soy? La última vez que me vio tenía trece y ahora con esa enfermedad es difícil que me reconozca-

-Es tu madre, quizás sí lo haga. Te acompañaría para apoyarte pero sería hipócrita de mi parte-

-Sí, bastante - suspiró - Está bien, iré éste fin de semana a Bu...-el teléfono se le cayó de la mano y casi se cae él también cuando alguien que pasó corriendo a su lado lo tropezó.

-¡Kyung, vuelve aquí!

Min Hyuk al escuchar ese nombre miró al otro lado y vio a otro chico corriendo en la misma dirección que el primero, éste lo perseguía.

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