Capítulo 5: Normas

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Notando que mi corazón luchaba por romperme las costillas, me acerqué temblorosa hasta Slender, evitando las miradas de los demás Creepys (vamos a decir Creepys, así se abrevia un poco). 

- ¿Qué?- balbuceé. Él se cruzó de brazos antes de dignarse a hablarme. 

- Aparte de que debes mantener una línea de respeto, hay normas a seguir. 

"Lo que me faltaba. ¿Qué será lo siguiente?"

- Primero: si no te decimos nada, no moverás un dedo, pero estarás siempre cerca. Serán tus pocos segundos libres.

Asentí. 

- Segundo: deberás cumplir todas y cada una de las cosas que te pidamos, palabra por palabra. Y si te niegas, aunque lo hagas después, serás castigada. 

- ¿Ca... Castigada...?- ladeé la cabeza. 

- Cada noche serás única y exclusivamente para cada uno de nosotros, exceptuando a las chicas por razones obvias. Y si "te portas mal", será incluso peor...

Bajé la cabeza de inmediato hacia el perro, Smile Dog. Dios, qué horror de cara. Aunque tenía su punto mono.

- Quiero creer que el perro no cuenta...

- ¡Claro que no!- se mosqueó Slender. 

Smile se sentó, mirándome con curiosidad. Yo no podía apartar los ojos de su macabra sonrisa, obviamente copiada de Jeff. Aun así, el perro no parecía del todo malo. Es más, parecía que yo le gustaba. Me arriesgué, agachándome despacio y quedándome en cuclillas delante de Smile. 

El perro me olió desde donde estaba, y para sorpresa de todos, se levantó, salvó los centímetros que nos separaban y me dio un lametón cariñoso en la mejilla. Luego, movió el rabo y me insistió para que lo acariciara. Sonriendo levemente, levanté la mano y le acaricié la cabeza. De inmediato, Smile se tumbó y emitió los típicos gemidos de alegría de un perro cuando juega con un niño. 

- No he terminado, Luna- me recordó Slender.

Me puse en pie como un resorte y me puse recta, provocando las protestas de Smile. Slender lo mandó a callar, y el perro gimió asustado y se quedó detrás de mí. Su lomo llegaba por mis muslos, y era bastante gracioso ver a un perro semejante escondiéndose detrás de alguien como yo.

- Tercero: Una sola metedura de pata, una sola... y sabrás cómo se siente alguien inmortal. Alguien que sufre y sufre y no muere. 

Genial. 

N/A: En la foto, Smile Dog.

Mi vida... entre CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora