Capítulo 7: Desaparecida

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Ya habían pasado dos días desde mi "secuestro", y el tercer día por la tarde, mientras las chicas trasteaban en la cocina y Ben, Jeff y los dos Jacks veían la tele, justo Jeff cambió de canal y en ese mismo estaban pasando las noticias del barrio. Jeff se recostó en el sofá y prestó atención. Yo permanecía detrás del sofá, con Smile a mi lado, por orden de Jeff. 

- Y pasando a las últimas noticias- dijo la mujer del informativo-, se alerta de la desaparición de una joven de dieciséis años en el bosque de Marble Hornets. La chica, llamada Luna Deathson, fue de noche al bosque hace dos días y por la mañana un amigo suyo anunció que no había asistido a clases, lo que levantó la preocupación de sus padres. El muchacho confesó que Luna le había contado que iba a ir de noche al bosque, a devolver, según asegura él, una de las ocho famosas hojas del tan afamado Slenderman. 

No me lo podía creer...

- Nosotros pensábamos que se había ido a casa de una amiga sin darnos cuenta- lloraba mi madre en una entrevista en directo. Mi corazón se encogió-. No sospechábamos de nada, iba normal desde la mañana. 

Tuvo que apartarse del micro, incapaz de seguir hablando, apretando su rostro empapado en el hombro de mi padre, quien la abrazó con ternura. 

- Quiero decir una última cosa en nombre de mi mujer y mío- dijo mi padre, mirando fijamente a la cámara con ira en sus ojos-. Si eres el hijo de p*ta que ha raptado a mi hija y estás viendo esto, cuando te encontremos más vale que Luna no tenga ni un rasguño, porque me encargaré personalmente de abrirte a la mitad y arrancarte las tripas. Se acabó la entrevista.

La cámara se apagó y regresaron con la mujer del informativo, dando algunas pautas con respecto a mi desaparición. 

- Mira, ahora me cae bien tu padre- se echó a reír Eyeless Jack. 

Rompí en llanto, alejándome de ellos y dejándome caer en una silla de la cocina, apoyando los brazos en la mesa y encerrando mi cara entre éstos, mirando hacia la mesa. Smile saltó en la silla a mi lado, gimiendo y oliéndome la cabeza. 

- Oye, levanta de ahí- ordenó Slender, entrando en la cocina. Al ver que no respondía, me cogió de la cintura con uno de sus tentáculos y me levantó de la silla-. No es hora de sentarse.

- Déjala en paz- rogó Sally-. ¿No ves que está triste?

- Sally tiene razón, Slender. Lo está pasando horrible y lo sabes- se metió Jane, pellizcando el tentáculo y cogiéndome en la caída-. Déjala descansar un rato con Sally, hasta que se le pase esto. 

- Vamos. ¡Smile, vamos!- llamó Sally al perro y a mí. Smile trotó detrás de mí hasta la habitación de Sally, quedándose de nuevo de centinela fuera. 

Smile y las chicas eran lo único que me ayudaba a aguantar. Si no, ya habría perdido la vida. Si quería seguir en pie, debía tragarme todos mis sentimientos y sobrellevarlo como pudiera.

No podía morir sin haberme despedido buenamente de mis padres.

No podía. 

N/A: En la foto, Eyeless Jack. 

Mi vida... entre CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora