Nuestro atractivo abogado se encontraba en el aeropuerto principal de Tōkyō. Al ser un viaje internacional, tenía que ir en una aerolínea que fuera de confianza y que tuviera la capacidad de realizar viajes a tan grandes escalas.
Lamentablemente, era obvio que no existía manera alguna de que aquel vuelo fuera uno directo a su destino.
Al estar en la fila para el abordaje, su teléfono sonó y contestó sin mirar quién era el remitente.—Mikaela al habla.
—Hijo, ¿en dónde estás? Fui a tu apartamento para ayudarte a realizar tus tareas del hogar, pero no te encontrabas —le comunicaba con ansiedad Krul a través del aparato.
—Ah, sí, mamá. Lo siento, olvidé decirte que me iba a un viaje de negocios —replicaba Mikaela nervioso, pues no quería que su madre se percatara de su ausencia hasta que hubiera llegado al lugar del que se hablaba en los documentos del investigador.
—Ya veo... ¿a dónde vas y por cuánto tiempo? —cuestionó inquisitiva.
—Digamos que me tomará bastante tiempo. —Y no mentía—. Estaré por muchos lugares y no me encontraré en la misma parte por más de cuatro días. —Eso sí era una mentira.
La mujer se mantuvo en silencio.
—Así que, mamá, no intentes contactarme, porque probablemente me encuentre fuera de servicio, ya que estaré demasiado ocupado.
—Mikaela Tepes, por favor no andes en nada peligroso. Sabes que eres mi vida, ¿está bien? —decía con angustia la pelirrosa—. Cuídate, amor.
—Está bien, mamá. Nada ocurrirá. Tranquila —dijo con algo de vergüenza el blondo.
—Aprovechando que vas a estar tanto tiempo fuera, te daré el consejo más importante que te he dicho hasta ahora —proclamó e inhaló con mucha fuerza, dejando intrigado a Mikaela—: sin gorrito no hay fiesta —soltó seria, demasiado para su gusto—. ¡No quiero ser abuela todavía!— decía haciendo un puchero al otro lado de la línea— ¡Que estés bien, querido!
—¡¡¡Mam... —exclamaba sonrojado sin alcanzar a terminar su respuesta, ya que la mujer había cortado la llamada inmediatamente después de lo dicho—. No me creo que haya dicho eso y luego me colgara. —Con frustración y un intenso carmín adornando la piel de su rostro, el ojiazul se sobaba las sienes en un intento de calmarse.
Porque lo peor no era que lo dijera como algo normal. O inquiriendo que el abogado era un irresponsable en cuanto a su vida sexual.
No, eso no era lo peor.
Lo peor era que Mikaela era virgen y aquella broma forjaba en él más vergüenza que otra cosa.
Porque, claro, con una vida tan complicada planeando traer la justicia de nuevo a tu familia, te olvidas de las cosas innecesarias —según Mikaela—, como lo son el tener novia o salir de fiesta. Después de todo, él sería quien lograra traer de vuelta la sonrisa de su madre. No había tiempo para estupideces.
Una vez estando en el avión, empezó a reflexionar acerca de su vida, cosa muy extraña en él. Pero no importaba, porque ése sería un largo viaje.
No recuerda haber tenido amigos reales. Los únicos lazos que sintió haber creado fue con aquellos profesores que lo guiaron en sus pasos universitarios.
No se dio el tiempo a ser niño cuando siempre era tratado como alguien superior.
Su adolescencia se basó en ser una persona distante a la sociedad que se encerraba en su cuarto a escuchar música.
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¡Las cosas no son tan simples! [MikaYuu]
FanfictionMikaela es una persona fría y determinada. Su objetivo es encontrar a aquella persona que tanto daño hizo, y se embarca a un lugar completamente desconocido para él. En aquel sitio, ciertos obstáculos aparecen y el principal de ellos es aquel bello...