ABUELO Y NIETO

275 52 77
                                    


El abuelo del niño era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que había combatido a los nazis en el norte de África. En aquella contienda fue herido en acción y más tarde, dado de baja, por lo que regresó a su país. Trabajó en la industria de la construcción como capataz hasta el día que se jubiló. Contrajo matrimonio con una chica diez años menor, y de aquella unión nació el padre del chico.

La desgracia tocó a su puerta cuando su esposa murió de fiebre tifoidea. Él quedó desolado y a cargo de su hijo de nueve años. Pero cómo las penurias de la guerra lo habían endurecido, no tuvo ningún problema en convertirse en padre soltero. Jamás se casó de nuevo porque nunca pudo olvidar al amor de su vida. En algunas ocasiones, la nostalgia era tan grande, que lloraba por las noches al recordar los momentos junto a ella.

El muchacho creció para convertirse en un abogado brillante con un futuro prometedor. Se casó con una chica joven, que pertenecía a una familia acomodada de aquella ciudad, y engendró a un niño muy parecido a él mismo. El accidente que le arrebató la vida, un par de años después, hundió al anciano en una depresión de la cual solo pudo salir cuando su nuera le ofreció el cuidado de su nieto.

El otrora soldado era un voraz lector. En su casa tenía una biblioteca muy extensa que había logrado reunir a lo largo de toda una vida. Muchos de los libros eran rarezas que no podían encontrarse más que en algunas colecciones privadas y universidades selectas del orbe. La mayor parte eran novelas y clásicos, pero también tenía textos de materias tan variopintas como mitología, reparación de motores y filosofía hermética.

Cuando fue herido durante la guerra, tuvo una experiencia que le cambió la vida. Un día, mientras su unidad se desplazaba a través del ardiente desierto egipcio, se toparon con un campo minado. Ellos eran los encargados de despejar el camino, para que los tanques pudieran avanzar sin problemas hacia las líneas enemigas.

Durante el proceso de remoción, el más joven de sus compañeros tocó de forma accidental uno de aquellos artefactos, por lo que sin pensarlo, el hombre se arrojó sobre su camarada durante la explosión, recibiendo una pieza de metralla que lo dejó malherido.

De regreso a las líneas aliadas y en un hospital de campaña luchó por su vida por trece horas. Luego de las cuales los médicos se dieron por vencidos, declarándolo como una baja más. Pero después de unos minutos recuperó la conciencia y durante aquel tiempo tuvo una experiencia cercana a la muerte.

Aquella vivencia quedó grabada en su ser y le cambió el rumbo de su existencia. Tuvo un atisbo de su pasado y futuro, pero tales visiones quedaron relegadas a recuerdos vagos que se manifestaban como sensaciones de déjà vu, que algunos años después lo acosarían de forma periódica.

El hecho de haber sobrevivido a la guerra y sus horrores, aunada a aquel suceso extraño, le dieron una visión distinta de la realidad. Era el tipo de persona que disfrutaba de los momentos que la vida le regalaba, su optimismo era inagotable y sabía sacar ventajas de las experiencias más groseras del quehacer diario. Lo anterior le sirvió para poder enfrentar las penas que enfrentaría en los años venideros.

Una vez recuperado de su lesión, se le otorgó la posibilidad de regresar a su país. Estando ahí, tomó un empleo en la compañía de construcción de un antiguo compañero de armas que, sin dudarlo mucho, le ofreció trabajo. Sus padres habían muerto durante su ausencia en la guerra y cómo era su hijo único, le heredaron una propiedad en las afueras de la ciudad. En aquel lugar decidió construir su casa. La ayuda de su jefe y amigo lo hizo poseedor de una construcción clásica que se alzaba frente a un bosque de arces. Incluso construyó una fuente tipo morisca en un patio interno que le recordaba su estancia en el norte de África. Con el tiempo la metrópolis creció en aquella dirección, dejando su hogar en medio de un barrio selecto y fino.

LOS DONES DE LA SERPIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora