La obsesión de Salvador era un rasgo heredado del lado materno. La joven viuda carecía de vida social desde que había muerto su esposo. Toda su vida estaba dedicada al trabajo. Su hijo no figuraba entre sus prioridades, no por falta de cariño sino de aptitud. Antes de casarse, toda su vida giró en torno a ella misma, y el cuido del chico era una actividad para la cual ella no parecía tener talento alguno. Su hijo estaba en la edad de formarse como persona, pero ella había delegado aquello, de forma tácita, en el abuelo.
Tenía algunos pretendientes en aquel entonces, pero por su misma personalidad, ninguno llenaba las expectativas que ella tenía para con la vida. Sus padres se habían encargado de llenarle la cabeza con un clasismo exacerbado, pero esto desentonaba con su real situación económica. Luchaba mes a mes para poder cubrir sus gastos. Su sueño más recóndito era encontrar un buen partido como lo había sido el padre del chico, que al menos se había encargado de dejarla provista de una casa en un barrio "aceptable".
Por aquellos días, una compañera de trabajo la invitó a un retiro católico de oración, que se llevaría a cabo el próximo fin de semana. Ella que estaba sin mayores compromisos aceptó gustosa. Salvador no notó su ausencia porque era como cualquier otra gira que ella solía hacer a alguna ciudad vecina cuando estaba trabajando.
Durante ese fin de semana, según la señora, "había encontrado a Jesús", pero lo que significó en términos prácticos, fue el agravamiento de sus obsesiones más profundas. Allí dividió al mundo en dos grandes grupos, los "salvados" y los "pecadores". Y actuaba en consecuencia a dicha creencia. Juzgaba a las demás personas siguiendo estrictos códigos religiosos donde las cosas eran blancas o negras, sin considerar otro color intermedio.
Aprendió la Biblia de la "A" a la "Z". Podía argumentar de la forma más docta la diferencia entre "adorar" y "venerar", si alguna misión cristiana tocaba su puerta un domingo para convencerla de la herejía de tener imágenes de madera en una iglesia. El fanatismo que invadió su mente, la cristalizó al punto de ser más extremista que el ortodoxo más puro.
Cuando estaba en casa era una molestia completa porque encendía la radio a todo volumen, sintonizándola en la emisora católica, y seguía hora a hora la programación que alternaba entre alabanzas a María y prédicas de algún sacerdote que explicaba por qué la Iglesia Católica era la única religión verdadera al haber sido fundada sobre el apóstol Pedro cuando Jesús le dio las llaves de su Reino. Trataba de convencer a quien quisiera oírla de asistir a la iglesia o que se uniera a los movimientos laicos para poder servir mejor al Señor.
Alguna vez trató de llevar al chico a sus actividades dominicales, pero este demostró que todo este ambiente lo aburría a morir, y prefería quedarse en casa terminando sus tareas y leyendo libros. Por lo que ella dejó de insistir, tal vez cuando el niño creciese, cambiaría su actitud antisocial.
Salvador y su abuelo soportaban con estoicismo todo aquello. Ella pasaba todo su tiempo libre fuera, en cursillos y retiros de fin de semana. Los domingos era una obligación que su hijo y el anciano asistieran a misa en una iglesia situada casi en el centro de la ciudad, pues era allí donde se congregaba ella. Esta fue la única concesión brindada por ambos ante las exhortaciones vehementes de la joven viuda.
Ella volcó toda su energía en las actividades religiosas, y poco a poco fue involucrándose en la estructura laica que dirigía el sacerdote de aquella parroquia. Coordinaba casas de oración, cursos de preparación para retiros, retiros de diversos propósitos, mercados de pulgas para fines benéficos, y cuanta actividad estuviera en el calendario litúrgico de la iglesia.
Las cosas pudieron continuar así hasta la "parusía del Señor", si no hubieran sido desviadas, de manera tan abrupta, aquel día de Septiembre.
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LOS DONES DE LA SERPIENTE
General FictionMilagro y Salvador son un par de jóvenes cuyos orígenes y circunstancias de vida, son totalmente dispares. Un día él decide tomarle la palabra a la propuesta de un conocido para salir de la depresión en la que se encuentra sumido. Y esto lo lleva a...