Clásico

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Había llegado el gran día y era de no creerse, ¡el Borussia Dortmund había ganado! Todos estaban vueltos locos.

Algunos felicitaban a Bürki, otros pocos se acercaron a Erik. Se alegraban que estuviera de regreso. Fue ahí donde Marc aprovecho la ocasión.

Estaban colocándose para festejar con sus fieles aficionados, con la Südtribüne. Marcel Schmelzer venia diciéndole algo a Erik Durm cuando se acercó Bartra. Por un breve momento se sentaron en el campo, para esperar a sus compañeros.

Marc abrazo a Erik por el cuello y lo atrajo hacia él para susurrarle.

"Bienvenido de vuelta."

Después de esas palabras y por los movimientos, casi estuvo a punto de besarle la mejilla pero término rosando su oído. Marcel le quería dar un abrazo, pero el español no cortaba el contacto, tenía su brazo en la espalda de Erik.

No duro tanto el contacto, pues termino cuando Ginter llego a robarse a Durm. Volvieron a ponerse de pie y agradecían al público.

Camino a vestidores, Erik recordó el extraño acercamiento de Bartra y se tensó. Sus palabras le hacían dibujar una sonrisa.

"No, no de nuevo..."

Aquella noche era de festejar, para su fortuna, sus hermanos irían a celebrar y no tendría que ver a Bartra hasta la Reunión Anual del club. Se apresuró a ducharse y cambiarse para estar listo.

El clásico era amarillo.

Por fin había vuelto al terreno de juego.

Nada, ni nadie arruinaría sus emociones positivas.

El azul de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora