El azul de tus ojos.

Que sea una coma y no un punto final

Se acercó al alemán despacio, para contemplar el azul de los ojos de Erik, le encantaba perderse en ellos. Su corazón latía violentamente, lo que iba hacer, ya no podía borrar, ya no había marcha atrás, pero el español estaba muy seguro.

Puso sus labios en los del rubio, de forma suave esta vez, por su cuerpo sintió un hormigueo como la ocasión pasada. Sus manos acercaron las caderas de Erik para que la proximidad de sus cuerpos fuera más cercana. Casi podría jurar sentir el corazón de su compañero.

No fue hasta que se separaron que Erik se dio cuenta de que Marc en verdad estaba hablando en serio. En su corazón guardaba un miedo.

Aquel miedo de que si abría su corazón pudiera salir lastimado, pero al ver a Marc Bartra a los ojos, sabía que él no estaba jugando y la intensidad del beso lo demostraba.

Cerró la puerta, tomo al español de la muñeca y lo llevo al cuarto para sentarlo en la cama, dejando caer en la entrada la corbata del español.

Volvieron a besarse con mucha más pasión, Marc le quito la playera a Erik y este último metía su mano en los pantalones del español, acariciando su miembro viril.

-Ah...- salió un alarido de la boca de Bartra.

Erik comenzó a besarle el cuello, también pasando su lengua y mordisqueaba su lóbulo. Para el español era una sensación excitante y lo ponía más y más caliente.

-Oye...- hablo Marc- va-vamos... vamos-s muy rápido...- detuvo el masaje que Erik le estaba dando, y saco su mano.

-Lo sabía...- Erik contesto un poco cabizbajo.

-N-no... no es eso...- se le notaba el nerviosismo en su cara y el temblor en sus manos.

-¿Entonces?- Erik estaba confundido.

-Es que...- no miraba a Erik a los ojos- nunca había hecho esto... con un... hombre...

Erik se levantó y fue a levantar la corbata que había dejado caer, Marc se sentía avergonzado. Pensaba lo peor pero vio que regreso rápido.

-Quizás esto ayude...- amarro la corbata para tapar los ojos de Marc- Solo disfruta lo que haremos...- se aproximó y lo beso mientras sus manos bajaban los pantalones y calzoncillos de su compañero.

Siguió masajeando con sus manos haciendo que los gemidos de su compañero los separara de sus labios.

De repente, dejo de sentir los labios de Erik. Sus manos seguían tocando su zona baja. Entonces de repente sintió la humedad de la lengua de Erik por todo su miembro erecto.

Bartra no pudo aguantarse y gimió arrugando las cobijas de la cama. La calidez y la humedad de la boca de Durm era un éxtasis nuevo para su compañero. No podían creer que aquellas sensaciones pudieran existir.

Adentro y afuera, las caderas de Marc exigían algo más.

Sus manos buscaron el torso de Erik, arañando su espalda desnuda. Erik por su parte se desabrochaba los pantalones, Marc se quitó los zapatos y los calcetines para deshacerse de los pantalones, solo tenía la camisa puesta.

El jugueteo de la lengua del alemán en su punta lo estaba volviendo loco de lujuria.

-No, no, no... no puedo más...- se quitó la corbata para poder verlo y lo levanto el rostro de Erik- Ven aquí...

Estaba lleno de saliva y sus labios húmedos, y aun así, lo beso, atrayéndolo a él. Acostándose en la cama. Con ello, Marc le metió la mano por debajo de sus pantalones desabrochados de Erik, tocando por primera vez un miembro masculino. Sus manos temblaban al escuchar los gemidos de su compañero.