Obi-wan & Satine: El regreso de Satine

Capítulo 4: El reencuentro

Narrador Obi-Wan:

Obi-Wan: - ¿Te encuentras bien? - le pregunté levantándola un poco, pero al quitarle un poco la capa, me hechizaron unos ojos azules que ya conocía.

Satine: - Por ti, siempre me encuentro bien, mi querido Obi-Wan - me dijo con dolor y con ciertas lágrimas en los ojos; era imposible, ¿cómo es que ella está aquí? Creí que estaba muerta...yo...yo estaba ahí, cuando pasó eso.

Obi-Wan: - ¿¡Satine!? - dije totalmente sorprendido y la abracé de inmediato, era un milagro, tenerla de vuelta y ella, me devolvió el abrazó de la misma forma - Satine - le dije tomando su cara con mis manos y poniendo mi frente con la suya, con cariño - te creí muerta - le dije sin cambiar de posición.

Satine: - Yo también creí que ese día, iba a ser el último de todos, pero... - no pudo terminar, porque llegó Fernanda.

Fernanda: - Obi-Wan - se sorprendió de verla y cuando intenté pararla, Satine, comenzaba a quejarse de dolor - ¿Satine, eres tú? (Diablos, cuando Maul nos pidió que la enviáramos como esclava, nunca me imaginé que la iban a tratar tan mal, nota mental....nunca lleves a alguien a las garras de los esclavistas) - preguntó asombrada - Dios mío, ¿qué te pasó?

Satine: - Estuve escondida como esclava en Zygeria - eso, me hizo abrir demasiado los ojos, ¿en Zygeria? Santo cielo, de no ser por un milagro el que estuviera aquí, tal vez hubiera muerto en la explosión - y... - pero justo antes de que nos contara, llegaron varios guardias de Jabba que nos querían detener.

Fernanda: - Obi-Wan, sácala de aquí - me ordenó apresurada - yo me encargo de estos, caballeros - me dijo sonriendo y de inmediato, cargué a Satine y comencé a correr hasta alcanzar la salida; fui corriendo lo más rápido que pude, tratando de no lastimar más de lo que ya estaba Satine.

Satine: - Obi-Wan, ve a las montañas - dijo entre gemidos de dolor - escuché que hay cuevas ocultas, nadie nos alcanzará ahí - estuve buscando las montañas y me di cuenta, de que había dos cuevas arriba...eso, me serviría para tener tiempo de escapar.

Obi-Wan: - Muy bien, sujétate - le dije antes de saltar a la cueva; al entrar, vi que estaba llena de cristales que iluminaban toda la cueva - impresionante - dije asombrado.

Satine: - ¿Lo son, verdad? - dijo primero, viendo al techo, pero después se volteó triste y pude percibir, cierto dolor en su cuerpo.

Obi-Wan: - Satine, dime, ¿qué fue lo que pasó, después de que Maul te atravesara en frente de mí? - cerró sus ojos con dolor - ¿Cómo es que terminaste como esclava?

Satine: - Después de que cerré mis ojos, sólo me había quedado inconsciente....porque llegaron los Tres Magos a curar mi herida, ya que dijeron que no había caído muerta, sino que estaba gravemente herida - eso, me hizo enojar mucho....no puedo creer que no estaba con ella cuando más me necesitaba - cuando desperté, pensé que Maul y Savage iban a tomar acción de nuevo...pero no - eso, me dejó confundido - ellos, al ver la forma en que me curaron...se arrepintieron de todas sus acciones y nos dijeron que tenían que ponerme a salvo - y pensar que Maul, fue quien intentó asesinarla.

Obi-Wan: - Un momento...¿Maul, les pidió que te pusieran a salvo? - pregunté con los ojos muy abiertos y ella, sólo asintió con la cabeza baja - Pero, ¿a salvo de quién? - pregunté angustiado.

Satine: - De...el ex-maestro de Maul - eso, me dejó todavía más confundido, eso quiere decir que el maestro mayor de los sith, fue el que seguía con vida después de lo que pasó en Naboo - nos dijo que si él se enteraba que yo seguía con vida, lo único que pasaría es que se aprovecharía de la situación, para invadir Mandalore y que los Tres Magos, se encargarían de recobrar el orden del planeta, manteniendo su neutralidad - lo cual fue cierto, porque desde hace un año, lograron restablecer el orden de todo el pueblo - pero, lo único que se les ocurrió para mantenerme a salvo, fue mandarme como esclava en Zygeria....porque sólo así, cuando mi planeta estuviera a salvo, ellos podrían ir por mí; sobre todo, así los separatistas, no podrían invadirnos y mi vida no hubiera corrido peligro.