Capítulo 16

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Con Billy

Por fin está oscureciendo, se va acercando a la carretera y camina en línea recta, consigue llegar ya a los primeros edificios. Se quita la chaqueta que lleva puesta y la usa como si fuera una capucha, tapándose algo la cara, no quiere que lo reconozcan, sería el final del juego antes de haber comenzado. El desconocido le había dicho que le había enviado una serie de pistas... posiblemente las estuviesen recibiendo Spencer... Spencer... se muerde el labio... metió la pata otra vez.

A medida que va avanzando hay cada vez más y más edificios, a medida que se va adentrando los rascacielos se hacen cada vez más altos hasta tal punto que apenas puede ya ver el cielo. Por fin se termina la gran avenida y llega a un cruce donde hay una rotonda. Allí es dónde Billy comienza a correr ya está dentro de la gran ciudad en el corazón ahora solo tiene que encontrar la casa de Spencer.

Corre lo más rápido que puede, lo que menos necesita es que alguien se fije en su cara y que lo reconozca.

Por fin llega, sonríe, hizo algo bien al memorizar la dirección y el número de la casa. Llama varias veces a la puerta, no contesta nadie. Sale a toda prisa de la entrada y mira por las ventanas, las luces están todas apagadas. Se dirige hacia la parte de atrás y observa que la entrada está forzada...

-Mierda, he llegado tarde. Seguro que ya le ha pasado algo malo.- coge carrerilla y se echa encima de la puerta.

La puerta cede y entra dándose un golpazo contra la encimera.

-Spencer, Spencer... ¿Dónde estás?-No pierde el tiempo y sube las escaleras rápidamente, al acabarlas por el rabillo del ojo le ciega un destello. En la habitación de al lado de las escaleras hay una lámpara encendida, la puerta está entreabierta. Billy entra no hay ni rastro de Spencer. Echa un vistazo a la habitación, no hay duda que es la habitación de Spencer, los póster de zombis lo descubren por no hablar de la cámara que hay en la cómoda dónde guarda la ropa. Se pregunta si Spencer todavía sigue grabando sus películas. Apaga la lámpara y se queda completamente a oscuras. Spencer no está aquí.

Spencer Wright (5 horas antes)

Spencer lleva una sudadera roja, se cubre la cabeza con la capucha. Spencer ha escuchado pacientemente durante cinco minutos todo lo nuevo que le ha contado Bobby e intenta asimilar la información, tampoco ha sido tanta.

-Entonces... ¿Tú padre no se suicido?

-No.

-Y su muerte tiene que ver con el caso.

-Sí, así es, mi padre sabía quien la persona a la que buscamos...

-Y ahora está muerto y no podrá decirnos quien era.

Bobby se muerde el labio:

-No, exactamente. A lo mejor mi hermanastro sabe algo del tema.

-¿Y dónde está?

-No lo sé....

-Entonces no tenemos nada.

-Eso no es exactamente así.

-¿Qué no es exactamente así?- Spencer mira a su alrededor para ver si alguien se está fijando en él, a elevado bastante el tono de voz, pero parece que en la cafetería todo el mundo está a lo suyo.-Si las únicas pistas que tenemos están muertas o pérdidas... y para colmo... nadie nos ayuda, estamos nosotros solos...

-Rajeev nos ayuda.

-¿Y eso es suficiente? Ha sido capaz de llevarse a Billy, ¿Quién sabe si no le habrá hecho daño?

-No le ha hecho daño, lo necesita vivo para mantener las sospechas sobre él.

-Oye, ya cállate, no lo aguanto más, esto es una pesadilla todas las posibles pistas llevan a callejones sin salida.

-La de mi padre no, estoy seguro de que mi hermano sabe algo por muy poco que sea.

El teléfono de Bobby vibra, le ha llegado un mensaje. Lo mira y suspira.

-Es de Rajeev, tiene algo que enseñarme, ha estado indagando sobre mi padre...

-Pues que oportuno.

-Spencer aunque no lo parezca estamos muy cerca.

-¿Muy cerca de qué?

-De encontrarlo.

-Claro, porque nos encontrará el primero a nosotros...

-Oye... Eso no es cierto, si quisiese hacernos daño ya lo habría echo.

Spencer coge su teléfono y empieza a toquetear la pantalla.

-Ya puedes irte... ¿Rajeev no te está esperando?

-Sí... entonces me voy...- Se levanta de su asiento.- Nos vemos luego.

-Claro.-dice Spencer.

Bobby se va. Spencer guarda su teléfono al ver que se ha ido. Se levanta de la mesa y se dirige a la barra para pagar el café que ha consumido, cuando lo hace se va. Se aleja un par de metros de la cafetería y se mete por un callejón dónde sabe que hay un parque donde los niños suelen jugar. Son las tres de la tarde, no hay nadie en el parque. Aunque es una fuerte hora de calor al parque no le da el sol porque los grandes edificios le hacen sombra.

Se sienta en uno de los columpios y empieza a columpiarse, pasan diez, quince, vente minutos y para, empieza a marearse.

Sigue sentado en el columpio, sin columpiarse, jugando con sus pies que tocan la arena y la mueven haciendo una especie de corazón.

Piensa en Billy y en cuando eran pequeños, solían jugar en un parque como este, solo que con más niños y más sol. Eran grandes amigos, hasta que JTT lo fastidió... no... fue él el que lo fastidió todo y JTT solo es una vaga excusa para sentirse menos culpable. No puede negar que JTT le tendió una trampa, pero él fue imbécil al morder el anzuelo.

Se muerde el labio, todavía espera a que Billy le pida disculpas, cuando es él el que metió la pata, pero al ver a Billy se siente frustrado, enfadado... tal vez porque él no tendría la culpa si Billy hubiese razonado mejor, si no hubiese herido sus sentimientos...

Se oye el sonido de una cadena chirriando, alguien se está columpiando al lado suya.

-¿Billy?-Levanta la cabeza, no, no es Billy, es un chico de pelo castaño que lleva puestas unas gafas de sol.

-No, creo que te confundes.- el chico deja de columpiarse y mira a Spencer.

-Sí, ya me he dado cuenta, lo siento.

-¿Por qué tan triste?

Spencer baja la cabeza... ¿Tanto se nota?

-Porque hecho de menos a alguien.

-¿Se ha muerto?

-No, solo se ha ido.

-¿Y volverá?

-No lo sé.

-¿Te gusta esa persona?

-Puede ser.

El chico apoya la cabeza contra la cadena más próxima a Spencer:

-Ten cuidado porque la persona a la que amas siempre se convierte en tu punto débil.

-Lo sé... el amor es un asco.

-No, es algo bueno, por el amor puedes llegar a cambiar para bien... o para mal.- el chico baja los ojos.

-¿Y tú quien eres?- pregunta Spencer...-Yo soy...

-Spencer Wright.

Treinta SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora