Capítulo 11

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*Esa tarde en otro lugar*

En la mañana ha quedado con Rejeev para hablar sobre el caso Cohen, Rejeev no le ha dicho mucho y eso no le ha ayudado en nada, no entiende porque Billy ha hecho eso si sabía perfectamente que no era el culpable, la fuga solo demostraría lo contario.

Por fin llega a su destino, Spencer baja del taxi y le paga, lo ve alejarse mientras se queda enfrente de la gran puerta de rendijas abierta en la que hay escrita la palabra cementerio. Trae tres rosas, una para cada miembro de su familia. Es la primera vez que va a ir a visitar las tumbas y solo de pensarlo le produce escalofríos. Tiene que aceptarlo, están muertos y no van a volver, pero ¿Por qué es tan difícil? Es tan solo una afirmación, tal vez porque siente que no están muertos, siente que siguen vivos, cuando entró en su casa por primera vez después del suceso para recoger algo de ropa y dinero, todo lo que veía le despertaba algún recuerdo ya fuese malo o bueno y eso le hacía sentirse mal, ya que la mayoría de sus recuerdos eran como flashes, aparecían rápidamente y se iban igual, por eso decidió llevarse los álbumes, no quería olvidarlos y la única forma de verlos nítidamente era en las fotos. En sus recuerdos aparecían borrosos y apenas le daba tiempo a visualizar nada. No quiere olvidarlos, no quiere olvidar su voz, su cara, los momentos que pasaron juntos.

Por fin entra, camina hasta llegar a las tumbas en la que están enterrados sus familiares a todos los han incinerado, las cenizas están en diferentes jarrones enterrados en la tumba correspondiente a cada miembro. Ver las tumbas es duro, es una pesadilla y Spencer no ve el momento de despertar.

Vibra su teléfono, le ha llegado un mensaje, no va a leerlo ahora en este momento solo quiere morirse y lo único que pasa por su mente es: ¿Por qué no me mató a mí también?, ¿Por qué el mundo es tan cruel?

Llora durante minutos, hasta que no puede más, se seca los ojos con el brazo y se va de allí después de depositar las rosas en sus lugares correspondientes, después de todo la vida sigue todavía para él.

Al salir comprueba su teléfono, le ha llegado un mensaje de Bobby diciéndole que está en su casa.

Spencer supone que estará esperando a Billy, ¿Si no que más podría estar haciendo en su casa?, hace una mueca, está seguro de que lo último que haría Billy sería ir a su casa. Todavía sigue enfado con él, no solo por lo que le hizo sino también por el hecho de que lo ha vuelto a ver y ni siquiera le ha pedido disculpas.

Hace cuatro años lo humillo delante de todo el instituto, pero por desgracia para él no fue lo que más le dolió.

Mira hacia el cielo, se está haciendo de noche, llama a un taxi, el cementerio está a las afueras de la ciudad, el taxi tardará unos diez minutos en llegar.

De repente suena su teléfono, lo están llamando, el móvil no conoce el número.

-¿Sí? ¿Quién es?

De repente cuelga. Spencer guarda el teléfono, se habrán equivocado. Vuelve a sonar, es el número de antes. Lo coge y antes de que pueda decir nada, se oye:

-Dile a Bobby que lo siento.-vuelve a colgar.

Spencer mira su teléfono extrañado, ¿Qué le diga a Bobby que lo siente?, ¿Por qué? ¿Qué pasa?, ¿Quién llama?

Llama a Bobby.

-Soy Spencer, ¿Sigues en mi casa?

-Sí...

-Perfecto, no te muevas voy para allá.-

Cuelga el teléfono. No le da tiempo a Bobby para contestar, el taxi por fin ha llegado. Se sube y le pide que lo lleve a su casa.

En el camino va pensando, tal vez sea mejor ignorar la extraña llamada, ya tienen suficiente con lo de Billy y lo del asesino. No necesitan preocuparse por tonterías.

Llega a su casa por fin, se baja y paga otra vez al taxi. Mira a Bobby que está sentado en los peldaños de la escalera de su casa, tiene los zapatos y la parte de debajo de los pantalones salpicados de tierra.

De repente pisa algo, es un trozo de maceta de barro cocido. Se ha caído una maceta... pero ¿De dónde? Si en su casa no hay macetas colocadas en los exteriores.

-¿Qué ha pasado aquí?

-Casi me matan... otra vez- dice recordando lo del veneno, aunque aquel veneno no estaba destinado para él... estaba destinado para Cohen.- Solo para darme este mensaje.

Le entrega el papel a Spencer, lo lee, es una amenaza que va dirigida a Bobby y a él, sabe dónde se esconden y lo que han estado haciendo en estos días, si no se detienen acabará por matarlos a ellos también.

Spencer piensa en la llamada que ha recibido hace una hora, "dile a Bobby que lo siento"... eso no tiene sentido, si los está amenazando con hacerles daño... ¿Por qué se disculpa?

El teléfono de Spencer suena. Mira el número, es Rejeev... ¿Qué querrá a estas horas?

-Hola, Spencer... ¿Estás con Bobby? Necesito hablar con él.

-Em... sí- le pasa el teléfono a Bobby- Es Rejeev, quiere hablar contigo.

Bobby lo mira confundido, pero igualmente coge el teléfono.

-¿Qué quieres Rejeev? Sí, soy Bobby- Se hace un silencio, Bobby empieza a ponerse pálido- Eso no es posible, él no está aquí...- otro silencio.- Pasaré lo antes que pueda, adiós.

Cuelga el teléfono y se lo devuelve a Spencer.

-¿Qué quería?- pregunta Spencer.- ¿Han encontrado a Billy?

Bobby niega.

-Ojala, así recibiríamos una buena noticia de una vez por todas.

-Entonces... ¿Qué era?

Bobby guarda silencio durante unos minutos, está debatiendo sobre contárselo o no. Mira a sus pies.

-Ha muerto, mi padre se ha suicidado-mira a Spencer a los ojos- no podré arreglar nada de lo que hizo. Ya es demasiado tarde para contar la verdad.

Treinta SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora