Capítulo 3:

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 Traga saliva y sigue caminado bajo la lluvia, no le importa mojarse, necesita ganar tiempo para saber que decirle a Spencer la próxima vez que lo vea.

Por fin llega al hotel, entra dejando un charco de agua por donde pisa. Sube al ascensor, cierra los ojos, por fin se abre la puerta. Sale y se dirige hacia su habitación, la abre con la llave que tiene guardada en el bolsillo.

Fija su atención en Bobby que está escribiendo algo en el escritorio.

-¿Y Spencer?

Bobby señala la puerta del baño sin prestarle mucha atención.

-Jefe Cohen,- dice sin despegar la vista de su papel.- Estoy haciendo un informe con todo lo que tenemos hasta el momento... ¿Le importaría leerlo antes de que lo pase a la base de datos?

-Ahora no tengo ganas...

-Eso es nuevo.- Bobby lo mira sorprendido y repara en la ropa mojada lo cuál también es raro en él.-En un momento normal, me lo hubiera arrancado de las manos y empezaría a reírse de mí por mi incompetencia... ¿Qué le pasa?

-Nada, vuelve al trabajo.

-Jefe Cohen, soy su compañero...

-Tú no eres nadie, solo llevas...- mira el reloj que marca las doce de la noche.- cuatro días a mi lado.

-Me preocupo por ti.

-¿Por qué? Después de todo vas a durar lo mismo que el resto: vas a dimitir e irte para tu casa llorando.

-Con su respeto, jefe Cohen, está vez su ayudante no va a dimitir en todo caso me tendrá que despedir.

-Perfecto, estás despedido. Coge tus cosas y fuera de mi vista.

Se dirige a su cuarto, Bobby lo mira confuso...

"¿Me acaba de despedir por preocuparme por él?"

(...)

Está seco con el pijama puesto y tumbado en la cama. Cierra los ojos y un montón de recuerdos como si fueran destellos pasan por su mente.

La puerta se abre, aparece Bobby con unos papeles en las manos.

-Te lo dejo.- dice Bobby y en tono irónico añade-Para que se ría una última vez de mí.- Deja los papeles sobre la cama.- Quiero que sepa que al recordar el caso dieciocho... se me ha ocurrido una nueva hipótesis. A partir de ahora estaré fuera del caso y esto no me valdrá de nada, pero antes quiero que sepa porque lo hago...

-Puede pasar ya directamente a decirme tu hipótesis, no estoy de humor y cualquier información servirá para el caso... total para lo que tenemos.

-¿Y si el asesino tuviese acceso a la información del caso? Eso explica como encontró al caso dieciocho... o el porqué de que el informe es ilegible.

-También podría tener un cómplice infiltrado...-dice Cohen al pensar en esa opción.- Claro, es lo más obvio. Bobby deja tus cosas, vuelves al trabajo, pero pase lo que pase no actualices la información del caso, si se entera de que nos tiene en los talones el número de víctimas podría ser más elevado.

-¿A Spencer se lo podemos decir?-Cohen desvía la mirada involuntariamente.- Él es lo que está mal... ¿Verdad?- se aventura a decir Bobby.

Asiente y se sienta en el bordillo de la cama, mira hacia el suelo.

-Le hice algo horrible, no era mi intención... ya sabes como despedirte... aveces hago y digo cosas sin pensar.

-¿Qué pasó exactamente?

-Aún no estoy preparado para hablarte de ello, solo te puedo decir que ese día perdí a la persona más importante para mí por imbécil y lo peor, nunca pude disculparme por lo sucedido, te juro que lo llamé y lo llamé, pero nunca me contestó. Al cabo de unas semanas después de lo sucedido me enteré de que se había ido para siempre, nunca más lo volví a ver...

-Hasta ahora, jefe Cohen, un consejo, nunca es demasiado tarde para pedir perdón.- dice Bobby mientras se sienta en una de las esquinas de la cama.

-Es muy fácil decirlo, pero... ¿Qué le digo? "Hola, soy yo, tu viejo amigo Billy... recuerdas lo que te hice hace cuatro años, quiero pedirte perdón por ello"

-¿Te llamas Billy?

-Más o menos... otra larga historia... ¿En verdad eso es lo único que te interesa?

-No... respecto a eso supongo que deberías decírselo si te reconoce.-Bobby se levanta, se dirige hacia la puerta.- Ahora voy a continuar mi trabajo.

Bobby sale de la habitación de Billy. Mira a Spencer tumbado en el sofá, no duerme, tiene los ojos abiertos, los recuerdos no le dejan conciliar el sueño.

Bobby mira que hay un sobre tirado cerca de la puerta. Lo coge y lo abre casi al momento a pesar de que no es su nombre el que tiene escrito.

(...)

Cohen conecta su equipo de música, está a punto de ponerse los cascos cuando escucha el grito de Spencer.

Treinta SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora