Capítulo 19:

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N.A: No soy dueña de Dude that's my ghost.


Capítulo 19:

Está vez no tenía mucha idea de salir de este lío, ni él, ni Spencer, pero parece ser que Bobby si.

Tan rápido como habían entrado Billy y Bobby en el garaje, el último había agarrado una lona que estaba por allí tirada.

-Ni de broma voy a arrancar el coche... ¡Estamos tontos! Eso llamaría demasiado la atención de Ponzi, sé que tanto tú como Spencer estáis desesperados por salir de está, pero esa no es la opción correcta.

Billy mira a Bobby, tiene razón, arrancar el coche ahora sería una mala decisión, así que finalmente optan por esconderse en el maletero cubiertos por la lona, el coche está cerrado por dentro y la única forma de abrirlo, teniendo en cuenta que Bobby tiene las llaves, es rompiendo uno de los cristales.

(...)

Spencer mira de reojo la calle, esperando ver el coche gris de su padre, no hay ni rastro de él y ya han pasado unos veinte minutos, se muerde las uñas, está preocupado, ¿y si algo ha salido mal?

Él y Ponzi están en el salón, Ponzi acaba de tomar asiento en una de las esquinas del sofá y hace amago para que Spencer se siente.

-¿No toma asiento, Wright?- pregunta Ponzi mientras nota la inquietud del chico.-Parece que estas buscando a alguien.

Spencer deja de morderse las uñas y mira a Ponzi serio:

-Sí, espero a que llegue Bobby, me dijo algo sobre que tenía que contarme algo importante acerca de lo acontecido con mi familia.

-¡Ah! Yo también vine a contarte algo sobre eso... pillamos al asesino... al verdadero asesino y no a Cohen.

-¿Es en serio?- pregunta Spencer haciendo una duda, ¿Cómo puede creer algo así después de todo lo sucedido? Algo en su interior le dice que aquello no es cierto, que es otra mentira más.

-Sí, en serio si quieres puedes venir a intentar reconocerlo tu mismo.

-¿Y que hay de Billy?

-No sé, sigue desaparecido posiblemente lo haya asesinado también.- aquello era una mentira que ni el propio Ponzi se creía.

Se hace un silencio, Ponzi echa un vistazo a la habitación como intentado descubrir si Billy ha pasado por allí.

-¿Sabes dónde puede estar? si está vivo claro.

-No tengo ni la más remota idea.

Otro silencio:

-Está bien, te creo.- Otra mentira, pero está vez se esfuerza más en ocultarla, tanto que hasta Spencer cree que es verdad.

-Entonces... ¿Cuándo me presento allí?

-Ahora mismo... sí quieres.

-Creo que lo mejor es esperar hasta mañana.

-No creo que vayas a tener tanto tiempo, como mucho lo soltarán en unas horas.

-¿Cómo es posible? Si están seguros de que es él.

-Ya, pero tiene a importantes políticos comprados y algunos altos cargos policiales. Está sería tu única oportunidad para verle la cara.

-Está bien iré, aún que sea contigo.-Spencer no está muy seguro de lo que acaba de decir puede que se este metiendo en la boca del lobo, pero si es la única oportunidad que tiene de ver al asesino merece la pena probar suertes, ¿no?, al menos sabiendo su nombre y apellidos siempre podrá vengarse.

-Pues vayámonos entonces.

Spencer se muerde el labio, agarra su teléfono y le envía un mensaje a Bobby, al menos así estará seguro de que sí le pasa algo ya saben con quien está.

(...)

El teléfono de Bobby vibra, este en el intento de agarrarlo de su bolsillo trasero le da un codazo a Billy en la cara, el cual se lo devuelve en las costillas.

Bobby hace una mueca de dolor, pero prefiere no devolvérselo, sabe que el siguiente golpe puede ser peor, enciende el teléfono y mira el mensaje.

-Spencer se va con Ponzi, parece que tiene al asesino.

-¡¿Qué?!- Billy sale de debajo de la lona y Bobby lo imita.- ¿En que diablos está pensando? Ponzi puede hacerle daño.

-¿Y si es verdad?- pregunta Bobby.- ¿Y si al fin lo encontraron?

Billy mira a Bobby de arriba a abajo como si no se pudiese creer lo que acaba de decir:

-Y cómo lo hicieron... ¿Con una muestra mágica de ADN?, además si hubieran arrestado a alguien Rajeev te hubiera enviado un mensaje... Esto me huele a trampa.

-Obvio, si estás encerrado en un coche.- Bobby recibe una colleja por parte de Billy.

-Nunca dudes del instinto Cohen.

-¿Y dónde estaba ese instinto cuando se te ocurrió la brillante idea de llamar la atención de Ponzi usando el coche?- otra colleja.

-Tú tampoco es que aportes mucho, ya que el culpable es alguien de tu familia y no me dices nada.

-¡¿Y qué quieres que te diga?! Mis abuelos están muertos, mis padres también, mis tíos viven lejos y tan solo me queda... ¡pero él no puede ser!

-¿Quién queda, Bobby?

-Mi hermanastro.

Se hace un silencio donde Billy aprovecha para tomar las llaves, abrir el coche y saltar hacia el asiento trasero. Abre la puerta del coche y sale, echa una última visual a Bobby que está como en estado de shock intentando procesar la sola idea de que su hermanastro pueda estar en este lío.

-Oye, Bobby, te entiendo, sé que va a ser difícil para ti, pero no te voy a pedir que me ayudes a atraparlo, pero si te pido que por favor tú tampoco ocultes la verdad.

Billy se da la vuelta y se dirige de nuevo a la casa, agarra una sudadera y se pone la capucha, también se pone unas gafas de sol que ve encima del mueble de entrada de la casa de Spencer.

Sale a fuera, tiene que encontrar a Spencer sea como sea.

(...)

Spencer mira por la ventana de los asientos traseros del coche de Ponzi.

-Por aquí no se va a la comisaría.

-Lo sé.

Se hace un gran silencio, Spencer espera a que Ponzi añada algo más, pero no lo hace.

-¿Era una mentira lo que me dijiste?

-No, sí que lo vas a ver... porque lo tienes justo delante.

De repente el corazón de Spencer se acelera, siente una mezcla de sentimientos, la furia, el miedo, la alegría de saber por fin quien es el asesino.

El coche se detiene, Spencer traga saliva, esta en un grave aprieto, están en el antiguo polígono industrial de la ciudad, una zona que se había abandonado debido a la quiebra de las diversas empresas que tenían aquí sus fábricas y actualmente está zona se estaba intentando reformar con la intención de crear diversas instalaciones como un centro comercial y algunas viviendas... pero estos planes se habían detenido al empezar la crisis hará unos dos años.

La zona estaba prácticamente desierta, no había forma de escapar, se toco el bolsillo del pantalón e intento agarrar el teléfono con la intención de que Ponzi no lo viera, tenía que avisar a Bobby.  

Treinta SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora