Capítulo 3- Una pequeña broma.

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Todo lo que queda por hacer es firmar un contrato del cual se iban a encargar los abogados en establecerlo.

Recogí mis cosas y me dirigí a mi oficina que ahora también era de Gianluca. Me siento como si me hubieran derrotado. Si antes me hubiera imaginado que esto iba llegar a este punto, le hubiera dejado la empresa a mi hermano y no estuviéramos pasando por esto.

Resignada y desanimada, caminada por el trayecto que se dirigía a mi destino. Al llegar, Lucy dirigió su mirada ante mí con intriga y sus ojos destellaban por la curiosidad.

-¿Cómo te fue?-Preguntó la rubia de ojos café y pequeña estatura.

-Mal.- dije con los ojos cristalizados y entre al despacho. Ella no insistió en detenerme y hacerme un sinfín de preguntas, ya que sabe que aquellas palabras que acababa de pronunciar sería todo lo que recibiría de mi parte.

Coloqué mi portafolios sobre mi escritorio y miré alrededor. Ciertamente, aquí podrían caber mas de 4 personas y compartir el mismo espacio sin problema e incomodidad alguna, pero a veces sentirse confortable en un lugar no depende del espacio, sino con la persona que trabajes.

Me senté en mi cómoda silla giratoria, coloqué mis brazos sobre el escritorio, y sobre ellos coloqué mi cabeza. Me sentía cansada, mi cuerpo, mi mente y mi alma se sentía cansada de todo. Comenzé a llorar silenciosamente, no acostumbraba a hacerlo, pero lo único que me hacía sentir mejor en este momento era eso.

Y podrás pensar que estoy triste por algo estúpido, pero mi corazón se siente afligido; mi ego de mujer se siente pisoteado.

¿Cómo podía ser posible que yo, una mujer que está acostumbrada a hacer las cosas a su manera y tener siempre la última palabra, hoy se estaba sometiendo ante la voluntad de un ser despreciable y frío? No lo comprendía.

Levanté mi cabeza y enjugé las pequeñas y saladas lágrimas que se resbalaban por mi rostro, me puse de pié y caminé hasta el enorme ventanal que iluminaba perfectamente toda la oficina. Miré la ciudad que se encontraba ante mí y la contemplé durante un largo rato. Sin previo aviso, cientos de recuerdos llegaron a mí, buenos recuerdos, que de alguna que otra forma pudieron consolarme. Me hicieron ver que todo sigue, la vida sigue y las tempestades que nos abaten, son formas de fortalecernos y de enseñarnos que todo pasa por un propósito, y ¿Cuál es ese?, no sé ahora, pero lo averiguaré después.

-¿En que tanto piensas?- escuché como Gianluca habló detrás de mí. Dirigí mi mirada hacia él y me volví a sentir mal de nuevo. Ignoré su pregunta súbitamente y volví a comtemplar la ciudad.

-Te hice una pregunta. Contéstala.- dijo medio cabreado y con un tono muy espeluznante, pero seguí ahí, callada, observando los coches pasar.

Él solto un suspiro frustrado, sentí su mirada asesina sobre mí. De repente él tomó mi brazo y me atrajo hacia él con brusquedad, lo cual provocó me doliera el brazo, pero aún así no dije palabra alguna. Me miró directo a los ojos y su mirada brillaba furiosa.

-¿¡Eres sorda, estúpida o qué!? ¡Estoy hablando contigo maldita sea!- de seguro él estaba esperando que lo atacase ante su acto, como había sido costumbre siempre desde que tengo 7 años, más me quedé ahí quieta sin hacer ni decir nada. Quería ver que tan lejos llegaba este estúpido, pero si se pasaba de la raya, juro que no vivirá para contarlo.

Flojó un poco la fuerza su agarre ya que se había dado cuenta de que no iba a hablar bajo ninguna circunstancia, pero aún así, me sostenía firme. En varios intentos forcejeaba para intentar safarme pero él se las ingeniaba para no permitir que me escapara.

-Es inútil señorita, de aquí no sales tu hasta que hables.- dijo burlón ante mi cara de frustración. ¿Y a este que le dió? Si es por eso nunca saldremos de aquí.
                                                                                                  ...
Luego de un buen rato aún seguíamos en la misma posición, al estar tanto tiempo parada con estos incómodos tacones, los pies me estaban comenzando a doler, aparte de que tengo un hambre monstruosa. Esta situación es horrible.

-Eres muy terca ¿lo sabías? -me encogí de hombros mientras asentía levemente. Yo no diría que soy terca, sino que tengo un temperamento fuerte.

Me empujó poco a poco hasta yo quedar atrapada entre él y la pared. Soltó mi brazo, que ahora estaba rojo por la fuerza que ejerció sobre él y colocó sus brazos a mi alrededor lo que lo dejaba peligrosamente cerca. ¿¡Qué mierda le pasa a este tipo!? Esta broma me está comenzando a costar caro.

-¿Quieres jugar?, pues juguemos entoces.- me dijo con voz seductora, como si se tratara de un suave ronroneo. Vi como iba eliminando poco a poco lo centímetros que separaban. Era el momento, debía detenerlo ¡AHORA!

Sentí sus labios rozar con los míos y fue ahí cuando le dí un buen golpe en su zona sagrada, asegurándome bien de que este infeliz no deje descendencia en este mundo.

-Hija de p....- lo único que pudo decir antes de separarse de mí y caer al suelo por el dolor. Momento que aproveché para salir corriendo de ahí. -¡Esto no se va a quedar así!- me gritó mientras salía de la oficina y cerraba la puerta y seguía corriendo.

Después de asegurarme de que no me estaba persiguiendo, me paré un instante y tomé aire. Al pensar en lo ocurrido comenzé a reír como loca y muy fuerte. Alcé mi mirada y me encontré a un Esteban que me miraba seriamente.

-Dejame adivinar, ya le causaste un trauma a Ginoble, ¿verdad?- dijo mirándome divertido y enarcando una ceja.

-Sí - volví a reír. - Vamos tu oficina y te cuento mejor.

Fuimos hasta allá y le conté a mi mejor amigo todo y con lujo de detalles.

-Aún no puedo creer que trató de besarte. - se acercó a mí que estaba sentada sobre su escritorio. -¿No era que te odiaba?

-Claro que sí, sólo lo hizo por molestarme, estoy segura.- contesté despreocupada.

-Ahhhh bueno.- y me miró fijamente.

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¡Hogar, dulce hogar! Al fin salí de ese lugar. Luego del pequeño gran incidente con Gianluca, él no podia dejar de fulminarme con la mirada y de vez en cuanto me maldecía en un susurro, los cuales escuchaba a la perfección. Trabajar con ese orangután era una verdadera tortura.

Tomé un delicioso baño de es y me coloqué mi pijama favorita para luego buscar en la cocina un recipiente y colocar allí palomitas de maíz. Vi la todas las películas de Fast and Furious desde la1 hasta la 6. Tiene la combinación perfecta para mi: hombres latigables, acción desenfrenada e increíbles autos. Es como estar en el paraíso. Vi la hora y el relojo marcaba 2:30 a.m., la suerte es que mañana es Domingo y no voy a tener que aguantar las mariconadas de un pendejo.

Ya cuando estaba calientita bajo mis sábanas y me disponía a dormir, sonó el teléfono. ¿Es que ahora la gente no respeta la hora de dormir de nadie?

Me paré a regañadientes y contesté el teléfono de mala manera.

-Seas quién seas, ¿sabes que hora es? son las 2:35 de la mañana, lo que significa que a esta hora se suponía que debería estar dormida y no hablando con un o una imprudente que no sabe llamar a la hora adecuada. - No me importaba quien era, interrumpió mi sueño, algo sagrado para mí.

-Vaya, así es como ahora tratan a las mejores amigas de uno tras 5 años sin verse.- ¡Oh no puede ser! es... es...

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Chan chan chan chaaaaannn (8) (*w*) Quién sera?? averigualo en la próxima, no a la misma hora, pero ten de seguro que si será en el mismo lugar ;)

Gracias a los que leen mi novela, se los agradezco desde el fondo de mi corazón ♥

Los quiero ;*

I'll Never be Yours (Gianluca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora