Risas, gritos, muchas personas, gente animando, comida por todas partes, todos felices y satisfechos....... mientras yo aquí, sentada en un banco, alejada de todo y de todos, y con los nervios de punta.
Por la ansiedad no pude pegar un ojo en toda la noche. Varias escenas venían a mi mente sobre diversas torturas que podría aplicarle a Ginoble, las cuales me encantaron y me parecieron bien justas. Ahora es tu turno Ginoble, tu turno de sufrir.
Estaba perdida, mirando hacia el vació, alimentando mis deseos de venganza e imaginando cual sería su cara al verse vencido. Inevitable, una enorme sonrisa malvada apareció en mis labios y una leve risa malévola escaparon de ellos.
-Okay Elena, estás comenzando a asustarme.- me dijo Esteban sentándose a mi lado y extendiéndome un vaso con una extraña bebida verde.- ¿En qué tanto piensas? - dijo dándole un sorbo a esa cosa rara.
Miré el contenido espumoso y repugnante que tenía en las manos y me asqueé completamente.- ¿Qué coño es esto?- dije mientras fruncía el ceño.
-Mejor ni quieras saber.- dijo bebiendo todo lo que le restaba en el vaso.- Sabes, si lo bebes rápido, no sabe tan mal.
Está decidido: no beberé esta porquería. Me puse de pie y me dirigí hacia el basurero más cercano, depositando allí, aquella basofia. Volví hacia donde mi amigo quien me miraba reprochante y con los brazos cruzados.
-¿Qué?- dije con tono inocente.- ¿En serio esperabas que bebiera eso?- cuestioné señalando en dirección al basurero.
-No. - se descruzó de brazos y uno de ellos los colocó sobre mis hombros para estrecharme en un fuerte abrazo.- Lo que espero es que contestes mi pregunta bella dama.- dijo apretándome con más fuerza.
-Lo haría si dejaras de asfixiarme.- contesté con la voz entrecortada. Él solo se limitó a reirse y a darme un pequeño beso en la sien, luego de esto me soltó y miró divertido.- Si no fueras mi castaño favorito, te encarcelara por intento de feminicidio.- dije dándole un pequeño golpe en el pecho. Él hizo una mueca de dolor, pero sé perfectamente que no le hizo ni cosquillas.- Además, solo estaba pensado en una que otra tortura para Gianluca.- dicho esto, me arrepentí como nunca, Esteban no sabe nada de la apuesta.
-¿Tortura? ¿Y ahora que te hizo?- dijo poniendo un semblante serio y apretando sus nudillos.
-Nada hasta el momento.- dije apresuradamente, ocultando mis nervios para no levantar sospechas. Solté un pesado suspiro.- No te preocupes, solo son tonterias mias.- dije tomando su mano y regalé una de mis mejores sonrisas.
-Esta bien.- me dijo no muy convencido.- Es aburrido solo estar aqui sentado sin hacer nada. ¿Por qué no vamos a ver a Jeffrey jugando tenis?- dijo risueño. Vaya, eso si que era una sorpresa. Tengo conociendo a Jeffrey desde que tengo 10 años y jamás imaginé que le gustara jugar tenis.
Miré el reloj que tenía en mi muñeca marcaba las 2:35 p.m. y el partido era a las 5, así que teníamos tiempo de sobra.- De acuerdo, vamos.- me puse de pié y acomodé mi cola de caballo. Comenzamos a caminar tranquilamente, hasta que la niña que llevo dentro de mí quiso salir.- Una carrera hasta la cancha, el perdedor tiene que invitar a almorzar al ganador una semana completa.- okay, las apuestas se me están haciendo costumbre.
-Perfecto.- dijo entusiasmado como un niño.
-Vale, a la cuenta de tres. Uno.... TRES.- y salí corriendo como un balín, sacándole una gran ventaja.
-¡Hey! ¡Eso es trampa!- dijo emprendiendo la carrera para tratar de alcanzarme. Pero yo soy muy veloz, así que no creo que pueda vencerme. La cancha de tenis estaba como a unos 700 metros de donde estabamos, la distancia no era mucha.
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I'll Never be Yours (Gianluca)
FanfictionElena Fernández, una joven empresaria de 28 años, soltera y con una vida muy monótona, solo tiene ojos mente y cabeza para sacar adelante la industria que su padre le habia dejado como herencia hace 10 años tras su muerte. Pero, ¿que pasará cuando...