La Partida

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Era sábado a hora temprana, miraba desde su ventana del dormitorio estudiantil. En el este amanecía el sol pero más le atraía lo que vio al oeste. Había caído nieve en las montañas por primera vez ese invierno o más bien otoño ya que aún era octubre. Los primeros rayos del sol enrojecieron las capas de nieve, todo resplandeció de una manera extraña.

Ya tenía todo preparado, se puso su ropa de invierno, gorro, guantes, la mochila pesada con todo lo que ayer al escuchar el pronostico meteorológico le parecía útil. Ya sabía que más de la mitad de esas cosas ni iba a sacar de la mochila hasta su regreso pero mejor llevar cien cosas que sobran que una vez no tener algo esencial ahí arriba. Eso ya lo había aprendido de pequeño cuando sus padres lo llevaron a las montañas casi cada fin de semana.

Salió de la habitación con toda la ropa pesada, la mochila puesta, las raquetas de nieve en una mano y los bastones en la otra. Nadie más se movió por los pasillos del edificio, muchos regresaron a las casas de sus padres durante el fin de semana y los otros aún estaban durmiendo. Se paró un momento delante de la puerta de su amigo, Marc, con quién quería hacer esto en un principio pero se resfriaba hace pocos días así que no le quedaba otra que salir solo. Estaba pensando en avisarle que se iba pero luego le parecía mejor no despertarlo solo por eso y se marchó hacia la estación del tren.

Raquetas de NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora