Capítulo 2. "Y entonces...un golpe de suerte"

232 29 12
                                    


Por un segundo pensé que ya no sentiría nada, pero sentí un tirón en mi brazo izquierdo que me trajo de vuelta a la realidad "una estúpida y horrible realidad" pensé para mí misma.

Hasta ese momento mis ojos habían permanecido cerrados y cuando los abrí, allí estaba él; sentí la ironía ondear en mi cabeza. Él, quien había permanecido como espectador, ahora salvaba a la desdichada de caer en un puente público.

-¡Suéltame!- grité por sobre el ruido del auto que en ese momento pasaba por debajo de nosotros.

-¿Por qué debería hacerlo?- preguntó perplejo.

No pude evitar enfurecerme ante el descaro de su comentario. Sabiendo lo que sabía, ¡viene él a decirme aquello!

-¡Suéltame!- repetí.

Haciendo caso omiso a mis réplicas, él tiró de mí y me puso en el suelo.

Estaba temblando, no por miedo, si no por una indescriptible furia que me invadía; estaba furiosa con él, pero más que nada, conmigo misma. Estaba frustrada.

Lo vi suspirar y darme la espalda. Él era un espectador así que me puse de pie y me dejé caer por la barandilla. Él tardaría en reaccionar y para cuando lo hiciera yo ya habría logrado mi objetivo.

De nuevo estaba equivocada.

-¿Por qué diablos lo haces?- Dijo mientras sostenía mi cintura con su brazo izquierdo.

Las lágrimas ya empañaban mis ojos cuando menos me di cuenta.

-Déjame morir, sólo así podré ser feliz- yo estaba de espaldas a él. ¿Qué expresión habrá puesto?

-¿Y quién sería feliz si tú mueres por una razón como esa? ¡Ni siquiera haz intentado ser feliz por tu cuenta!

-¡Todos serían felices, dejarían de fingir que me quieren o que quieren estar conmigo!

-¿Cómo sabes que no te quieren? ¿Cómo sabes que no hay alguien que te quiere y que no esta fingiendo?

Lo que me dijo sólo hizo que me riera, el tono y su manera de hablar parecía referirse a sí mismo.

-Eso que me dices es malditamente imposible, si existiera alguien así debería protegerme de toda la mierda que me pasa.- Y añado, sólo por las ganas de verlo lastimado.- No quedarse como un espectador viendo cada vez que me lastimaban.

Veo su cara de sorpresa al escuchar mis palabras "le calaron hondo" pensé, pude ver un poco de dolor en su mirada, justo lo que quería, sonrío burlándome de él y cierra la boca al notar que la tiene abierta.

Desvía la mirada y se fija en un punto debajo de mí, en el suelo debajo del puente, sigo su mirada más por curiosidad que por otra cosa y noto a algunas personas viendo hacia aquí. Quizás estén pensando "Ese chico va a lanzar a la chica del puente" no saben lo que en realidad sucede, está salvándola por primera vez de un destino horrible a su parecer, pero para mí no es así, para mí saltar de un puente es lo mejor que podría hacer, pero eso no era lo que intentaba hacer, no esta vez.

-Debemos bajar, nuestros gritos atrajeron a las personas.

Puse los ojos en blanco

-No voy a bajar, no contigo al menos, no te quiero cerca de mí-. Le dije desafiándolo, el chico se mostró dolido por mi respuesta, pero no me soltó, no se arriesgaría.

-No dejaré que saltes Elizabeth, te voy a bajar de aquí, aunque sea lo último que haga-. Se acercó a mí lentamente y sin saber que hacer no me moví ni dije nada, al comprender lo que estaba haciendo empecé a protestar, pero era muy tarde, ya me había cargado y estaba caminando hacia las escaleras.

La Chica de las Mangas LargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora