Fui a prefectura caminando lentamente, por si algún profesor me veía, cuando entré a la habitación se encontraba una secretaría sentada detrás del escritorio leyendo una novela que no alcance a reconocer, no me vio ni me escuchó entrar, me acerqué al escritorio y volteo a verme
—Disculpe— Le dije en voz baja, al escucharme cerró su libro y entonces pude leer el título: "Los Corazones Rotos Siguen Latiendo" y suspiré, escondiendo una sonrisa, yo adoraba ese libro.
—¿Qué ocurre??
—Me siento mal maestra—. Cerré los ojos con pesar e inhalé despacio, fingí algunas arcadas y la maestra asustada se levantó de su asiento y se acercó a mí, me llevó a una silla y me ayudó a sentarme.
—¿Necesitas una pastilla?— Dijo asustada y añadió —¿Quieres que te lleve a enfermería?
Suspiré y negué con la cabeza
—Me siento mareada— Susurré, tenía que creerse algo de lo que hacía, necesitaba lograr mi objetivo.
La secretaria me acercó un vaso de agua y se volvió a sentar detrás de la mesa.
—No puedes quedarte aquí, podría ser algo infeccioso y enfermar a la escuela, debes ir a casa.
Asentí débilmente y mantuve los ojos cerrados escondiendo una sonrisa.
—Haré un justificante para que lo entreguen en el resto de tus clases mi niña, ¿Quieres que llame a tus padres para que te recojan?
Negué con la cabeza y susurré "Gracias" me levanté y fingí tambalearme mientras caminaba fuera de la habitación y fuera de la escuela. Esperé unos momentos hasta que todo estuviera quieto y limpié mi cara. Seguí caminando lentamente por si alguien me veía hasta que salí de la preparatoria.
Me alejé un poco, hasta que escuché unos pasos.
—¡Elizabeth! ¿A dónde vas?
No volteé y aceleré el paso, fingiendo que no lo escuchaba, alejándome de una vez por todas de él.
—Elizabeth ¡No te vayas! ¡Liz!
Me abstuve a parar, al doblar la esquina enseguida hay un callejón, corrí al final de éste y tras un cubo de basura me escondí. Esperé a oír sus pasos, pero jamás los escuché.
Después de unos minutos de no escuchar ningún ruido, por fin salí de ahí.
Tal parece que terminaría la escuela siempre huyendo de James.
Salí de mi escondite y fui directo a mi casa cuidando que James no me siguiera, estaba tan paranoica que hasta los más leves ruidos me sobresaltaban.
***
Al llegar a la entrada de mi casa vi el auto estacionado de mis padres.
"Ese es un mal presagio". Pensé, seguí caminando y al sacar las llaves no las encontré y di por fallido mi plan de pasar desapercibida.
Toqué la puerta y de repente los gritos cesaron, escuché los pasos de los distinguidos tacones de la señora Ellen Whitelly hasta que se abrió la puerta.
—¿Qué haces aquí tan temprano?— Me quedé callada sin saber qué responder y me encogí de hombros, me tomó del brazo con fuerza y me haló hacia dentro de la casa.
—Ahora qué dem...— El señor Whitelly salió de la cocina, su ceño fruncido se profundizó al verme ahí.
—¿Qué haces aquí?— La voz de mi madre, aunque en un tono bajo y educado, sonaba amenazante.
—No me sentía bien— le respondí.
—¿Segura?— No me creía y era obvio que no esperaba que lo hiciera.
—Sí.
—¿Quién era el joven que vino antes?
Intervino el señor Whitelly con voz calmada, sin embargo, su gesto no demostraba lo mismo.
—¿Qué joven?— Pregunté con cautela.
—Moreno, alto, cabello negro, corto y ojos de color claro, ¿no te suena, Elizabeth?— Agregó mi madre.
El hijo de puta de James había venido a mi casa. ¡Estúpido, estúpido, estúpido!
—¿Quién era ese chico, Elizabeth?
No contesté.
—¿Qué diablos quería ese maldito chico?— Gritó la señora Whitelly.
—¡Maldita sea, no lo sé!
Me negaba a llorar frente a aquellos extraños que se hacían llamar a sí mismos "mis padres".
—¡Elizabeth, el maldito chico vino a verte!— Siguió insistiendo la estúpida mujer.
—Yo no invite a nadie aquí, joder.
Concluí.
Sin pedir permiso ni dar explicación alguna, me dirigí a mi habitación.
Subí las escaleras con rapidez sin hacer caso de las voces de mis padres.
Llegué a mi habitación y puse la música a todo volumen y, antes de ponerme los audífonos, pude escuchar como salían de casa y prendían el auto, alejándose de mí.
Al fin sola, me puse los audífonos sin poder aguantar las lágrimas de todo lo que había pasado.
No pude evitar pensar en toda la mierda de todos los malditos días.
Estoy con la música a máximo volumen tratando de olvidar todo y a todos, aunque no sirve de nada. La vida es algo de lo que no se tiene noción cuando se es pequeño. Sin embargo, se vuelve una completa mierda y el tiempo sólo lo confirma.
En lugar de olvidar sólo vienen recuerdos a mi mente...
Cada día que me molestaban; Braulio gritando que daba asco; sus amigos riéndose de mi desgracia; la comida que me lanzaban cada vez; cuando mi "familia" me gritaba; cuando de pequeña mi madre me golpeaba hasta hacerme sangrar, hasta llegar a hacerme caer en la inconsciencia; mi primer corte a los 12 años; mi primer intento de suicidio. Todas y cada una de esas escenas repitiéndose en mi mente.
Tomé una cuchilla sin pensar y acaricié el filo, mientras las lágrimas brotan de mis ojos, un nudo en la garganta impidiéndome hablar, y, con la cuchilla aún en la mano, la paso lentamente por mi muslo, sintiendo como el filo roza mi piel, sintiendo la tranquilidad tan cerca de mí.
Suspiro y aprieto la cuchilla sobre mi piel, hasta que las primeras gotas salen de mi muslo, sintiendo como el pequeño dolor apaga las voces de viejos recuerdos en mi cabeza, cortando cada vez más profundo en mí, sintiendo como la sangre se va derramando por los lados mientras mis sollozos se descontrolan con cada segundo que pasa, cada vez que lo hago, me doy cuenta de que soy un asco, de que debo morir, siento unas incontrolables ganas de morir y de dejar de sufrir como lo hago ahora.
Siento como el abismo se cierne sobre mí y me empieza a llenar de oscuridad y yo dejo que la oscuridad gane, que me lleve con ella, que el abismo me trague entera. Sólo me siento con ganas de dormir, de dejar de pensar, de no despertar nunca más, jamás volver a abrir los ojos y vivir para siempre en mi paraíso de sueños y de fantasía, donde por fin, puedo ser feliz.
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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO, COMENTEN SI LES GUSTO, VOTEN, Y UN ABRAZO A TODOS LOS QUE LEEN MI NOVELA, HICE UN PEQUEÑO SPAM DE UNA NOVELA QUE ESTOY LEYENDO, MUY BUENA, DEBERÍAN LEERLA :D
UN BESO :*
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La Chica de las Mangas Largas
Teen FictionHistoria basada en hechos reales. Elizabeth es una chica con un pasado oscuro, sufre bulliyng, es invisible para los demás. Llegó a tal punto, en el cual, ya no podía con su vida, ya no podía seguir con el sufrimiento que pasaba día a día e intenta...