Estoy acostada en mi propia cama, derramando las pocas lágrimas que todavía me quedan, las quito de mi rostro cuando me canso de llorar por personas que, a pesar de que son de mi familia, me lastiman.
Cuando llegué a casa me despedí rápidamente de Axel y entré, allí me estaba esperando la señora Whitelly, mi madre. Intenté escabullirme, pero no podía con ella.
Ella estaba sentada en la mesa de la cocina en cuanto escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, a mí no me quedó de otra que escuchar a la señora Whitelly, alias "mi madre".
— Elizabeth, ven un momento.
Su tono era cansado, incluso irritado, sin una sola pizca de preocupación y me acerqué hacia donde estaba.
— ¿Cuán estúpida puedes llegar a ser, Elizabeth? —Me quedé callada sin entender del todo lo que me decía. Al no obtener respuesta de mi parte, se levantó del sofá donde se encontraba cómodamente sentada— ¿Por qué eres tan idiota Elizabeth? ¿Qué es lo que pasa por tu maldita cabeza?
Al final reaccioné y pronuncié palabra.
— ¿De qué me hablas?
— De ti, de tu estúpida forma de llamar la atención, de tu forma de ser, de todo lo que hay dentro de ti.
Su voz, en vez de sonar enojada, sonaba calmada, calculada y eso, daba aún mas miedo.
— No sé de qué me hablas, madre.
— Diablos, Elizabeth, me acaban de llamar del hospital, te dieron de alta hace media hora, me dijeron por qué estabas allí.
Y entonces comprendí.
Y ella estalló.
Salí de mi habitación aprovechando que mi madre se había ido. Bajé las escaleras mientras iba repitiendo mentalmente las palabras que había dicho ella: "Ojalá hubiera podido abortarte, niña estúpida, por tu culpa ha pasado todo esto, eres una jodida niña indeseada, por tu culpa estoy donde estoy, con el idiota de tu padre, en vez de con la persona que amo, ojalá no me hubiera embarazado de ti".
Su voz destilaba odio puro, ahora me sentía peor, todo era mi culpa, ni ella ni mi padre me querían cerca. Había quedado en shock cuando pronunció esas palabras y ella, al no verme responder, me dio una bofetada dejando ardiendo mi mejilla, ahora su mano seguía marcada en mí.
Fui decidida a la cocina por un cuchillo y me dirigí hacia el lugar más solitario de la tierra.
***
Estaba en el pequeño jardín donde hace más de tres semanas había estado con James, ahora que volvía a él se notaban las flores más apagadas, todo se notaba más lúgubre a como lo había visto cuando estuve junto a James y le contaba mi triste vida.
Ahora estaba allí de nuevo, pero ahora sola, sin nadie que me acompañara. Estaba segura que allí nadie me encontraría, así que nadie podría cuidar de mí. Saqué la nota que había escrito hace más de un mes, lo sentía como una vida pasada, la releí y me sentí aún mas hundida, había pasado poco mas de un mes desde que escribí esta nota, sin nada nuevo que añadir, la volví a doblar y la coloco en una piedra al lado mío, abrazo mis piernas y escondo mi rostro entre las rodillas.
Pasados unos minutos, volteo a tomar el cuchillo y lo único que veo es a James viéndome fijamente con el artefacto punzocortante en la mano. Sin más fuerza para hacer algo y frustrada por culpa de James me tumbo sobre el suelo en posición fetal y me pongo a llorar con fuerza.
No escucho nada, sólo mis lloriqueos, hasta que siento la manera en que James toca mi cabeza y la levanta delicadamente poniéndola sobre su regazo, cierro los ojos con más fuerza mientras él acaricia mi horrible cabello y poco a poco me voy calmando con sus palabras.
— Liz, desahógate, llora todo lo que quieras, pero ya no te hagas daño. ¿Lo prometes, mi niña?
Su voz me absorbía, la ternura que destilaba me hacía creer en sus palabras y entre sollozos le doy una respuesta que ni siquiera yo soy consciente de pronunciar.
— Lo prometo.
***
James no me hizo ninguna pregunta, dejó que llorara sobre sus piernas sin importarle que mojara su pantalón. Cuando logré calmar mis sollozos era casi de noche, apenas acababa de ocultarse el sol, y, con la llegada de la luna, llegaron también nubes grises con viento a cuestas que movían las hojas de los árboles que se hallaban sobre nosotros.
James tocó mis mejillas con las yemas de sus dedos.
— Liz, creo que debemos irnos.
Sin ganas de hablar sólo asentí y ambos nos levantamos.
Al ir caminando James me vio y me dio su suéter justo cuando se erizaba mi piel, caminamos uno al lado del otro en silencio por unos minutos.
— Liz, si quieres hablar alguna vez aquí me tienes para ti.
Asentí y empecé a debatir conmigo misma dentro de mi cabeza, discutiendo los pros y los contras de esto, pero al final me decidí y le conté.
— Yo, sólo acababa de llegar del hospital, y ella dijo cosas, habló de que quería abortarme, la arruiné a ella, a su vida, notaba su cara de odio. —Noté su cara de confusión y añadí la respuesta a su duda—. Mi madre, —incluso decirlo sonaba extraño, pero proseguí contándole a James lo sucedido. —No estaba enojada, estaba tranquila, demasiado tranquila a decir verdad, no ama a mi padre, sólo está con él por mí porque quedó embarazada de mi, ella estaba enamorada de otra persona y la obligaron a quedarse con mi padre y lo aceptó sin dudar, lo aceptó al ver que la familia de él era influyente, poderosa de alguna forma ante la sociedad. Me dijo que comprendió que el amor era una debilidad, tener un corazón era malo, prefería tener riqueza a tener que quedarse conmigo sola.
En ese momento estaba inundada en lágrimas con el suéter de James, al bajar mi mano él la tomó, entrelazó sus dedos con los míos, me sobresalté ante su tacto, pero lo dejé.
Sentir su mano caliente entrelazándose, contrastando sobre mi mano helada, eso me hacía sentir extrañamente bien, seguimos caminando lo que restaba hasta llegar a mi casa.
***
Llegamos antes de que la brizna se convirtiera en lluvia, nos paramos en el umbral, abrí la puerta y me volteé hacia James para despedirme.
— Buenas noches.
Él me sonrió.
— Buenas noches.
Estaba a punto de entrar cuando escuché su voz.
— ¡Elizabeth!
Volteé y lo encontré demasiado cerca de mí.
— Te veo mañana. —Susurró James, asentí y antes de que me diera cuenta, me dio un beso corto en la comisura de los labios, parpadeé sorprendida y cuando pensé en hablarle ya estaba yéndose.
Cerré la puerta detrás de mí y sorpresivamente me di cuenta de que me gustó.
Y sonreí.
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BUENO, CAPÍTULO DESPUÉS DE UN PAR DE DÍAS QUE NUEVO xD NO DESPUÉS DE UN MES JAJAJAJ ESPERO QUE LES GUSTE, GRACIAS A LAS PERSONAS QUE LES ESTA GUSTANDO :3
BUENAS NOCHES A TODOS
BESOS :*
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La Chica de las Mangas Largas
Roman pour AdolescentsHistoria basada en hechos reales. Elizabeth es una chica con un pasado oscuro, sufre bulliyng, es invisible para los demás. Llegó a tal punto, en el cual, ya no podía con su vida, ya no podía seguir con el sufrimiento que pasaba día a día e intenta...