Capítulo 1

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Courtney

Estaba corriendo por el bosque en busca de ayuda, los lobos de mi propia manada querían matarme por ser débil y una carga para ellos, estaba desesperada. Cuando pensé que no me seguían me recosté en un árbol y cogí aire.

Escuché varios gruñidos y ví tres lobos; uno era marrón, el otro gris y el más grande era negro y se les notaba que no estaban nada contentos con mi presencia.

Uno de ellos, el marrón, se me acercó y cuando estaba apuntó de tirarse encima de mí el lobo negro le clavó los colmillos y si no es por el lobo gris ese lobo no existiría.

No entendí porque me estaba defendiendo pero le agradecía que me ayudará. Cuando el lobo negro me miró se tensó pero luego me agarró con sus colmillos por la camisa y me cargó dentro del bosque.

Durante todo el camino me mantuve tranquila. Al llegar a una casa muy grande, me depositó en el suelo y se transformó a humano y estaba desnudo, sin pena ninguna, oh señora Luna ¿qué están viendo mis ojos?

Su cabello era castaño casi negro, sus ojos marrones pero intimidantes, alto y tenía un cuerpo bien definido. Me miró serio y subió las escaleras. Me senté en uno de los muebles esperándolo.

En unos minutos llegó vestido con un pantalón y una camisa de botones azul que se le veía muy bien.

-Esta será tu nueva casa.- me dijo serio.

-Está bien y gracias Alfa.- dije.

Mate Courtney-. Dijo mi loba Genna

-Eres mi mate- le dije sonriente con algún rayo de esperanza.

-Si pero no estoy muy de acuerdo con la decisión de la Diosa Luna, eres una simple omega, eso deja mucho que desear.- ¿escucharon? Mi corazón rompiendose en pedazos.

-Lo sé.- bajé la cabeza.

-Te diré cual será tu cuarto.- me guió por el segundo piso hasta que dimos a una puerta blanca, cuando entramos había una cama, un gavetero y un baño privado pero no tenía ni una sola ventana.

-No tiene ni una sola ventana.- le dije bastante confundida.

-Esa es la idea. No podrás salir sin autorización y harás lo que yo diga.- su voz era fría.

-De acuerdo.- se giró y se marchó. Me eché a la cama a llorar. Esto será un infierno, prefería que los de mi manada me atraparán.

 Esto será un infierno, prefería que los de mi manada me atraparán

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Lyann

No puede ser, no y no. Una omega como Luna esto debe ser una broma Diosa Luna. Estaba enfadado no quería que mi mate fuera una debilucha, ni defenderse sola podía.

Es una omega pero es bonita y nuestra compañera.- Susurró Owen mi lobo. Hace mucho que no lo escuchaba tan emocionado desde... negué.

Debía admitir que era bonita. Tenía unas piernas largas, la piel pálida, el cabello largo rojizo y los ojos verdes más impresionantes que haya visto. Unos labios espectaculares y ¿que decir de su fragancia? Era exquisita olía a flores salvajes. Pero era débil me regañe mentalmente.

Tenía que tratar de no acercarme a ella tanto porque era una tentación y no iba a cometer un error después de los problemas que tenía encima.

Cuando ese idiota de Jared se le tiró encima solo oí sus pensamientos, el muy imbécil quería tocarla y sobre mi cadáver le iba a poner alguna de sus sucias manos encimas. Me enojaba que fuera tan hermosa, no solo yo la podía desear también los demás hombres, gruñí.

Mía...

Mi manada ya quería que su Luna apareciera pero no podía presentar a esa omega. Llevaba 235 años buscándola y ya la tenía conmigo pero era una vergüenza.

Subí a su habitación y la escuché llorar. Una parte de mí quería consolarla pero eso jamás yo no era un sentimental, a mi me tenían miedo y respeto, también haré que ella se intimide conmigo. Entré a su cuarto y ella rápido se hizo la dormida.

-En un momento te traerán la comida.- le dije frío.

-No quiero comer.- eso me enfureció.

-No me retes omega.- estaba apunto de estallar.

-¿Tu eres Lyann? Alfa de la manada del sur.-Me preguntó algo tímida.

-Si pero eso no te interesa.- no quería que me hiciera preguntas.

-Soy Courtney.-me dijo algo apenada y me gustó su nombre.- Pensé que querías saber.

-No necesitaba saberlo, es más ni me importaba.- al escuchar mis palabras bajó la cabeza y se mordió un poco sus labios, se veía atractiva haciendo eso pero no le daría la satisfacción de demostrárselo sino se ilusionaría y pensaría que las cosas cambiarían.

Salí de la habitación y me fui para mi cuarto, ella me hacia sentir un poco débil y eso era peligroso. Me bañé y me recosté en mi cama soñando en esos ojos verdes tan tristes...

Me Perteneces Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora