Capítulo 11

19.8K 1.1K 57
                                    

Courtney

Ahora empezaba lo bueno. Lo miré de manera desafiante. Cada uno de sus músculos se tensaron lo sabía. En su rostro no habia nada que no fuera coraje y miedo. Esto me estaba gustando.

-Quiero al consejo ahora mismo aquí.- le dijo con enfado al anciano.

-Usted rechazó su cargo de alfa. Es una simple omega.- me hervían todos mis huesos.

-Vine a recuperar a mi manada. Y has lo que dice tu futura alfa.- le sonreí.- O sea yo.- dije creídamente.

-Tú no volverás aquí.- dijo Zack desafiandome.

-Y tú no eres quien para impedirmelo.- saqué mis garras.

-Eres débil no podrás con una manada.- dijo mirándome.

-Eso era antes.- desvié la mirada.- ¡Quiero al puto consejo de inmediato!- ya me estaba descontrolando.

-Sobre mi cádaver serás la alfa.- Zack empezó a dejar ver sus colmillos.

-Con mucho gusto.- me transformé en mi loba y le gruñí.

Unos segundos más tarde Zack empezó a transformarze en un lobo gris bastante grande pero no como yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unos segundos más tarde Zack empezó a transformarze en un lobo gris bastante grande pero no como yo.

Ya verás. Fijate todavía te extraño. Lo mucho que disfruté contigo- dijo sinicamente y todos los recuerdos se arremolinaron en mi mente.

 Lo mucho que disfruté contigo- dijo sinicamente y todos los recuerdos se arremolinaron en mi mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Flashback...

Hola lobita ¿cómo estás disfrutando de tu nueva habitación?- Era Zack con varios lobos que me miraban con lujuría.

Zack se acercó demasiado a mi y empezó a tocar mis piernas que estaban atadas a unas cadenas de plata. Sentía miedo. Yo era débil. Estaba en una especie de sótano.

El sitio era oscuro, habian arañas y hasta ratas. Ellos me habian encerrado después de la muerte de mis padres porque creían que era un peligro para la manada. Al principio me trataban casi normal pero empezaron a pegarme y maltratarme.

-Eres un traidor. Confíe en ti maldito cerdo.- le escupí en la cara. Él pasó uno de sus dedos para limpiar mi saliva y desde el fondo de su garganta soltó una risa amarga.

Me Perteneces Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora