capítulo:10

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—¿Por qué no te quedarás a comer conmigo?

—No puedo Yifan, estoy trabajando. —Tao paso su peso de una pierna a otra, había llegado con tiempo de sobra al apartamento del fotógrafo, pero este se negaba a pagarle lo cual desesperaba al menor.

—Ya te lo dije, no pagaré eso.

—¡Pero... qué dices, tú la pediste! Anda, págame porque tengo más entregas que... — El menor se quedó quieto parpadeando varias veces —¿Qué estoy haciendo aquí?

Yifan abrió sus ojos preocupado, pero después sonrió pensando en que se trataba de una broma. Le quito la caja al menor y coloco una mano detrás de su espalda invitándolo a pasar, Tao solo se dejo llevar.

—Hay que comer— Al destapar la caja el estómago de Yifan se sintió revuelto, ya no podría seguir comiendo ni una sola rebanada más.

Tao se mantuvo observando el lugar algo agitado, estaba en la casa de un cliente cuando su deber era solo entregar y cobrar las pizzas. Por otro lado, Yifan se mantuvo observando al pelinegro en el mismo sitio con mirada perdida, lo tomo de la mano y guió hasta el sillón más cercano sentándose junto a él. Tomo un fuerte respiro llenando por completo sus pulmones, necesitaba el suficiente valor para lo que estaba decidido a hacer.

—Tao, no sé por qué estoy haciendo esto, pero me gusta estar contigo, verte feliz y no puedo explicar las cosas que siento en mi interior cuando te veo o cuando te toco. — Las piernas de Yifan no dejaban de temblar y sus manos sudaban como si de verano se tratara, froto ambas palmas en sus piernas para tomar entre ellas a las de su modelo.

El menor se mantuvo viendo con extrañeza al rubio, cosa que lo hizo sentirse mal, tal vez el pelinegro no sentía lo mismo que él. Tao bajo la mirada un momento y parpadeo un par de veces suspiro y alzó su vista al rubio.

—Yifan... te dije que no puedo comer contigo, págame.

—¿Qué no escuchaste lo que te dije?

—Sí, que no pagarás si no me quedo a comer, no puedo creer que aun tengas apetito. — Yifan sonrió con pena pues sabía que era un intento para no hacerlo sentir mal.

— Claro, te pagaré— El rubio fue a su recámara y al regresar le extendió al menor el dinero de la pizza, el repartidor le sonrió y salió del lugar siendo encaminado por Yifan.

Fue rechazado sutilmente, ahora ¿cómo se supone que trabajaría con el repartidor? Se dirigió de nuevo a la sala tomando asiento en el mismo lugar, apoyo sus codos en ambas rodillas y enredo sus dedos en su cabello dando después pequeños golpes en su cabeza, estaba arrepentido de lo que acababa de hacer.

Observó por un rato la caja cerrada sobre su mesita de sala, después de estar un buen rato desparramado sobre el sillón, tomo la pizza y se la obsequio a su vecino ya que el sí la disfrutaría.



💙



— Tao, oye, ¿estás bien? — Su compañera al no recibir respuesta del menor y le dio leves golpes en el brazo —Hey.

— ¿Sí? —Tao se giró a su compañera; sentía la sensación de estarse olvidando algo, como si un agujero hubiera tragado los minutos que estuvo en el apartamento del rubio, pero por más que se esforzaba no lograba recordar nada de lo  ocurrido.

— Te estoy hablando y no me respondes ¿acaso no escuchas?

— Discúlpame, estaba distraído.

Shèyǐng  [TaoRis/KrisTao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora