Capítulo: 11

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No sabía qué hacer, observó como Yifan se acercaba a él sin apartar la mirada de sus ojos.

Al sentirse acorralado no sabía hacia donde clavar su mirada. Su respiración se volvió agitada y la distancia entre ambos era inexistente, tanto que si tragaba saliva sentía que sería escuchada por el mayor.

—No lo sé.

—¿Perdón? — Yifan retrocedió rápidamente, sin apartar su vista de Tao.

— Yo... no estoy seguro.

—¿Si te pido una oportunidad, me la darías?

 —No estoy seguro, yo...

—Sólo déjame tratarte, al menos hasta que estés seguro de tus sentimientos, te aseguro que lo que siento por ti es sincero.

—No estoy seguro de creerte o no Yifan, me resulta demasiado extraño esto.

—En verdad me gustas.

 —¿Sabes que creo? haces esto solo para no pagarme por las fotos, estas equivocado si crees que...

 —No, no, no, ¿cómo puedes pensar siquiera eso de mí? — El mayor llevo sus manos al pecho hincándose frente al menor quedando a la altura del sillón.

 —No puedo creerte porque es algo totalmente absurdo, ¿cómo una persona puede enamorarse de otra de un día para otro? No soy estúpido ni tampoco ningún necesitado.

—Mis sentimientos son reales, ¿cómo te los demuestro?

—Olvidándonos del tema.

— Tao; Por favor. No puedes pedirme eso, ahora me sentiré incomodo estando contigo.

Ambos chicos guardaron silencio compartiendo miradas mientras eran rodeados por un aura incómoda creada por los dos.

El menor la desvió primero disculpándose por no seguir con Yifan, poniendo de excusa a su invitado en casa.

—Creí que querías estar conmigo.

—Lo siento, pero Luhan no durará mucho en china, quiero pasar tiempo con él— Intentó escapar de los brazos del mayor pero aún se encontraba acorralado en el sillón.

—Se está quedando en tu casa, eso para mí suena a que comparten mucho tiempo juntos— El pelinegro se removió en su sitio incómodo.

—Con las mañanas en la pizzería y las tardes aquí no puedo verlo más que en la noche —Yifan asintió paseando su mirada por las paredes.

 —¿Y cuándo se irá?

 —Aun no lo sé, será decisión de él.

Yifan se puso de pie dándole paso al menor quien lo hizo lentamente. Ambos caminaron hasta la salida del apartamento donde se despidieron de forma incómoda y distante.

Al ver al menor perderse entre el pasillo Yifan cerró la puerta recargándose en ella, pego su cabeza dando pequeños golpes en esta.

Tao salió del edificio a paso rápido sintiendo como su corazón golpeaba contra su pecho tan rápido que por más que se presionaba e intentaba calmarse no lo conseguía. Camino hasta su hogar repitiendo una y otra vez las palabras del fotógrafo en su cabeza, ¿en verdad sentía eso por él?

Estaba muy confundido, es decir, Yifan es muy atractivo sin lugar a duda y hacia que las tardes junto a él fueran amenas olvidándose de su enfermedad. Pero por otro lado es una persona muy ingenua en cuanto al amor se trata. Alguien como Yifan no ganaría nada al lado de un desahuciado como él.

Sin embargo, también siente lo mismo que el rubio, lo descubro esa tarde mientras caminaban de la mano hacia la playa. El cabello de Yifan brillaba más al recibir los rayos de sol. Su mano firme en la de él al adentrarse al agua generando una corriente que viajo desde su palma hasta la punta de los pies. Su risa, sus ojos, su voz, todo de él le parecía lindo después de ese viaje, e incluso hacerse el dormido para que lo siguiera fotografiando fue poco, él quería más del rubio por eso recargo su cuerpo en su hombro.




💙




llego al edificio departamental donde vivía y se adentró al lugar imaginándose a su amigo tal vez cocinando algo. Sin embargo, lo encontró hablando por teléfono, Tao conjeturó que se trataba de algún compañero de corea o alguno de sus padres por lo que siguió caminando hasta entrar a la cocina.

Luhan sonrió al finalizar la llamada caminado tras el moreno —¿Por qué llegas tan temprano?

—Me desocupe rápido. —Tao fue directo al refrigerador sacando un Yogurt de este.

Al notar la actitud extraña de su amigo arqueo ambas cejas incitando a su compañero a hablar.

—Tao... con respecto a la cita en el hospital, debemos ir mañana.

 —¿Por qué?

—Me quieren el viernes en corea, tengo que regresar lo más pronto posible.

—No puedo ir mañana.

—¡Es tu salud, ¿no te importa eso?!

—Me importa, pero por ahora mi principal prioridad es mi empleo.

El rubio llevo, sus dedos a su cien dando pequeños masajes.

—Tao.

—Déjame esto a mi Lu, yo iré por mi cuenta.

—No soy tan ingenuo como para creerte eso, escucha; hablé con un médico Oncólogo amigo de mi papá, prometió ayudarnos, le conté sobre tu situación y el no tener seguro médico, él nos ayudará —El menor negaba con la cabeza rechazando la opción del rubio.

—Iré por mi cuenta en cuanto consiga el dinero suficiente para...

—Iremos mañana y punto— Luhan se retiró de la cocina dejando al menor con la palabra en la boca.

Una vez caída la noche ambos estaban metidos en la cama del pelinegro.

—Lulu— Tao codeo a su amigo haciendo que este se retorciera, al parecer era un lugar sensible a las cosquillas.

 —¿Qué pasa?— Se escuchó una voz soñolienta por la parte izquierda de la cama.

—¿Estas molesto conmigo?

—¿Tu qué crees?

Tao suspiro llevando ambas manos a su rostro —Lo siento, solo quiero hacer las cosas por mí mismo.

Luhan resoplo —Quiero ayudarte, quiero conservar a mi mejor amigo por muchos años y quiero verte feliz; me molesta tu actitud tan despreocupada ante todo.

El menor guardo silencio un momento y se rindió ante su compañero — Lo aré bien Lu, saldré adelante.

El rubio sonrió al escuchar al pelinegro, limpio sus mejillas para después girar quedando frente a él —Lo vas a lograr—Ambos sonrieron sabiendo que no serían visto por el otro.

Tao cerro sus ojos, en verdad lo lograría, viviría feliz por muchos años al lado de su amigo y de la persona amada. Instantáneamente la imagen de cierto fotógrafo llego a su cabeza.

 —Lulú... ¿Alguna vez te has enamorado de una persona, pero no quieres estar con ella?

Luhan quien ya estaba por quedar dormido abrió sus ojos al escuchar a su amigo dejando atrás cualquier deseo de dormir —¿Por qué esa pregunta tan repentina?

El azabache guardo silencio sintiendo como su amigo tomaba asiento en la cama.

 —Responde, ¿es por el tal Yifan?

Con un profundo respiro el moreno cubrió su rostro hasta la altura de sus ojos con las cobijas. —No sé qué hacer Lulu.


Shèyǐng  [TaoRis/KrisTao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora