Y de repente...

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P.O.V Marshall.

De noche me encanta tocar guitarra, es cuando nadie puede criticarme. Todos están dormidos. Pero a la vez nadie puede apreciarme. De vez en cuando Fionna viene a escuchar mis canciones, pero me parece que sólo lo hace para acercarse más a mí. Desde que Gumball la rechazó...

Hoy decidí ir a una montaña que está cerca del Dulce Reino, allí, Simone y yo compusimos una canción que escribió detrás de una foto hace 998 años. Me sorprendió que Gumball tocara mi hombro a mitad de mi canción.

-Estoy buscando moras del sueño.
-¿Para qué?
-Por la ciencia. ¿No las has visto?
-No. Lo siento.
-¿Qué canción tocabas? –Pensé un momento qué le diría.
-La compuse hace mucho tiempo. Se llama When I don't remember you.
-Oh, es preciosa. Bueno, me voy Marshall, tengo que encontrar esas bayas.
-Okay.

Gumball dio un paso al frente mío, y yo seguí tocando, pero de nuevo me detuve y solté mi guitarra porque Gumball estaba cayendo por el precipicio. Mi guitarra cayó y se hizo pedazos, pero Gumball estaba bien, demasiado cerca de mi cara para mi gusto.

-G—Gracias. –Su aliento olía a fresas.
-Sólo... Ten cuidado. –Me sonrojé.
-Tu guitarra. Está hecha añicos.
-Descuida, mi guitarra no es más importante que tu vida. –¿Porqué dije eso?

-Uh, Marshall, ya puedes bajarme.
-Ah... Claro... –Bajé lo más rápido que pude de la montaña y me metí en la ventana del cuarto de Gumball. Todo su castillo siempre tiene un olor particular, me encanta.

-Lamento que no hayas encontrado tus moras, Bubbs.
-Por favor, no me llames así.
-De acuerdo, de acuerdo. Me voy.
-Espera... –Gumball agarró mi muñeca e impidió que saliera por la ventana.
-Tienes una raspada en la cara. –Puse mi mano derecha en mi mejilla, y sí, tenía una raspada.
-Déjame curarla.

Gumball fue corriendo a su laboratorio y trajo un parche de gasa, y lo puso en mi mejilla. Detuvo un momento su mano en mi cara y me miró a los ojos. Sus labios estaban entreabiertos. Sus ojos brillaban tanto... Ni si quiera me di cuenta cuando ya tenía los labios puestos en los suyos. 

Hi babes, ¿cómo están? Esta historia fue publicada primeramente en Deviant, y espero que aquí triunfe más que allá. <3
Los quiere, Marcy. <3

Gumball y yo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora