Madre e hijo.

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P.O.V Marshall.

Mamá me llama por primera vez en 50 años, y tenía que ser precisamente un día después de haber traído mis cosas al Dulce Castillo. ¡Así es! Gum y yo estamos oficialmente viviendo juntos.

Bueno, le pedí permiso a Fionna para abrir el portal de la casa del árbol, le dije que no se metiera en el portal porque tenía que hablar cosas privadas con mi madre. Y asintió. Me traje la leche de escarabajo y las velas. Cuando entré, el guardián me dijo "Buena suerte, se ve que está algo enojada".

Obviamente mi madre es mayor que yo, pero de todas maneras, ella no sale de la Nocheósfera mas que una vez cada 500 años. Por lo tanto, tengo más experiencia que ella. Cuando llegué a la casa:

—¡Marshall! Mi hijo querido, ¿cómo has estado?

—Mamá, ve al grano, tengo cosas que hacer.

—Se nota que no te intereso. —Lo dijo en un tono muy directo. —Bueno, me he enterado de algo, hijo mío.

—¿Qué cosa?

—Se trata de un príncipe... Un dulce príncipe.

—Se llama Gumball. ¿Y? —No quise sonar ofensivo, pero sonó así.

—Debes saber que no me... —La interrumpí.

—Parece bien. —Terminé su frase. —Lo sabía. Pero mamá, es a quién yo... Amo. Y mucho.

Ella se transformó en un monstruo. La tomé por los hombros y logré tirarla al suelo.

—Mamá, escúchame. SÍ, TU HIJO ES GAY. Acéptalo o piérdeme.

—¡LO QUE SE PERDERÁ ES EL LEGADO DE LOS AABADEER!

—Mamá, tienes 50,000 años, no vas a morir pronto. Quédate en el poder y déjame en paz. —Y le quité el collar de ámbar que la transforma. Lo tiré en el suelo y lo pisé. Se enfureció mucho, así que salí de la Nocheósfera y cerré el portal tan rápido como pude.

Caí en el suelo en el momento que lo cerré, y Fionna y Cake me vieron con atención.

—Es una loca. —Dijo Cake.

—Ni me lo digas. De menos no la veremos en un rato. —Dije, mientras me levantaba y sacudía mi ropa.

—Marshall, ¿quieres ir a tomar un helado?

—Claro preciosa. ¿A dónde quieres ir?

—¡Al dulce reino! —Desvié mi mirada.

—Uh, ¿crees que pueda invitar a Bubbs?

—Hm, ¿porqué? —Dijo Fionna, con una mirada pícara. Mi nerviosismo se veía hasta el otro lado de AAA.

Los quiere, Marcy. 💕

Gumball y yo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora