V: "Raíces 2.0"

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Ariane: Amigos ¿ustedes creen que deba cambiar la categoría de DDCTC a novela juvenil? He estado checando libros de humor en wattpad y pues... No sé, díganme que piensan por favor. Gracias mis patatas. Cojan unas galletas y disfruten:')

Sí, así me imagino a Sam, pero ustedes son libres :D
El actor se llama Matthew Daddario y es mi amor platónico

SAM

Estacioné mi motocicleta en la acera frente a casa y ayude a Lía a bajar de ella. Saqué mis llaves y abrí la puerta para mi hermana menor y pasé junto a mi motocicleta.

Sí, así es. Charlotte se queda en casa, no la dejaría afuera en el peligro donde fácilmente la pueden secuestrar o hacerle daño. Y sí, Charlotte es mi motocicleta. Para aclarar, me la gané en una rifa de una gasolinera cerca, si tuviera el dinero para comprar una motocicleta ya nos habríamos mudado.

Lía tiró su pequeña maleta a una silla en nuestra cocina, la cual sí podía considerarse una por el buen cuidado que le damos.

-¿Ya desayunaste, jirafa subdesarrollada? -me preguntó Lía desde la cocina mientras yo llevaba a Charlotte a la diminuta terraza que apenas tenía una margarita marchita. Estacionamiento perfecto.

-Sí he desayunado, caracol con retraso. -respondí cariñosamente en el momento que cerraba la mampara barata tras de mí.

-Genial. Un cavernícola menos del cual preocuparme. -murmuró Lía, aún así logré escucharla.

-Solo somos dos cavernícolas acá, tonta. -reafirmé y le golpeé cariñosamente la frente.

Lía me dio unas palmadas en el estómago e intentó jalar algún rollito de grasa sobrante.

-¿Seguro de que no quieres comer algo más? O acaso olvidas que soy la mejor chef de todo el mundo. -presumió con aires de grandeza.

-No se me olvida, bola de grasa tonta. -apreté sus mejillas con cariño.

Así es, tenemos una relación de hermanos muy divertida, nada de nostalgia ni tristeza por no tener padres. Por esa razón es que no les describo la "triste mirada de Lía por recordar repentinamente su ausencia de padres" ni tampoco les menciono mi "rencor hacia ellos por abandonar a sus hijos". Yo lo tengo superado, al menos mamá nos dejó la casa que, efectivamente, es una porquería, pero tenemos techo, y sí, es rentada y tengo que pagar cada mes, pero algo es algo.

Solté las mejillas de mi hermana y segundos después una risa ahogada, esas risas de caballo extrañas. Lía dio por sentado que sería su turno y soltó una risa de puerquito. La logré escuchar mientras caminaba a mi habitación que es otro pedazo de mierda, es minúsculo y para colmo lo comparto con una chiquilla de doce años. Temo por el día en el que le llegue la menstruación.

Oh por Dios, siento arcadas.

Me incliné sobre mi cama y de la repisa cogí la lata de bombones en la que guardábamos el dinero para ocasiones importantes o deudas.

-Mierda. -mascullé, pretendiendo que nadie escucharía.

-¿Qué dices, hermanito? -habló Lía con inocencia fingida parada en el umbral de la puerta de la habitación. Pedazo de entrometida.

-Que... Que vi a mi amiga Erda. Sí... Ella misma, tiene padres muy crueles. -traté de disfrazar la situación pero no tenía la certeza de lograrlo, esta niña es difícil.

-¿Y por qué la llamarías "Mi Erda" ? -Lía me estaba manipulando, lo siento en mis entrañas. -Ya sé, ustedes eran novios y le decías que era tu Erda ¿no es así? -se veía la maldad en sus ojos.

¡Danae, deja caer tu cabello! #CA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora