VIII: "Ocho"

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Ariane: Me creerían si dijera que esperaba que el capítulo 8 se llamara "Ocho"?  Bueno, es intencional. Un capítulo debía llamarse así pero que justo haya sido el octavo... Es una genial coincidencia.

Hailee Steinfeld como Danae Rodríguez

Ojo: Yo odio poner reparto pero para pedir un booktrailer necesito uno:'v

DANAE

-Debes estar bromeando -solté con sequedad. ¿Salir? ¿Al mundo? ¿Estaba dispuesto a hacerse cargo de un ser humano como yo? Quiero decir, soy genial, pero sería una gran carga sacar por primera vez a alguien al mundo.

Tendría que hacerle firmar un contrato de condiciones y restricciones, así como el de Facebook que nadie lee.

No te precipites, niña. Tal vez sí es una broma.

-No es una broma, princesa -dijo Sam con la emoción por las nubes; tenía una sonrisa plantada en el rostro como un niño pequeño. Los ojos le brillaban y lucía como... Lucía como... ¿Si estuviera en drogas?

Es broma, solo que no quisiera halagarlo en mi mente, luego se le suben los humos a la cabeza y ya saben cómo funciona el ego de un muchacho.

Tonta, no puede leer tu mente.

Ya lo sé, Danae interna, pero qué acaso no has leído que cuando una chica piensa y piensa en lo atractivo y sexy que es el chico que tiene al frente, este mágicamente se percata de esto por su expresión y alimenta más su ego. No y no. Seguiré ofendiendo a Sam en mi mente para que no actúe como imbécil.

-No lo sé, Sam. Por alguna razón mis padres no me dejan salir de aquí -. Por más reiterativo que suene, mi corazón me decía una cosa, y el cerebro, otra. Sí, ya entiendo, típico dilema de un protagonista pero, ¡vamos! Así pasa en la vida real.

-Sé que quieres salir y conocer el mundo, princesa. Cualquiera se da cuenta -decía Sam sin contenerse. Era agradable notar sus emociones reales ya que las expresaba todas.

Escuché unos pasos cerca. ¡Por fin Marah nos va a encontrar!

-Vamos, pequeña princesa. Di que sí, será divertido vivir una aventura -musitaba Sam. Repentinamente tomó mis manos. Un segundo. ¿Qué?

Wow. Tranquilo, viejo.

-Sam... ¿Acaso intentas coquetear conmigo? -le pregunté en voz baja girando la cabeza un poco a la derecha, observándolo de una manera graciosa, con ojos de pilla.

-Tal vez -intentó coquetear de nuevo. Sin embargo, al querer colocarse en una pose atractiva, se apoyó en la ropa y terminó cayendo al suelo. Hizo un sonido seco y le cayeron bufandas encima.

-Necesitas práctica, portero -me burlé de su intento fallido de galán. Era bastante torpe.

-¿Es lana? -preguntó Sam después de retirar las bufandas de su rostro. Asentí.

Comenzó a estornudar escandalosamente una y otra vez. Un joven de veintiún años, tirado en el suelo con ropa de chica encima, después de una escena de coqueteo fallida, estornudando como gatito. Era una imagen deplorable y totalmente digna de unas buenas carcajadas de mi parte.

-¡Aquí están!

Marah nos señalaba con el dedo y los ojos bastante abiertos. Rayos, qué pensará por el hecho de que estamos en un armario. Oh Dios.

¡Pero eso no importa ahora! Tengo que correr y salvarnos, no puedo perder en las escondidillas. Miré a Sam en el suelo y a Marah en el umbral de la puerta. Me tomó dos segundos reaccionar y empujar a Marah fuera de mi camino para salir corriendo.

¡Danae, deja caer tu cabello! #CA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora