Manos en el asunto

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Jimin estornudó por tercera vez en cinco minutos. Inmediatamente, Jin se giró con la misma mirada que tendría una madre preocupada porque su hijo pillara un resfriado.

- Jiminie, ¿te estarás enfermando? Estas estornudando muy seguido.

- No es nada, hyung – respondió el menor, secando su nariz con un pañuelo – La otra noche me quedé hasta tarde en el estudio, practicando una nueva rutina y transpiré un montón. Tal vez el aire acondicionado me afectó un poco.

- Entonces no vayas a practicar desnudo como siempre lo haces – replicó Seokjin. Frenaron en la esquina para mirar a ambos lados y continuaron con el camino hacia la casa de Taehyung. Ese lugar poco a poco se estaba convirtiendo en la guarida para todas sus reuniones y la escusa esa noche era ver una película. Jin y Jimin iban juntos y Namjoon había quedado en encontrarlos allí, ya que se había demorado para sacar unas fotocopias que necesitaba para una clase.

- No voy desnudo – se sonrojó Jimin – simplemente me gusta quitarme mi remera cuando estoy solo. Sabes que sudo mucho cuando bailo.

- No es excusa para que te enfermes – replicó, frunciendo el ceño ante un nuevo estornudo del menor.

- No me estoy enfermando – volvió a contestar el chico.

Jin sonrió y negó con la cabeza.

- Eres un cabeza dura, estoy seguro que lo que te digo entra por un oído y sale por el otro.

- ¡Claro que no, hyung! Yo tomo en cuenta lo que me dices.

- No cuando tiene relación al baile.

- Bueno, tú no tienes mucho lugar para hablar de baile. – bromeó Jimin.

- ¡Yah! ¡Respeta a tu hyung!

Ambos rieron divertidos pero callaron rápidamente al escuchar unas sirenas en la cercanía. Cruzaron miradas preocupadas y se apresuraron a doblar la esquina para ver mejor. Lo que vieron los dejó helados.

- Ay por Dios – murmuró Jin horrorizado.

- Tae... ¡Tae! – Jimin dejó caer la bolsa con chips que habían comprado de camino y corrió hacia el edificio en llamas que se alzaba ante ellos. La situación era puro caos. Los bomberos corrían de un lado a otro, intentando apagar el incendio que se veía en los primeros pisos del complejo de departamentos. La policía trataba de contener a los curiosos y a la gente que insistía en entrar a rescatar objetos personales. Algunos incluso lloraban y gritaban, exclamando que algún ser querido aún seguía dentro del edifico. Los canales de noticia no hacían nada más que alimentar la desesperación que se sentía en el ambiente y Jimin pudo sentir las lágrimas quemar sus ojos al momento en que Jin lo sujetaba de la cintura, impidiéndole entrar corriendo al lugar.

- ¡Jimin, ¿a dónde vas?, no puedes entrar ahí!

- ¡Sueltame, hyung, Tae está ahí dentro! – Jimin continuó forcejando con todas sus fuerzas, sintiendo cómo las lágrimas ya caían por sus mejillas. Un policía se les acercó rápidamente.

- ¿Qué pasa aquí?

- ¡Mi amigo está ahí adentro! – lloró Jimin, dándose por vencido. Nunca iba a superar la fuerza de su hyung, él era muchísimo más grande que él.

- Hemos evacuado el edificio. Sus habitantes están por allá – señaló una pequeña congregación de personas – Pueden ir a ver si su amigo está ahí. Sino mandaremos una dotación de rescate a buscarlo.

Inmediatamente, ambos corrieron hacia el grupo sin siquiera responderle nada al policía. La gente de allí parecía en shock, algunos llorando, algunos desesperados por el pensamiento de perder todo, sus cosas, sus hogares, su vida. Sin ninguna delicadeza, algo muy extraño en Jin, apartó un par de hombres de su camino para abrirse paso.

Mírame hacer cosas peoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora