Tu y Yo, Nunca. ¿Verdad? [YurixYuuri] {Yuri On Ice}

Tal vez sea cierto

Aqui esta su cap!

Dedicado a: @NephelimGirl

Disfruten!

Los tres se encontraban desayunando. Yurio todavía se sentía un poco avergonzado de lo que había pasado hace unos minutos, mientras que Ai, sonreía de oreja a oreja después de haberse desahogado con Yuri.

-Ai-chan va a ir a jugar con un amigo, y me encantaría que fueras a dejarlo conmigo. -Yuuri sonreía. 4 meses, 4 meses habían pasado desde que Víctor lo había dejado solo en este mundo. Le seguía doliendo, aun así, cada vez que pensaba en él y se sentía mal trataba de sonreír, era eso lo que Víctor hubiese querido.

-Ahora sonríes más seguido, cerdito. -Yuuri volvió a sonreírle.

-Creo que sí. Me sigue doliendo pero...

-Víctor no quisiera eso. –Completó su frase.

-Exacto. -Asintió recogiendo los platos.

-¡Mamá! -Habló el niño. - ¿Ya vamos a ir?

—Si.

Minutos después, los tres habían salido para ir a dejar a Ai a la casa de su amigo. El niño iba saltando y saltando contento, mientras que Yuri y Yuuri solo caminaban en silencio. Al llegar dejaron al infante en casa ajena y volvieron a caminar de regreso. Había un silencio, aun así no era incómodo.

—Yuuri/Yuri. —Hablaron al mismo tiempo. Los dos pararon de caminar y se miraron.

-Habla tu primero. -Dijo Yurio. Yuuri asintió.

-Quería darte las gracias, por todo lo que haces por mí. Yo en serio... No...No se co-como agradecerte. -La voz del japonés comenzó a quebrarse. Miro el suelo y se llevó las manos a la cara. Pequeños sollozos comenzaron a salir de su boca.

- ¿Eh? Oe, cerdo, no llores, si es por Víctor... -Yuuri negó.

-No, no es por él, bu-bueno, sí y no. En serio, gracias por ser mi amigo. -Decía tallándose los ojos para quitarse las lágrimas. Cuando menos se lo espero, el Katsudon era rodeado por los brazos de Yuri. Un cálido y hermoso gesto. La gente que pasaba se les quedaba viendo, pero eso no le importaba a ninguno de los dos, eso sí, ahora la sociedad creería que son unos irrespetuosos.

-Yuri... lo extraño, mucho.

-Bueno, aunque me duela decirlo... no eres el único. -Le susurro a su oído.