Prólogo.

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Todo era tranquilo en Jovinson, Calimbur, mi país natal, mis padres eran comerciantes de gran prestigio y solían viajar mucho.
Ambos estábamos acostumbrados a la poca atención de parte de sus padres y aprendieron a cuidarse entre ellos.
En verano, solíamos viajar mucho, desde hacía 9 años no habiamos pasado un verano en casa, razón por la cual yo estaba sumamente acostumbrado a los aviones.
Mónica por su parte, era muy diferente. Le espantaba el solo hecho de pensar estar en el aire a cientos de pies sobre la tierra; yo nunca le tomé demasiada importancia.

Papá era una persona extraordinaria, no tengo ningún mal recuerdo suyo, nunca me negó nada pero no me ponía las cosas fáciles él me enseñó a luchar por lo que quiero.

Mamá, ¿Qué decir de ella, sino la perfección hecha persona? Al igual que papá, ella siempre estaba para mí cuando la necesitaba y fue una gran persona, tanto para mí, como para Mónica, aunque su trabajo complicaba las cosas.

Esa es mi familia.

Hoy nos vamos de vacaciones a Antola, un país muy lindo, me da gusto poder ir, nos divertiremos mucho.

-Carl Morrison.

Antola. [Libro #1]Where stories live. Discover now