Capítulo VII: La charla con Lezka.

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Llegando a casa, cerramos rápido la puerta, por suerte ningún guardia logró ver algo extraño porque ninguno vino a molestarnos.

-Listo. -dijo mientras se acomodaba en la casa.

-¿Qué pasó, de qué quieres hablar?-dije, la verdad estaba muy cansado y al terminar de escuchar lo que decía, me iría a dormir.

-Tenemos que ir a un lugar del que no se escuche desde la calle. -Dijo un poco preocupada.

-Subamos a la planta alta. -Propuse y así lo hicimos, fuimos a la habitación, donde aún Mónica dormía. Me quedé admirando su ternura y seguí con Lezka.

-Es muy linda tu hermana. --Dijo mientras la veía con un brillo en los ojos.

-Es mi princesa, mi tesoro. --Contesté al instante, ella me miró y con un nudo en la garganta me logró pronunciar. -Me recuerda mucho a mi madre.-Salió disparada de la habitación y yo detrás de ella. Con un abrazo logré que volviera a estar bien y le pregunté de nuevo. -¿Qué me quieres decir?-mientras la veía los ojos, los cuales soltaban una lágrima, y antes de que llegara a sus pecosas mejillas la limpié con mi dedo.

-Hay...-Dijo reponiéndose.-Hay un grupo de chicos, que quieren escapar.-Dijo y abrí los ojos como platos.

-¿Escapar?-Pregunté.

-Queremos huir, ya hemos soportado demasiado, falta muy poco para que Hardman comience con sus locuras mayores y es capaz de matarnos a todos los chicos.-Dijo alterada.

-¿Pero, cómo podrían?-Le pregunté desconcertado.

-Tenemos ya un plan.-Dijo mirando a su alrededor. -¿Dónde está el papel que te di?

-En mi pantalón de la escuela.-Dije sin pensarlo mucho y rápidamente fui a sacarlo. Ahí estaba y dando tres pasos ya estaba de nuevo con ella. Le entregué aquel arrugado papel y ella lo extendió, dejando uno un poco más grande pero, obviamente delgado. Era su número de casa 07-E.

-¿Qué dices? -Decía sugerente.

-No puedo escapar.-Dije mientras me miraba a los ojos fijamente.

-¿Prefieres quedarte aquí y sufrir todos los maltratos?.-Dijo mientras se peinaba.

-Aún estoy bien. -Dije mientras movía un mechón de su cabello por detrás de su oreja. Vi sus ojos brillar y atontado logré decir. -Tus ojos son hermosos, tienen ese toque azul tan oscuro que de lejos no se nota. Me encantan. -Dice percatándome que estaba muy cerca de ella. Ruborizó y me hice para atrás.

-Eres muy lindo.-Dijo sin dejar de verme. Volví a poner el mechón detrás de su oreja y cerró los ojos. Yo me acerqué para besarla pero un instinto me hizo besar tu frente. Me levanté y fui a por un té. Ella parecía extraña y desconcertada.

En cuestión de minutos subí con una bandeja con té y galletas, al entrar a la habitación pude observar que estaba con Mónica, hablando, esperé a oír lo que decían mientras no me veían.

-Es muy lindo conmigo, siempre me cuida.-Dijo Mónica con su dulce voz.

-Debe ser genial tener un hermano como él.-Afirmó y ella asintió con un leve sonido.

-¿Te gusta?-Dijo Mónica y yo ruboricé, y supongo que ella también.

-¿A mí?, la verdad se me hace muy guapo, pero no me quiso besar. -dijo entre risas.

-Es muy tonto, a veces, no entiende las indirectas de las chicas.-Dijo risueña Mónica mientras continuaba.-Una vez, una chica le quiso... -Interrumpí de golpe y noté un sobresalto. Ellas se quedaron en silencio y yo rompí la tención ofreciéndoles el té y las galletas. Ellas felices comieron y bebieron el té. Veía como Mónica no me quitaba la vista de encima y como Lezka la miraba con una risita y estrujando su pecosa nariz.

Antola. [Libro #1]Where stories live. Discover now