Llegando a casa, cerramos rápido la puerta, por suerte ningún guardia logró ver algo extraño porque ninguno vino a molestarnos.
-Listo. -dijo mientras se acomodaba en la casa.
-¿Qué pasó, de qué quieres hablar?-dije, la verdad estaba muy cansado y al terminar de escuchar lo que decía, me iría a dormir.
-Tenemos que ir a un lugar del que no se escuche desde la calle. -Dijo un poco preocupada.
-Subamos a la planta alta. -Propuse y así lo hicimos, fuimos a la habitación, donde aún Mónica dormía. Me quedé admirando su ternura y seguí con Lezka.
-Es muy linda tu hermana. --Dijo mientras la veía con un brillo en los ojos.
-Es mi princesa, mi tesoro. --Contesté al instante, ella me miró y con un nudo en la garganta me logró pronunciar. -Me recuerda mucho a mi madre.-Salió disparada de la habitación y yo detrás de ella. Con un abrazo logré que volviera a estar bien y le pregunté de nuevo. -¿Qué me quieres decir?-mientras la veía los ojos, los cuales soltaban una lágrima, y antes de que llegara a sus pecosas mejillas la limpié con mi dedo.
-Hay...-Dijo reponiéndose.-Hay un grupo de chicos, que quieren escapar.-Dijo y abrí los ojos como platos.
-¿Escapar?-Pregunté.
-Queremos huir, ya hemos soportado demasiado, falta muy poco para que Hardman comience con sus locuras mayores y es capaz de matarnos a todos los chicos.-Dijo alterada.
-¿Pero, cómo podrían?-Le pregunté desconcertado.
-Tenemos ya un plan.-Dijo mirando a su alrededor. -¿Dónde está el papel que te di?
-En mi pantalón de la escuela.-Dije sin pensarlo mucho y rápidamente fui a sacarlo. Ahí estaba y dando tres pasos ya estaba de nuevo con ella. Le entregué aquel arrugado papel y ella lo extendió, dejando uno un poco más grande pero, obviamente delgado. Era su número de casa 07-E.
-¿Qué dices? -Decía sugerente.
-No puedo escapar.-Dije mientras me miraba a los ojos fijamente.
-¿Prefieres quedarte aquí y sufrir todos los maltratos?.-Dijo mientras se peinaba.
-Aún estoy bien. -Dije mientras movía un mechón de su cabello por detrás de su oreja. Vi sus ojos brillar y atontado logré decir. -Tus ojos son hermosos, tienen ese toque azul tan oscuro que de lejos no se nota. Me encantan. -Dice percatándome que estaba muy cerca de ella. Ruborizó y me hice para atrás.
-Eres muy lindo.-Dijo sin dejar de verme. Volví a poner el mechón detrás de su oreja y cerró los ojos. Yo me acerqué para besarla pero un instinto me hizo besar tu frente. Me levanté y fui a por un té. Ella parecía extraña y desconcertada.
En cuestión de minutos subí con una bandeja con té y galletas, al entrar a la habitación pude observar que estaba con Mónica, hablando, esperé a oír lo que decían mientras no me veían.
-Es muy lindo conmigo, siempre me cuida.-Dijo Mónica con su dulce voz.
-Debe ser genial tener un hermano como él.-Afirmó y ella asintió con un leve sonido.
-¿Te gusta?-Dijo Mónica y yo ruboricé, y supongo que ella también.
-¿A mí?, la verdad se me hace muy guapo, pero no me quiso besar. -dijo entre risas.
-Es muy tonto, a veces, no entiende las indirectas de las chicas.-Dijo risueña Mónica mientras continuaba.-Una vez, una chica le quiso... -Interrumpí de golpe y noté un sobresalto. Ellas se quedaron en silencio y yo rompí la tención ofreciéndoles el té y las galletas. Ellas felices comieron y bebieron el té. Veía como Mónica no me quitaba la vista de encima y como Lezka la miraba con una risita y estrujando su pecosa nariz.
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Antola. [Libro #1]
AventuraLas cosas no siempre salen de la mejor manera. Eso fue lo que Carl Morrison aprendió en un duro día de vacaciones, cuando todo lo que conocía de la vida cambió en unas horas. Ahora su única esperanza es huir de Antola, junto a su hermana; conoci...