Capítulo IX: Ian.

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Fuimos de prisa a la plaza para tener asistencia, tenía mucho miedo de lo que podía pasar si no lo hiciera. Tomé con fuerza el brazo de Mónica para hacerla correr más rápido.

Llegamos y ahí estaban. 5 chicos, con bolsas de tela negra en su cabeza, esposados de manos y pies, junto con una enorme pelota de acero que los mantenía inmóviles. A juzgar por su apariencia corporal, los guardias hacían golpeado mucho de ellos, al punto de que uno tenía una evidente fractura en uno de sus brazos.

-¡Bienvenidos al programa favorito de la televisión Antoleza! -Dijo un hombre sarcásticamente con un micrófono. Del lado contrario salió una mujer, con un micrófono en la mano igualmente.

-Esta es una advertencia para todos los que piensen siquiera en escapar. -Dijo mientras quitaban las bolsas de la cara de los chicos. Su cara, ciertamente estaba peor que sus rostros, mallugados y algunos con sangre brotando aún de sus rostros. Se les acercaron y comenzó una siniestra entrevista.

-¿Cuál es su nombre?. -Preguntaba la señorita. -Jay Stephen. -Dijo el chico con una lágrima. -¿Por qué está usted aquí?. -Preguntó la misma dama. -Intenté escapar de Antola. -Dijo entre sollozos. Prosiguió el caballero preguntando lo mismo y las respuestas eran diferentes, pero las causas de estar ahí eran las mismas.

Al llegar al chico que estaba en el centro y que además era el más golpeado, el hombre comenzó a reír y burlarse. -¡Este, damas y caballeros, es el líder del clan. ¿No es cierto?. -escupió sobre la cara del chico. Mientras guardaba silencio y el hombre acercaba el micrófono al punto de tocar su boca. -¡Habla de una maldita vez! -Gritó desesperado.

-Ian, y afirmativamente, soy el líder de mi grupo. -Dijo mientras todos callaban, sentí ganas de aplaudir por tal muestra de valentía pero tuve miedo. Entre la multitud logré ver a Lezka muy nerviosa, le hice un gesto para que nos acompañara pero no lo hizo, avancé con Mónica entre la gente y me paré junto a ella. -¿Qué sucede? -Preguntó Mónica preocupada, creo que no les habían avisado. -Nada, mi niña, solo que estos chicos han hecho algo mal. -Dije tratando de consolarla. -¿Qué hicieron? -Preguntó pero no respondí.

-Hola. -Dije amistosamente y ella no me atendió. -Hola. -Volví a repetir y ella entre susurros dijo. -No me hables, no debemos socializar. --Mientras ella lo hacía, 5 guardias subían y les apuntaban a los chicos en la cabeza.

-Nunca podrán detenernos. -Gritó Ian, al momento que un guardia golpeaba su ya destrozado rostro rompiendo su pómulo derecho. Ahogó un grito en su boca y le colocaron las bolsas de nuevo.

-Estos chicos llevan 5 meses prófugos, pero lo único que lograron hacer es destruir sus vidas. Pobres de ellos, vamos a darle unos aplausos. -Dijo Irónicamente y al ver la expresión de su rostro, todos aplaudimos. -Muy bien, ahora contaremos hasta 3, todos juntos. -Dijo en una especie de juego muy inquietante.

-U-uuuuuuu-nooooo. -Dijo lentamente mientras nosotros le seguíamos aquél morboso juego. Con mis manos tapé los oídos de Mónica y Lezka sólo pronunciaba "No" en voz muy baja.

-Doooooooooos. -Alargó su palabra e hizo una pausa, mientras nosotros hicimos lo mismo. Yo indiqué a Lezka que tapara los oídos de Mónica, yo le dije que cerrara fuertemente sus ojos y así lo hizo. Lezka me ayudó y yo tapé sus oídos y ella se puso como Mónica, apretando sus ojos.

-Treeeeeeeeeeees. -Dijo al momento que se escucharon los disparos, trataron de gritar pero sus gritos fueron ahogados y después un silencio total. Se oyeron los cuerpos caer pesadamente y la tarima quedó vacía, solo con los chicos parados. Tres chicos subieron a quitarle los artefactos a los 5 que estaban arriba con llaves maestras, un auto llegó de golpe subiendo a los chicos y huyeron a toda velocidad hacia el bosque en menos de quince segundos. Todos quedamos atónitos ante aquella extraña escena.

Antola. [Libro #1]Where stories live. Discover now